Ante nutrida
presencia de público el pasado sábado
RUBÉN DARÍO VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Importante
tarde de toros la que tuvo lugar este sábado, en el marco del primer festejo de
las festividades en honor a San Antonio de Padua, donde los momentos de mayor
interés corrieron a cargo del novillero emeritense José Antonio Salas.
Seria Salas intérprete
de los momentos de mayor transcendencia artística, haciendo gala de un torero
reposado, a media altura, templando milimétricamente la floja embestida del
astado que despacho, despenándolo de certero espadazo, para hacerse con el par
de trofeos auriculares y posterior salida en hombros.
Lo demás del
festejo vendría condicionado por la escasa presencia y complicado juego de las
reses lidiadas de la ganadería Bellavista. Abrió plaza el matador Manolo López,
quien ligero de pies, no se acopló a la correosa embestida del astado,
requiriendo de varios viajes con el verduguillo para ser silenciado.
Daniel
Vergara “Chiguarita” correría a cargo con una vaquilla de escaso recorrido y nula
condición de humillar. Se desgrano el mencionado novillero en el toreo a la
galería, haciendo gala de enorme voluntad y deseos de agradar y poco más. Cerró
función una vaca toreada, vieja y esmirriada, para el banderillero Mauro David
Pereira, quien volvía a tomar muleta y espada, librando con veteranía las aviesas
intenciones de tal “regalito” que le enviaron Don Luis Ortiz y su hija Paola
Ortiz.
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