martes, 29 de septiembre de 2015

En defensa de las Corridas de Toros


Cartagena de Indias, Sábado 26 de Septiembre del 2015

SEÑORES
PERIÓDICO EL TIEMPO S.C.

Reciban un respetuoso y cordial saludo. En mi condición de comprometido y orgulloso aficionado a la Fiesta Brava, por medio de la presente me voy a permitir opinar con respecto a las intolerantes declaraciones que en contra de las Corridas de Toros hiciera recientemente a un prestigioso diario de nuestra nación el experto en derecho animal, el Señor Leonardo Anselmi.

Inicialmente, considero importantísimo y valioso en aras de cualquier discusión que si el Señor Anselmi desea sacar del plano meramente subjetivo su postura en contra de las Corridas de Toros, intente hacerlo hablando claro, ojalá de manera objetiva, en lo posible de manera coherente, y sobretodo, ceñido al derecho. En este orden de ideas, ¿cómo así Señor Anselmi que “las corridas de toros son un muerto en vida”? ¿Al fin qué, están muertas o tienen vida? Considerando que no encontré un diccionario de la Real Academia Anti-taurina para ver si es que para estos progresistas morales del Siglo XXI la palabra “muerto” tiene otro significado diferente a aquel tradicionalmente aceptado en los 226 países que existen en el mundo con todo y sus regiones, cantones, comunidades autónomas, estados, lugares, y territorios, no me quedó sino  remitirme al diccionario de la Real Academia Española para hacer esta claridad.

Para la Real Academia Española, así como para los 226 países que existen en el mundo, la palabra “muerto” es definida como “que ha llegado al término de la vida”. En este contundente orden de ideas Señor Anselmi, no puede haber “muerto en vida”, porque entonces también podría haber mujeres medio embarazadas… La vida, como el embarazo, es una condición que no admite puntos medios: O se está muerto o se está con vida, o se está en embarazo o no, pero científicamente no se puede estar en ambos extremos de lo mismo al mismo tiempo, ¿o sí? Y como les consta a usted, a sus colegas de causa, y a su frustrado anfitrión el Señor Gustavo Petro, muy para su infortunio y malestar, las Corridas de Toros en nuestro Estado Social de Derecho llamado Colombia están vivitas, coleando y embistiendo porque así lo manda, así lo ordena, así lo determina, así lo contempla, así lo establece, y sobretodo, así lo permite nuestra Constitución Política, Señor experto en derecho animal.               

Aunque no me sorprendería que en el mediano plazo los auto-proclamados progresistas morales del Siglo XXI lograran la victoria en su propósito anti-taurino, sobretodo en este valiente, sacrificado, tortuoso, exigente, representativo y significativo cometido como es el de acabar con las Corridas de Toros, estoy seguro que en términos cuantitativos y cualitativos su cosecha en lo que a haber diezmado la violencia contra los animales en el mundo respecta será estéril, pírrica, precaria, e insignificante, por decir lo menos. En cambio, por lo que si pasarán a la historia los anti-taurinos y aquello que nunca nadie les perdonará, ni siquiera ellos mismos, será el haber hecho otro criminal e inmenso aporte a la depredadora costumbre que tiene el ser humano de caprichosamente extinguir especies animales pues, una vez se acaben las Corridas de Toros, queda asegurada la extinción del Toro Bravo de Lidia, ¿o acaso quien va a criar una vaca que le podría matar si intenta ordeñarla?

Acto seguido y una vez recuperados de las fatigas, heridas y traumas que les haya dejado tan sacrificada lucha anti-taurina que de manera indefectible resultará en la extinción de esta bella, fuerte, brava y casta especie animal, me encantaría verles cambiando de nombre por haber alcanzado tan laudable y trascendental victoria. Me gustaría verles seguir obrando fieles a tan comprometida causa contra el ancestral hábito carnívoro del ser humano, pero ya persiguiendo a todo aquel que ose seguir criando, engordando, sacrificando y consumiendo cabras, ovejas, ballenas, búfalos, avestruces, truchas, venados, atunes, palomas, tortugas, cerdos, pollos, calamares, caballos, patos, salmones, y conejos, entre otros… Suena tan ridículo como imposible, ¿no?

Pues suena irrisorio porque es absurdo, ¿o acaso en términos estrictamente legales una Corrida de Toros no es una lícita, ancestral, tradicional y particular forma de sacrificio bovino ejecutado de frente, mano a mano, uno a uno, por un valiente matarife elegantemente vestido y ataviado que los aficionados taurinos nos permitimos llamar Torero y al cual admiramos por su coraje? Señores anti-taurinos, resulta que una Corrida de Toros, esa lícita, ancestral, y tradicional forma de sacrificio bovino, también tiene la particularidad que es realizada en un matadero que los aficionados taurinos nos permitimos denominar Plaza de Toros, y cuyo escenario principal hemos denominado por siglos ruedo… Mucho hay de las igualmente lícitas, continuas, permanentes, frías, indiscriminadas e industriales matanzas que de indefensos y mansos ejemplares bovinos, equinos, caprinos, y porcinos de toda raza, género, edad y peso se hacen a diario en los congestionados patios de los mataderos convencionales (lícitos y clandestinos) que pueda haber en los 226 países que existen en el mundo, al excepcional ritual de sacrificio que se realiza en las pocas Corridas de Toros que todavía se celebran en tan solo 8 de los países que existen en el mundo. Lo que sucede durante las tres (3) horas que debe durar una Corrida de Toros es lo que los aficionados taurinos nos permitimos llamar Lidia, y la Lidia puede resumirse en un mortal, formidable, mítico, bravo y admirado enfrentamiento dividido en tres tiempos, un crudo cara a cara entre un hombre desprovisto de toda protección y armado tan solo con un capote, y un Toro Bravo de Lidia, un ejemplar macho adulto armado de filosos pitones, maravillosamente desarrollado en 450 kilogramos de músculo, de bravura, de nobleza, de casta y de fiereza, desprovisto de cualquier mansedumbre…

Además, resulta que al final de esta ancestral forma de sacrificio bovino que los aficionados taurinos nos permitimos llamar Corrida de Toros, puede darse que al Toro Bravo de Lidia, macho adulto, se le perdone la vida y sea indultado gracias a la bravura, casta y nobleza con que atendió la Lidia… Sería bueno que los defensores de los derechos de los animales informaran acerca de a cuantos de los mansos y obedientes ejemplares bovinos, equinos, caprinos, y porcinos de toda raza, género, edad y peso que a diario y en los 226 países que existen en el mundo son sacrificados en los mataderos convencionales (lícitos y clandestinos), se les perdona la vida…

También resulta ser que a esa Corrida de Toros, a esa lícita, ancestral, tradicional y pública forma de sacrificio bovino asistimos voluntariamente un número limitado de aficionados que la disfrutamos porqué la consideramos un ritual ancestral, histórico, mágico, artístico, valiente, fiero, único e irrepetible. ¿Y sabe usted Señor Anselmi qué es lo mejor de tan aparentemente bárbaro ritual? Que a diferencia de lo que ha sucedido en partidos de fútbol, fiestas, conciertos y en general en la mayoría de concentraciones humanas que se celebran constantemente en los 226 países que existen en el mundo, nunca, ni antes, ni durante, ni después de una Corrida de Toros, ha habido muestras de violencia entre los actores, choques entre el público asistente, amenazas a jueces y/o a autoridades, perturbaciones al orden público, grescas, heridos, vandalismo, confrontaciones con la autoridad, ni muertes por apuestas… Las Corridas de Toros no son violentas ni fomentan la violencia Señores defensores de los derechos de los animales, el SER HUMANO es el violento y el que fomenta la violencia, pero casualmente JAMÁS se ha manifestado como tal en una Corrida de Toros… Dato curioso, ¿no?  

No puedo evitar considerar como mojigato y convenientemente hipócrita el “punto de unión” esgrimido por el Señor Anselmi y en torno al cual gira ese “gran abanico de argumentos” anti-taurinos a que hizo referencia en su entrevista. Me niego a creer que el eje de su movimiento anti-taurino sea la violencia contra los animales. Estadísticamente hablando, estoy seguro que ninguno de los 226 países que existen en el mundo soportaría la más mínima comparación de los niveles de tortura, maltrato, abuso y explotación a que son sometidas a diario infinidad de indefensas especies animales de toda y cualquier especie, raza, género, edad y peso, sean “salvajes”, sean domesticadas, o trátese de mascotas, cuando enfrentados al “maltrato” a que son sometidos seis (6) Toros Bravos de Lidia, machos adultos, en una Corrida de Toros en cualquiera de los ocho (8) países donde todavía se realizan Corridas de Toros, ¿o no será así? Sí, seguro, claro que las comparaciones son odiosas, sobre todo aquellas estadísticas contra las que no se puede discutir y dejan en ridículo a cualquiera de las partes.

Dando por cierto lo que dice el Señor Anselmi con respecto a que tan solo en 8 de los 226 países que existen en el mundo todavía se celebran Corridas de Toros, y también teniendo presente que en una Corrida de Toros se lidian seis (6) Toros Bravos, machos adultos, muy respetuosamente le pido Señor defensor de la violencia contra los animales me ilustre con respecto a si está enterado o no de cuántos animales de diferentes especies, razas, géneros, pesos y edades, han estado y están actualmente cautivos en los diferentes zoológicos que hay en los 226 países que existen en el mundo… Tenga muy presente que estas criaturas salvajes viven alejadas de su hábitat natural y que son mantenidas entre barrotes y como esclavos hasta que mueren, todo para proveer diversión y espectáculo a los seres humanos que pagan por visitarles… ¿Acaso no es esto una forma de violencia animal deplorable y mucho más prolongada con la que se pretende “divertir” a infinidad de niños en todo el mundo, a aquella presenciada en una Corrida de Toros en la que, al cabo de máximo 20 minutos de lidia, el Toro Bravo, un macho adulto, muere o es indultado a los 4 años de edad, con 450 kilogramos de peso en promedio, y después de haber sido criado de manera excepcional y silvestre en campo abierto?

¿Está usted Señor Anselmi en capacidad de ilustrarme con respecto al número de animales de las diferentes especies, razas, géneros, edades y peso que han estado y actualmente se encuentran en manos de los Circos que hay en los 226 países que existen en el mundo, criaturas vivas que son mantenidas toda su vida en condiciones deplorables de cautiverio y esclavitud mientras son utilizados en espectáculos que los seres humanos pagan por ver y de los cuales se lucran los cirqueros? ¿Tampoco es esto una vulgar forma de tortura animal que merece muchísima más atención por su duración, crueldad e impacto en los niños, que la muerte que recibe el Toro después de aproximadamente 20 minutos de lidia, suponiendo que no sea indultado?

Mucho me gustaría conocer la postura de los anti-taurinos en su cruzada contra la violencia animal cuando confrontados con la pandemia de niveles apocalípticos que arroja la cantidad de mascotas que a diario son abandonadas, desatendidas, descuidadas, intencionalmente maltratadas y hasta asesinadas por sus irresponsables “amos” en TODOS y cada uno de los 226 países que existen en el mundo... Buenísimo saber que han hecho los defensores de los derechos de los animales contra la violencia animal en referencia con esa tortura, con visos de masacre, en que se han convertido las peleas de perros de toda raza, género, edad y peso que a diario se realizan en la gran mayoría de los 226 países que existen en el mundo y que alimentan el sub-mundo de las apuestas ilícitas… Ojalá mereciera igual fervor, pronunciamiento y compromiso de parte de los defensores de los derechos de los animales el que a diario y en los 226 países existentes en el mundo, se corte la cola y/o las orejas de perros y de gatos para que se ajusten a los cánones de estética caprichosamente establecidos por los seres humanos para cada raza… Me encantaría saber que piensan y que han hecho los defensores de los derechos de los animales con respecto a la tortura infame a que son sometidas las aves cuando periódicamente les son cortadas sus alas para impedirles volar libremente y así poderlas mantener en una jaula por el resto de sus días… Y bueno, podría seguir con estas odiosas comparaciones que tanto le deben fastidiar a los anti-taurinos por cuanto ilustran de manera contundente lo insignificante que será acabar con las Corridas de Toros en su legítima defensa por los derechos de los animales, pero mejor me detengo y no me refiero a la pesca industrial, ni a la experimentación en animales, ni a la cacería para no seguirles haciendo quedar en ridículo.     

Señor Anselmi, le repito que en DERECHO la Corrida de Toros es una lícita modalidad del lícito sacrificio de bovinos de la que nos gusta participar a unos cuantos ciudadanos de bien, a unos muy pocos habitantes del mundo… La Corrida de Toros también es un ritual de sacrificio bovino cuyas cifras de inmolación animal son imperceptibles en las estadísticas mundiales de consumo de carne por parte de los seres humanos… Es más, estadísticamente hablando, creo que tan solo existe un legado cultural de la era medieval a la que las Corridas de Toros todavía superan en cifras de presencia y vigencia: El número de países que existen en el mundo donde todavía se habla Catalán, una de las bellas lenguas románicas. Resulta que como bien lo dice usted, las Corridas de Toros todavía se celebran en 8 de los 226 países que existen en el mundo, en tanto que el dialecto Catalán no se habla en ninguno de los países del mundo, ni siquiera en uno, pues tan solo se habla en una de las regiones de uno de esos 226 países que existen en el mundo… ¿Y por eso debe desaparecer, por eso debe perseguirse, por eso debe atacarse, por ser minoritario se le debe pasar por encima no obstante y que es legal?

Pues en ese orden de ideas ojalá no vaya a llegar nunca al poder político de su nación un intolerante tirano que argumentando una supuesta defensa de los derechos del idioma Castellano e izando los estandartes de una frenética y fanática lucha en contra de la violencia contra el idioma Castellano, decida desconocer los derechos fundamentales de la libertad de expresión y del libre desarrollo de la personalidad de los Catalanes, por ejemplo, y estime que, como son pocos los que hablan Catalán, que como no les entienden lo que dicen en ninguna otra parte, y como además tienen ánimo separatista, pues lo mejor será prohibirles que mantengan su tradición cultural y hará lo que esté a su alcance para erradicarlo... Todo esto con la insostenible particularidad que no aplicará el mismo rasero para los demás dialectos que se hablan en España, a saber, el Valenciano, el Gallego, el Euskera, el Aranés y el Asturleonés; Es decir, a estos cinco dialectos no los prohíbe, no los persigue y no busca erradicarlos, a esos si se le antoja seguir permitiéndolos… ¿Se imagina? Si esto llegare a suceder, créame Señor Anselmi que yo me pondré la camiseta en defensa de los Catalanes y de su dialecto pues el pilar de una Democracia no es la igualdad de derechos, sino en el igual derecho a la diferencia… Lo sé porque los aficionados taurinos somos diferentes Señor Anselmi, pero el hecho que nos guste presenciar el todavía lícito sacrificio de bovinos no nos hace violentos, tampoco nos convierte en maltratadores de animales, de manera que por favor dejen de ser tan intolerantes con las Corridas de Toros y dediquen toda esa pasión por la defensa de los animales en aquellas criaturas que realmente los necesitan. 

François R. Cavard M. 

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