Cartagena de Indias, Sábado 26 de Septiembre del 2015
SEÑORES
PERIÓDICO EL TIEMPO S.C.
Reciban un respetuoso y cordial saludo. En mi condición de
comprometido y orgulloso aficionado a la Fiesta Brava, por medio de la presente
me voy a permitir opinar con respecto a las intolerantes declaraciones que en
contra de las Corridas de Toros hiciera recientemente a un prestigioso diario
de nuestra nación el experto en derecho animal, el Señor Leonardo Anselmi.
Inicialmente, considero importantísimo y valioso en aras de
cualquier discusión que si el Señor Anselmi desea sacar del plano meramente
subjetivo su postura en contra de las Corridas de Toros, intente hacerlo
hablando claro, ojalá de manera objetiva, en lo posible de manera coherente, y
sobretodo, ceñido al derecho. En este orden de ideas, ¿cómo así Señor Anselmi que
“las corridas de toros son un muerto en vida”? ¿Al fin qué, están muertas o
tienen vida? Considerando que no encontré un diccionario de la Real Academia
Anti-taurina para ver si es que para estos progresistas morales del Siglo XXI
la palabra “muerto” tiene otro significado diferente a aquel tradicionalmente
aceptado en los 226 países que existen en el mundo con todo y sus regiones,
cantones, comunidades autónomas, estados, lugares, y territorios, no me quedó
sino remitirme al diccionario de la Real
Academia Española para hacer esta claridad.
Para la Real Academia Española, así como para los 226 países
que existen en el mundo, la palabra “muerto” es definida como “que ha llegado
al término de la vida”. En este contundente orden de ideas Señor Anselmi, no
puede haber “muerto en vida”, porque entonces también podría haber mujeres
medio embarazadas… La vida, como el embarazo, es una condición que no admite
puntos medios: O se está muerto o se está con vida, o se está en embarazo o no,
pero científicamente no se puede estar en ambos extremos de lo mismo al mismo
tiempo, ¿o sí? Y como les consta a usted, a sus colegas de causa, y a su
frustrado anfitrión el Señor Gustavo Petro, muy para su infortunio y malestar,
las Corridas de Toros en nuestro Estado Social de Derecho llamado Colombia
están vivitas, coleando y embistiendo porque así lo manda, así lo ordena, así
lo determina, así lo contempla, así lo establece, y sobretodo, así lo permite
nuestra Constitución Política, Señor experto en derecho animal.
Aunque no me sorprendería que en el mediano plazo los
auto-proclamados progresistas morales del Siglo XXI lograran la victoria en su
propósito anti-taurino, sobretodo en este valiente, sacrificado, tortuoso,
exigente, representativo y significativo cometido como es el de acabar con las
Corridas de Toros, estoy seguro que en términos cuantitativos y cualitativos su
cosecha en lo que a haber diezmado la violencia contra los animales en el mundo
respecta será estéril, pírrica, precaria, e insignificante, por decir lo menos.
En cambio, por lo que si pasarán a la historia los anti-taurinos y aquello que
nunca nadie les perdonará, ni siquiera ellos mismos, será el haber hecho otro
criminal e inmenso aporte a la depredadora costumbre que tiene el ser humano de
caprichosamente extinguir especies animales pues, una vez se acaben las
Corridas de Toros, queda asegurada la extinción del Toro Bravo de Lidia, ¿o
acaso quien va a criar una vaca que le podría matar si intenta ordeñarla?
Acto seguido y una vez recuperados de las fatigas, heridas y
traumas que les haya dejado tan sacrificada lucha anti-taurina que de manera
indefectible resultará en la extinción de esta bella, fuerte, brava y casta
especie animal, me encantaría verles cambiando de nombre por haber alcanzado
tan laudable y trascendental victoria. Me gustaría verles seguir obrando fieles
a tan comprometida causa contra el ancestral hábito carnívoro del ser humano,
pero ya persiguiendo a todo aquel que ose seguir criando, engordando,
sacrificando y consumiendo cabras, ovejas, ballenas, búfalos, avestruces,
truchas, venados, atunes, palomas, tortugas, cerdos, pollos, calamares,
caballos, patos, salmones, y conejos, entre otros… Suena tan ridículo como
imposible, ¿no?
Pues suena irrisorio porque es absurdo, ¿o acaso en términos
estrictamente legales una Corrida de Toros no es una lícita, ancestral,
tradicional y particular forma de sacrificio bovino ejecutado de frente, mano a
mano, uno a uno, por un valiente matarife elegantemente vestido y ataviado que
los aficionados taurinos nos permitimos llamar Torero y al cual admiramos por
su coraje? Señores anti-taurinos, resulta que una Corrida de Toros, esa lícita,
ancestral, y tradicional forma de sacrificio bovino, también tiene la
particularidad que es realizada en un matadero que los aficionados taurinos nos
permitimos denominar Plaza de Toros, y cuyo escenario principal hemos
denominado por siglos ruedo… Mucho hay de las igualmente lícitas, continuas,
permanentes, frías, indiscriminadas e industriales matanzas que de indefensos y
mansos ejemplares bovinos, equinos, caprinos, y porcinos de toda raza, género,
edad y peso se hacen a diario en los congestionados patios de los mataderos
convencionales (lícitos y clandestinos) que pueda haber en los 226 países que
existen en el mundo, al excepcional ritual de sacrificio que se realiza en las
pocas Corridas de Toros que todavía se celebran en tan solo 8 de los países que
existen en el mundo. Lo que sucede durante las tres (3) horas que debe durar
una Corrida de Toros es lo que los aficionados taurinos nos permitimos llamar
Lidia, y la Lidia puede resumirse en un mortal, formidable, mítico, bravo y
admirado enfrentamiento dividido en tres tiempos, un crudo cara a cara entre un
hombre desprovisto de toda protección y armado tan solo con un capote, y un
Toro Bravo de Lidia, un ejemplar macho adulto armado de filosos pitones,
maravillosamente desarrollado en 450 kilogramos de músculo, de bravura, de
nobleza, de casta y de fiereza, desprovisto de cualquier mansedumbre…
Además, resulta que al final de esta ancestral forma de
sacrificio bovino que los aficionados taurinos nos permitimos llamar Corrida de
Toros, puede darse que al Toro Bravo de Lidia, macho adulto, se le perdone la
vida y sea indultado gracias a la bravura, casta y nobleza con que atendió la
Lidia… Sería bueno que los defensores de los derechos de los animales
informaran acerca de a cuantos de los mansos y obedientes ejemplares bovinos,
equinos, caprinos, y porcinos de toda raza, género, edad y peso que a diario y
en los 226 países que existen en el mundo son sacrificados en los mataderos
convencionales (lícitos y clandestinos), se les perdona la vida…
También resulta ser que a esa Corrida de Toros, a esa
lícita, ancestral, tradicional y pública forma de sacrificio bovino asistimos
voluntariamente un número limitado de aficionados que la disfrutamos porqué la
consideramos un ritual ancestral, histórico, mágico, artístico, valiente,
fiero, único e irrepetible. ¿Y sabe usted Señor Anselmi qué es lo mejor de tan
aparentemente bárbaro ritual? Que a diferencia de lo que ha sucedido en
partidos de fútbol, fiestas, conciertos y en general en la mayoría de
concentraciones humanas que se celebran constantemente en los 226 países que
existen en el mundo, nunca, ni antes, ni durante, ni después de una Corrida de
Toros, ha habido muestras de violencia entre los actores, choques entre el
público asistente, amenazas a jueces y/o a autoridades, perturbaciones al orden
público, grescas, heridos, vandalismo, confrontaciones con la autoridad, ni
muertes por apuestas… Las Corridas de Toros no son violentas ni fomentan la
violencia Señores defensores de los derechos de los animales, el SER HUMANO es
el violento y el que fomenta la violencia, pero casualmente JAMÁS se ha
manifestado como tal en una Corrida de Toros… Dato curioso, ¿no?
No puedo evitar considerar como mojigato y convenientemente
hipócrita el “punto de unión” esgrimido por el Señor Anselmi y en torno al cual
gira ese “gran abanico de argumentos” anti-taurinos a que hizo referencia en su
entrevista. Me niego a creer que el eje de su movimiento anti-taurino sea la
violencia contra los animales. Estadísticamente hablando, estoy seguro que
ninguno de los 226 países que existen en el mundo soportaría la más mínima
comparación de los niveles de tortura, maltrato, abuso y explotación a que son
sometidas a diario infinidad de indefensas especies animales de toda y
cualquier especie, raza, género, edad y peso, sean “salvajes”, sean
domesticadas, o trátese de mascotas, cuando enfrentados al “maltrato” a que son
sometidos seis (6) Toros Bravos de Lidia, machos adultos, en una Corrida de
Toros en cualquiera de los ocho (8) países donde todavía se realizan Corridas
de Toros, ¿o no será así? Sí, seguro, claro que las comparaciones son odiosas,
sobre todo aquellas estadísticas contra las que no se puede discutir y dejan en
ridículo a cualquiera de las partes.
Dando por cierto lo que dice el Señor Anselmi con respecto a
que tan solo en 8 de los 226 países que existen en el mundo todavía se celebran
Corridas de Toros, y también teniendo presente que en una Corrida de Toros se
lidian seis (6) Toros Bravos, machos adultos, muy respetuosamente le pido Señor
defensor de la violencia contra los animales me ilustre con respecto a si está
enterado o no de cuántos animales de diferentes especies, razas, géneros, pesos
y edades, han estado y están actualmente cautivos en los diferentes zoológicos
que hay en los 226 países que existen en el mundo… Tenga muy presente que estas
criaturas salvajes viven alejadas de su hábitat natural y que son mantenidas
entre barrotes y como esclavos hasta que mueren, todo para proveer diversión y
espectáculo a los seres humanos que pagan por visitarles… ¿Acaso no es esto una
forma de violencia animal deplorable y mucho más prolongada con la que se
pretende “divertir” a infinidad de niños en todo el mundo, a aquella
presenciada en una Corrida de Toros en la que, al cabo de máximo 20 minutos de
lidia, el Toro Bravo, un macho adulto, muere o es indultado a los 4 años de edad,
con 450 kilogramos de peso en promedio, y después de haber sido criado de
manera excepcional y silvestre en campo abierto?
¿Está usted Señor Anselmi en capacidad de ilustrarme con
respecto al número de animales de las diferentes especies, razas, géneros,
edades y peso que han estado y actualmente se encuentran en manos de los Circos
que hay en los 226 países que existen en el mundo, criaturas vivas que son
mantenidas toda su vida en condiciones deplorables de cautiverio y esclavitud
mientras son utilizados en espectáculos que los seres humanos pagan por ver y
de los cuales se lucran los cirqueros? ¿Tampoco es esto una vulgar forma de
tortura animal que merece muchísima más atención por su duración, crueldad e
impacto en los niños, que la muerte que recibe el Toro después de
aproximadamente 20 minutos de lidia, suponiendo que no sea indultado?
Mucho me gustaría conocer la postura de los anti-taurinos en
su cruzada contra la violencia animal cuando confrontados con la pandemia de
niveles apocalípticos que arroja la cantidad de mascotas que a diario son
abandonadas, desatendidas, descuidadas, intencionalmente maltratadas y hasta
asesinadas por sus irresponsables “amos” en TODOS y cada uno de los 226 países
que existen en el mundo... Buenísimo saber que han hecho los defensores de los
derechos de los animales contra la violencia animal en referencia con esa
tortura, con visos de masacre, en que se han convertido las peleas de perros de
toda raza, género, edad y peso que a diario se realizan en la gran mayoría de
los 226 países que existen en el mundo y que alimentan el sub-mundo de las
apuestas ilícitas… Ojalá mereciera igual fervor, pronunciamiento y compromiso
de parte de los defensores de los derechos de los animales el que a diario y en
los 226 países existentes en el mundo, se corte la cola y/o las orejas de
perros y de gatos para que se ajusten a los cánones de estética caprichosamente
establecidos por los seres humanos para cada raza… Me encantaría saber que
piensan y que han hecho los defensores de los derechos de los animales con
respecto a la tortura infame a que son sometidas las aves cuando periódicamente
les son cortadas sus alas para impedirles volar libremente y así poderlas
mantener en una jaula por el resto de sus días… Y bueno, podría seguir con
estas odiosas comparaciones que tanto le deben fastidiar a los anti-taurinos
por cuanto ilustran de manera contundente lo insignificante que será acabar con
las Corridas de Toros en su legítima defensa por los derechos de los animales,
pero mejor me detengo y no me refiero a la pesca industrial, ni a la
experimentación en animales, ni a la cacería para no seguirles haciendo quedar
en ridículo.
Señor Anselmi, le repito que en DERECHO la Corrida de Toros
es una lícita modalidad del lícito sacrificio de bovinos de la que nos gusta
participar a unos cuantos ciudadanos de bien, a unos muy pocos habitantes del
mundo… La Corrida de Toros también es un ritual de sacrificio bovino cuyas
cifras de inmolación animal son imperceptibles en las estadísticas mundiales de
consumo de carne por parte de los seres humanos… Es más, estadísticamente
hablando, creo que tan solo existe un legado cultural de la era medieval a la
que las Corridas de Toros todavía superan en cifras de presencia y vigencia: El
número de países que existen en el mundo donde todavía se habla Catalán, una de
las bellas lenguas románicas. Resulta que como bien lo dice usted, las Corridas
de Toros todavía se celebran en 8 de los 226 países que existen en el mundo, en
tanto que el dialecto Catalán no se habla en ninguno de los países del mundo,
ni siquiera en uno, pues tan solo se habla en una de las regiones de uno de
esos 226 países que existen en el mundo… ¿Y por eso debe desaparecer, por eso
debe perseguirse, por eso debe atacarse, por ser minoritario se le debe pasar
por encima no obstante y que es legal?
Pues en ese orden de ideas ojalá no vaya a llegar nunca al
poder político de su nación un intolerante tirano que argumentando una supuesta
defensa de los derechos del idioma Castellano e izando los estandartes de una
frenética y fanática lucha en contra de la violencia contra el idioma
Castellano, decida desconocer los derechos fundamentales de la libertad de
expresión y del libre desarrollo de la personalidad de los Catalanes, por
ejemplo, y estime que, como son pocos los que hablan Catalán, que como no les
entienden lo que dicen en ninguna otra parte, y como además tienen ánimo
separatista, pues lo mejor será prohibirles que mantengan su tradición cultural
y hará lo que esté a su alcance para erradicarlo... Todo esto con la
insostenible particularidad que no aplicará el mismo rasero para los demás
dialectos que se hablan en España, a saber, el Valenciano, el Gallego, el
Euskera, el Aranés y el Asturleonés; Es decir, a estos cinco dialectos no los
prohíbe, no los persigue y no busca erradicarlos, a esos si se le antoja seguir
permitiéndolos… ¿Se imagina? Si esto llegare a suceder, créame Señor Anselmi
que yo me pondré la camiseta en defensa de los Catalanes y de su dialecto pues
el pilar de una Democracia no es la igualdad de derechos, sino en el igual
derecho a la diferencia… Lo sé porque los aficionados taurinos somos diferentes
Señor Anselmi, pero el hecho que nos guste presenciar el todavía lícito
sacrificio de bovinos no nos hace violentos, tampoco nos convierte en
maltratadores de animales, de manera que por favor dejen de ser tan
intolerantes con las Corridas de Toros y dediquen toda esa pasión por la
defensa de los animales en aquellas criaturas que realmente los necesitan.
François R. Cavard M.
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