El negocio creciente de las
mascotas en el mundo y en España, esconde una problemática de intereses
económicos y morales que atañen a la tauromaquia. *** La inversión en
investigación alimenticia y farmacológica para los seres humanos ya está por
debajo de la inversión que se realiza para las mascotas. *** La cuestión
estriba en si estamos a tiempo de desenmascararlo, si las ONG van a denunciar
esta aberración del negocio más floreciente del mundo
La noticia publicada por el portal taurino mundotoro.com con datos contrastados
sobre el negocio creciente de las mascotas en el mundo y en España, esconde una
problemática de intereses económicos y morales que atañen a la tauromaquia. En
los últimos 15 o 20 años, empresas multinacionales de sectores de la
alimentación ‘reconvertieron’ su productividad hacia el mercado de los animales
‘de compañía’. Primero a su alimentación, posteriormente a su sanidad y ahora a
su ocio, aseo, cosmética, vivienda, etc… , siendo en la actualidad el negocio
de mayor crecimiento exponencial del mundo y uno de los mayores en España, en
donde ya se censa una mascota por cada dos habitantes, con previsiones de
igualar poblaciones en el margen de cinco a diez años, cuando haya un animal de
compañía por habitante. Un español, una mascota.
Los datos de este mercado son contundentes: 30 billlones de
dólares anuales. Crecimiento del 120% en diez años. Mercado al alza con una
población animal que se espera se triplique en España para 2020 y se
quintuplique en América Latina. Desde la multinacional líder en farmacología,
Bayer, hasta las transnacionales Affinity, Nestlé, Procter & Gamble, Mars…,
las grandes empresas que se dedicaban al ser humano han modificado inversiones,
variado el rumbo de recursos e investigación y plan de negocio hacia la
alimentación, medicina, farmacología, moda, ocio, etc… de un mercado que en
España facturó más de 2.000.000 en 2104. Muy cerca del PIB de Etiopía.
Hasta ahí, puro mercado. Pero ¿qué estrategia hay detrás,
qué datos manejan estas multinacionales de las mascotas, qué influencia tienen
en estados, gobiernos y sociedad? Y por último ¿Qué tiene que ver esto con el
toreo?. Estudios estratégicos de Affinity, empresa líder y otros de Nestlé y
Mars afirman que la producción destinada al consumo para los humanos, ha
decrecido (más durante la crisis) con las caídas de las tasas de natalidad. Las
personas de edad avanzada no son rentables ni en alimentación ni en medicina.
Por tanto, la tarea prioritaria es expandir y hacer más necesario y complejo
socialmente el consumo de toda clase de productos y servicios para las
mascotas.
Este es inicio de una hipocresía y perversión del ser humano
que no tiene precedentes. Que es admitida, consentida y ni siquiera criticada
por los partidos supuestamente más ‘sociales’ o ‘favorables al pueblo’ (PODEMOS;
PSOE y similares, que abogan los derechos del pueblo y las necesidades de las
gentes) que, financian movimientos globales estratégicos con mensajes
pro-animalistas, grupos que van en contra de la tauromaquia y que tiene una
estrategia de medio y largo plazo que abarca legislaciones nacionales e
internacionales y cambios de conducta social. No puede ser coincidencia que se
hayan modificado un centenar de leyes sobre ‘derechos’ de los animales con la
eclosión millonaria del negocio.
Acción Contra el Hambre, una ONG que lucha contra la primera
necesidad del ser humano en el mundo, denuncia el cambio de tendencia: la
inversión en investigación alimenticia y farmacológica para los seres humanos
ya está por debajo de la inversión que se realiza para las mascotas. La misma
ONG afirma que con 450 millones de euros se acabaría con la hambruna de 20
milllones de niños en el mundo. En España nos gastamos en 2014 600 millones en
peluquería, manicura y similares de perros y gatos. Fuentes de Cáritas
consultadas por este medio afirman contar con presupuestos de 250 millones de
euros para paliar el hambre de 2,7 millones de españoles en ‘pobreza severa’ y
8 en el umbral de la pobreza. Los españoles gastamos en alimentar a las
mascotas 1.010 millones per-cápita. Con los 35 millones de euros que se
gastaron en arena para (que hagan caca) los gatos, podrían abrir todos los
comedores de todos colegios para dar comidas a niños necesitados los próximos 5
años.
Esta perversión del ser humano, que abandona el futuro del
hombre por mera cuestión de natalidad/edad, al dejar ésta de ser negocio, está
usando todo tipo de estrategias de márketing y política. Mundotoro ya citó hace
años a un periodista sueco que se atrevió a afirmar que la capacidad de
influencia en gobiernos y legislación de las multinacionales de las mascotas es
similar a la que tuvieron las petroleras en los años 80. Este márketing de
inversión multimillonaria incluye la producciòn de películas de presupuesto, en
animación o con animales reales, que los embeben al lado del ser humano,
pasando por la financiación y manipulación de grupos alertas en redes y webs
animalistas que ejercen controles y presionan sobre todo aquello que,
supuestamente, va en contra de los derechos de los animales. La tauromaquias,
por ejemplo. Basta con el ejemplo de una madre popular de tv, que, presionada
por publicar una foto en una plaza de toros con sus hijos, hubo de pedir perdón
públicamente.
Ligado al asunto de los derechos, las inversiones para la
estrategia de cambio de pautas sociales con las mascotas no tiene límites. Va
desde la financiación de bufetes de abogados para solicitar derechos del ser
humano y trasladarlos a un animal, hasta inversiones en estudios de dudosa no
manipulación en universidades. El último de la multinacional Affinity, afirma
que el trabajador ha de acudir a su puesto de trabajo con una mascota, pues
mejora su rendimiento laboral y propone premiar a las empresas que lo permitan.
Los presupuestos ideológicos de los partidos que abogan por
la prohibición de la tauromaquia deberían ser los que denunciaran el desvío de
recursos y la desnaturalización y deshumanización de este mercado (recordemos
que el macho animal doméstico es castrado al igual que la hembra, salvo
excepciones para élite de reproducción). Sin embargo, se han introducido en la
corriente del mirar hacia otro lado. Es más, practican un animalismo extraño,
contrario a sus propuestas ideológicas hacia el ser humano en un extraño papel
rocambolesco de sospechosa afinidad. Este mercado creciente, rico y poderoso,
se ha adueñado del sentimiento animalista del mundo, lo ha diseñado, dirigido,
promocionado y patrocinado.
La cuestión estriba en si estamos a tiempo de
desenmascararlo, si las ONG van a denunciar esta aberración del negocio más
floreciente del mundo o si van a admitir donativos suculentos que maticen sus
opiniones. O si van a seguir saliendo saliendo tipos como Leonardo Anselmi
Rafaeli, argentino asalariado itinerante que puso rostro y voz a la prohibición
en Cataluña. O si nuestro talento se reconducirá hacia la denuncia de este
modelo de mercado, al que no le interesa una cultura, un rito, un mensaje y una
verdad en la que el animal salvaje y el hombre mantengan una relación natural.
Porque el maltrato, la perversión del humano y del propio animal,
es la que hace primero natural lo innatural (al decidir la inutilidad e
incordio del sexo en animales domésticos), hace necesidad de lo innecesario, y,
por último, desvía recursos básicos destinados a las necesidades del ser humano
para priorizar el mercado exitoso de la mascota. / MUNDOTORO
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