No es malo el camino nuevo, es el
mismo camino de siempre
KIKE ROSALES
@Kikefutbol
Las cosas de los toros en el país para que anden tan mal
como en estos días es porque vienen
sucediendo desde hace tiempo, la desolación llega en vagones de tristezas a la
estación del abandono en el único tren que ha vendido todos sus boletos con
pura ida, sin derecho a vuelta.
El vagón de la ganadería Venezolana tiene de valija la
consanguinidad, los inconvenientes para traer semen importado es de todos
conocidos, hablar de vaquillas ni se diga. Toros traídos desde España para San Cristóbal han
sido indultados, dos de ellos fueron “sacrificados” sin poder servir para hacer
un banco de semen, el “ajusticiamiento” se efectuó porque se violaron normas
sanitarias para su arribo el año pasado dejando los astados como solo un
recuerdo. En los corrales de la plaza de toros de Pueblo Nuevo actualmente
están varios entre ellos el indultado
este año, pero se quedan allí “corraleados” sin poder ser lidiados; y
con la “sospecha” que llegaron acá sin la posibilidad de servir como semental
si alguno era indultado (vasectomía) para la reproducción.
Las corridas son muy pocas, la única parte donde la mayoría
de los toreros se puede ir es a Perú donde al menos pueden recibir dinero por
torear, aquí en el país es muy difícil vivir de ser torero, para solo sacar un
documento al preguntarse la profesión y decir que se es torero genera una
sorpresa en los funcionarios, ni siquiera piensan que “eso” sea verdad.
Rafael Escalona se llevó otro embarque, en la Asamblea
Nacional tuvo que reunirse solo con los asambleístas gastando el poco dinero
que tiene, los que debían acompañarlo lo dejaron porque no fueron atendidos a
la hora estipulada (como si las luchas gremiales tuvieran fecha y calendario)
dejando a quien no es ni ganadero ni empresario lidiar con los asambleístas.
“el tren” de las corridas de toros en Venezuela anda rodando por sus propios rieles, eso si la
indiferencia y la falta de compromiso viaja en el vagón de primera clase rumbo
al despeñadero, lo demás, la idea de defender un acto cultural de broma y va en
el vagón de carga esperando no ser maltratado al bajar el resto del equipaje
cuando arribe a su “llegadero”el tren del fracaso.
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