jueves, 10 de septiembre de 2015

FERIA DE LA VIRGEN DE LOS LLANOS – NOVILLADA DE FERIA: Lorenzo y Ginés se confirman como figuras de la novillería

El toledano, fuertemente volteado, y el extremeño salen a hombros con una  desigual y amable novillada de Juan Pedro Domecq, de poca fuerza, escaso  fondo y mucha bondad; Varea se marcha andando por su pésima espada.
Ginés Marín
ZABALA DE LA SERNA
Albacete
Diario ELMUNDO de Madrid

Que recite Álvaro Lorenzo ya los santos de su capillita para rezarlos a todos.  Porque funcionan. De otro modo no se explica que se levantase ileso de la paliza  que le pegó el novillo de Parladé de salida. Se le cruzó con el capote y se le fue  directamente al pecho. Con toda la fuerza intacta, se lo pasó de pitón a pitón hasta  los medios sin dejarlo caer. Como una crucifixión en el aire. Atravesaban las  puntas la taleguilla por la parte baja de la espalda, la chaquetilla por las axilas.  Cuando lo estrelló contra el suelo, ese hombre se incorporó milagrosamente de  una pieza. Varetazos hasta en el DNI, pero íntegro. Y con el suficiente aliento como  para ligar cinco lances con el sello del temple. El mismo que presidió una faena  basada en el buen pitón derecho, siempre con un punto dormido. La impresión  que flotaba en el ambiente es como si estuviera reparado de la vista. Sería por la  impresión del volteretón. O por las coladas por el izquierdo. Los enormes pases  de pecho y la estocada -pelín desprendida- amarraron la oreja.

Otra se embolsó Ginés Marín, que sustituía a Roca Rey, como si recordase  tiempos sin picadores... El trapío abecerrado del juampedro no daba para más. Ni  su poder. Ginés lo toreó muy bien al natural, el lado agradecido del utrero. La  muleta puesta y el compás de espera en la arena. La emoción de un tentadero.  Incluso cuando jugó a la quietud extrema en las cercanías. Lo fulminó de un  espadazo delantero.

Como picado embestía desde su aparición en el ruedo el tercero. Y Varea lo cuajó  a la verónica. No se sostenía el liviano y derrengado novillo, así que el chaval de  Almazora poco pudo hacer. Matarlo mejor es lo único.

Otro cuajo traía el cuarto, su remate, su porte. Anunciaba una segunda mitad de  novillada de Juan Pedro más fuertecita, que nadie quiere el novillo/toro de Madrid,  pero hay un equilibrio. Álvaro Lorenzo volvió de la enfermería dolorido y con el  vestido remendado. Apretó el acelerador con el corpulento novillo cuando se paró.  Otra vez por los aires Lorenzo. Valor seco, sin aspavientos. Atrás quedaba una  sólida faena diestra y una embestida de nula clase y poco fondo, suelta la cara en  los finales de viaje. El epílogo de luquecinas con el reverso de la muleta encendió  aún más las pasiones, desbocadas con la estocada. Otra oreja fue justo premio.  Como la puerta grande.

Ginés Marín le acompañaría en la salida a hombros. Voló el capote con vistosidad  en la salutación afarolada y en un quite por escobinas y saltilleras. Lo puso todo  Marín desde la obertura de rodillas, con asiento y sitio ante el hondo novillo de  plomo que hacía quinto. La fulminante capacidad del acero fue lo que le catapultó  hasta el trofeo.

El último juampedro remataba al alza la escalera con hechuras de toro. Varea  volvió a dibujar el toreo a la verónica. Desprende un concepto añejo su lance. De  hinojos inició faena. La derecha se impregnó de suavidad para trazar el redondo  con expresión. Como un molinete. Pero venido el obediente novillo a menos las  luces se apagaron hasta en las manoletinas de despedida. La espada es su cruz.  A pie marchó bajo la sombra de la procesión de sus compañeros, figuras de la  novillería. Y para eso todo se preparó a modo.

FICHA DEL FESTEJO
Novillos de Juan Pedro Domecq, el 1º con el hierro de Parladé, de desigual presentación, amables caras y más aparentes en su  segunda mitad, poca fuerza, escaso fondo y mucha bondad; el inválido el 3º se  derrumbó.
Álvaro Lorenzo, de gris perla y plata. Estocada rinconera (oreja). En el cuarto,  estocada desprendida (oreja y petición).
Ginés Marín, de rosa palo y oro. Estocada delantera (oreja). En el quinto, estocada  rinconera (oreja). Salió a hombros con Álvaro Lorenzo.
Varea, de rosa chicle y oro. Pinchazo, estocada que hace guardia y estocada  (silencio). En el sexto, dos pinchazos, media estocada atravesada y varios  descabellos. Aviso (silencio).
Plaza de toros de Albacete. Miércoles, 9 de septiembre de 2015. Segunda de  feria. Media entrada.

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