jueves, 4 de junio de 2015

FESTEJO DEL CORPUS - La terna se impone a los de Villamarta en Sevilla

Roca Rey, la sensación peruana, que se  presentaba, cortó dos orejas y recibió un  pitonazo al entrar a matar. Buen nivel de Filiberto  y Aguado, que recibió varias volteretas sin  consecuencias en el sexto.
CARLOS CRIVELL
Foto: EFE

La novillada era prometedora y se cumplieron las  expectativas. Solo falló el juego de los novillos de  Villamarta, una escalera y de mal juego en  general. Si la novillada hubiera tenido algo de  calidad la tarde podía haber sido sonada. Los  tres novilleros salieron a por todas conscientes  de que estaban en Sevilla. Y se justificaron de  sobras. Se encontraron un público generoso, a  una música desconocida por su extrema  facilidad para animar la tarde y un palco  benevolente, pero estos detalles no deben  quitarles méritos a tres jóvenes que se  entregaron en busca del triunfo.

Filiberto, novillero murciano, sabe torear, realiza  un toreo clásico con los añadidos del toreo de  nuestros días y dejó una grata impresión en su  debut sevillano. El que abrió plaza sufrió un duro  castigo en un mal puyazo y llegó sin vida al final.  El de Calasparra intentó templar la embestida en  una labor que no remontó. Lo mejor, la estocada.

El cuarto fue tan chico como noble. Ahora  demostró que su estilo es el de un torero clásico,  ya en las tandas de la derecha del comienzo,  como en algunos naturales de muy buen corte ya  al final del su faena. Remató con los consabidos  circulares y el toreo de cercanías tan frecuente  en la tauromaquia moderna. Cortó una oreja muy  generosa.

La presentación del peruano Roca Rey en  Sevilla fue triunfal. Desde que se abrió de capa  en el quite al primero de la tarde dejó su  impronta de torero templado y valiente. En todo  momento intervino en quites con mayor o menor  fortuna, pero en sus dos faenas imperó la  templanza y la quietud. La faena al segundo,  novillo parado, fue de entrega absoluta. Si  además la música suena con generosidad, todo  se puso a su favor para cortar la primera oreja  de la tarde.

El triunfo serio y contundente llegó en el quinto,  novillo más encastado y que necesitaba mucho  valor y una muleta muy poderosa para que no  llegaran los enganchones. Roca Rey hizo sonar a  la banda en el saludo de la faena con muletazos  valiente de rodillas. Las tandas con la diestra  fueron muy vistosas por la firmeza del torero,  siempre con el temple por bandera. Llegó un  desarme y la reacción engallada del peruano  para rematar con la izquierda y con unas  luquesinas muy valientes. Al matar sufrió un  pitonazo en la zona inguinal. Estaba herido pero  aguantó hasta que murió el de Villamarta. Cortó  la oreja de más fundamento de la tarde.

Pablo Aguado no pudo lucirse en el primero de  su lote. Había toreado con gusto a la verónica al  recibirlo. Le costó templar a un novillo de poca  clase. A pesar de ello, por allí quedaron algunos  muletazos sueltos de trazo muy hermoso.

Cuando salió el sexto, sus compañeros ya  habían tocado pelo. Aguado salió a por todas.  En el centro del ruedo le dio dos faroles de  rodillas y al levantarse el novillo lo arrolló de  forma impresionante. Menuda paliza. Se levantó  y de nuevo toreo por faroles de rodillas, lances a  la verónica y chicuelinas. Un alboroto con música  de fondo. Todo fue de arrebato. El galleo por los  lances de Chicuelo llegaron al tendido. La  emoción subió de tono con la cogida, sin  consecuencias, del banderillero Paco Cervantes.  El novillo fue una prenda bruta y desagradecida.  Pablo, quizás atolondrado, llegó a tropellar la  razón y a todo lo que se puso por delante. Allí  quedó un recital de casta torera en una versión  que no es la uno espera de este torero, pero ya  se sabe que si el toro no embiste el que debe  hacerlo es el torero, más si es un novillero. Lo  dejó todo en una faena vibrante, nunca perfecta  por las circunstancias, pero de tremenda  emoción y nueva cogida sin consecuencias. La  paliza fue de campeonato. Se tiró a matar de  verdad y se llevó una oreja ganada con sangre,  sudor y lágrimas. Buen colofón para una  novillada muy interesante con tres chavales por  encima de una novillada que no regaló nada.

FICHA DEL FESTEJO
Plaza de la Real Maestranza, 4 de junio de 2015.  Novillada del Corpus. Menos de media plaza.
Seis novillos de Villamarta, muy desiguales de  presencia -una escalera- con alguno chico, el 4ª,  y otros muy fuertes, el 6º. Escaso juego con  problemas derivados de la falta de fuerzas y  mansedumbre. Mejores 4º y 5º. Saludaron en banderillas Manuel Odero y Roberto Ortega.
Filiberto, de salmón y oro. Estocada (saludos).  En el cuarto, estocada trasera (una oreja).
Roca Rey, de canela y oro. Estocada corta (una  oreja). En el quinto, pinchazo y estocada (una  oreja).
Pablo Aguado, de rioja y oro. Pinchazo y  estocada tendida (saludos). En el sexto,  estocada contraria (una oreja).

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