domingo, 7 de junio de 2015

DECLARACIONES – ULTIMA CORRIDA DE SAN ISIDRO 2015: Rafaelillo: “Espero que esta tarde me ayude a callar muchas bocas”

El diestro Rafael Rubio “Rafaelillo”, que hoy cuajó de manera inmensa a un toro de Miura en Las Ventas, manifestó a Efe que, pese a perder las orejas con la espada, espera que esta tarde le sirva “para callar muchas bocas”.

“Tengo mucha rabia contenida por el maltrato que estoy sufriendo por las empresas de muchas plazas que han optado por apartarme cruelmente de sus ferias a pesar de haber salido muchas veces triunfador de ellas. Por eso necesitaba hoy un triunfo grande o un toque de atención para que vieran que sigo muy vivo pese a su ninguneo, de ahí mis lágrimas en la vuelta al ruedo”, confesó.

“Yo no pido limosna a nadie. Jamás lo he hecho. Sólo pido que me respeten y me den el sitio que me merezco y que tanto me ha costado labrar. Hoy en Madrid creo que se ha visto una dimensión muy importante de mi toreo con los ‘miuras’, que no es nada fácil, y, aunque no he podido cortar las orejas, al menos me llevo un reconocimiento que espero que me sirva para el futuro”, añadió.

Sobre la faena protagonizada a ese cuarto toro del festejo, el torero murciano señaló: “Ha sido muy importante. Ha habido momentos muy rotos por abajo, de mucha entrega, con los que he vuelto a sentir los olés de Madrid con una rotundidad increíble. El toro no era fácil, tenía sus registros, y creo que he logrado una obra muy bonita”.

“La pena ha sido la espada, pues he tenido ahí la gloria si no llego a fallar como lo he hecho. No se si hubiera cortado las dos, pero una con mucha fuerza iba a caer seguro. Al final me llevo la vuelta al ruedo que, pese a las lágrimas, ha sido de las más bonitas y sentidas que he dado en mi vida”, concluyó.

El salmantino Javier Castaño reconoció haberse encontrado “bien” con dos toros “nada fáciles”. “Mi primero pedía estar siempre muy bien colocado para tratar de sacarle los pases, pero sólo por el izquierdo, pues por el otro se metía mucho por dentro; y el quinto ha sido otro toro de apostar, ponerle la muleta y que fuera lo que Dios quisiera. He hecho un esfuerzo tremendo toda la tarde”, confesó Castaño.

El rostro de Serafín Marín al finalizar la tarde era todo un poema, y no por haber desaprovechado alguna ocasión clara de triunfo, sino por “la cantidad de reproches” que se llevó de la gente tras la faena al sexto.

“Es verdad que este toro se venía de largo, pero era muy mentiroso y al final del embroque me quedaba vendido y, evidentemente, descolocado. He hecho todo a favor de obra, a pesar de que no han querido verlo, al igual que con el tercero, tan noble como insulso, imposible para Madrid”, dijo el torero catalán. / EFE

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