El
matador mexicano tiene una una trayectoria ascendente pero «limpia» de 22
centímetros en muslo derecho y otra de 10 hacia la rodilla que no interesa la
articulación, según el parte facultativo. Cortó tres orejas y fue prendido al
matar al encastado sexto de La Quinta.
IÑIGO CRESPO
Diario ELMUNDO de Madrid
De la estocada al último toro de La Quinta salió
seriamente herido Joselito Adame, cuando lo había cuajado de pitón a rabo. Rodó
el santacoloma certero y Adame fue llevado a la enfermería del Nuevo Coliseo
burgalés. Perdón, a la UVI móvil ya que el piquete tiró el quirófano en la
reforma. Y allí lo estabilizaron para trasladarlo al Hospital Universitario y
poderlo intervenir. El doctor Aguado no se separó de su vera. Dos treyectorias
se le detectaron en el muslo derecho que más tarde se confirmaron.
Joselito Adame cortó tres orejas, contando con la
primera que le cortó al tercero tras una faena de radiante actitud. El toro de
Conradi pedía firmeza. Y al sexto lo reventó de principio a fin. Buenos lances
a la verónica, un quite por lopecinas y una faena de muleta reunida e intensa
frente a un toro encastado que exigió todo por abajo. Entrega total de un
torero con las ideas muy claras y el alma muy despajada. Sabe lo que quiere
como demostró en su paso por San Isidro y en estos.
Buena estampa lució una corrida de La Quinta
-volvía a Burgos 22 años después- que tuvo como principal virtud la
personalidad. Hasta cuatro toros con opciones que ofrecieron espectáculo para
una terna dispuesta y que posibilitaron que nadie se aburriese. Ningún toro fue
igual a otro. El primero, noble e incluso dulce; un segundo bravo que regaló
muy poco y un tercero que se movió un tanto desordenado pero que respondió
cuando le dominaba por abajo. No contaron un cuarto sin fondo y un quinto que
se vino abajo.
A hombros pudo haber salido un torero con la
hierba en la boca: Manuel Escribano. Su primero fue temperamental. Se movió con
potencia y marcando territorio. El carácter de Manuel Escribano le dio replica,
con una labor intensa. Paseó la oreja tras una estocada precedida de un
pinchazo. Al quinto le exprimió Escribano poniendo todo frente a un animal que
se fue desfondando. De acertar con el acero hubiese tenido premio.
Abrió plaza un toro con movilidad y buenas ideas
aunque no sobrado de nada. Se desplazó con nobleza y por el derecho sacó estilo
de buen toro. Y una faena de Robleño de inteligente oficio y suavidad,
brillando la compostura de su toreo ligado en redondo. Gustó la entidad de su
toreo despacioso. Oreja tras una estocada tendida. No tuvo opción frente al
cuarto.
Parte facultativo: Joselito Adame sufrió una
cornada en muslo derecho tercio inferior con una trayectoria ascendente pero «limpia»
de 22 centímetros y otra de 10 hacia la rodilla que no interesa la
articulación. Pronóstico grave.
FICHA DEL FESTEJO
Nuevo Coliseo de Burgos. Domingo, 28 de
junio de 2015. Segunda de feria. Dos tercios de entrada.
Toros de La Quinta, bien presentados, variados de hechuras y entipados; el
6º encastado y con fondo; exigentes y con temperamento los tres primeros;
deslucido el 4º; a menos el 5º.
Fernando
Robleño, de tabaco y oro.
Estocada tendida (oreja). En el cuarto, estocada (silencio).
Manuel
Escribano, de turquesa y oro.
Metisaca y estocada (oreja). En el quinto, tres pinchazos y estocada. Aviso
(ovación).
Joselito
Adame, de grana y oro. Estocada
en la suerte de recibir (oreja). En el sexto, estocada de la que sale herido
(dos orejas).
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