Los hermanos Manzanares, Manuel (rejoneador) y
José María, rindieron hoy un triunfal homenaje a su padre, José María
Manzanares, en su tierra, Alicante (este), donde salieron a hombros junto a
Enrique Ponce.
Ponce protagonizó un emotivo brindis a las hijas
de Manzanares en su primero, un toro muy justo de todo, al que, a base de
cuidarle y medirle mucho las alturas y distancias consiguió sacarle el fondo
que tenía para recetarle varias tandas a derechas de mitad de trasteo en
adelante, simplemente sublimes por lo relajado, templado pausado y ligado que
toreó. Faena de técnica y sapiencia, de gobierno y mucho
mando del maestro de Chiva que, tras una certera estocada, cortó las dos
orejas.
En el quinto volvió Ponce a sacar a relucir toda
su maestría para aprovechar lo poco que tuvo dentro el quinto, un toro manso
que se rajó a la mitad de su lidia, al que el valenciano toreó con pausa e
hilván sobre el derecho, cerrando faena con sus personales
"poncinas". El mal uso de la espada le privó de tocar pelo.
José María Manzanares sorteó en primer lugar un
toro mansito, que apenas se empleó en los primeros tercios, pero al que cuajó
una notable faena entre las rayas con la muleta. Labor basada por el derecho,
aunque lo más rotundos fueron las series encadenadas de circulares que firmó en
el epílogo. Agarró una buena estocada y logró dos orejas entre el clamor de sus
paisanos.
Otras dos orejas paseó José Mari del sexto, toro
rajadito, pero al que toreó de categoría con una plasticidad y gusto. La
estocada final fue perfecto corolario para el doble trofeo.
En el primer y cuarto toro actuó como rejoneador
el menor de los Manzanares, Manuel, que saludó una ovación tras una faena con
tintes clásicos y mal rematada con el rejón de muerte frente a su deslucido
primero; mientras que pudo resarcirse al cortar las dos orejas del manejable
cuarto con una faena cumbre en la que lo bordó montando a su caballo
"Príncipe" en banderillas. / EFE
FICHA DEL FESTEJO
Dos toros para rejones -primero y cuarto- de
Fermín Bohórquez, flojo el primero,
y manejable el otro; y cuatro para la lidia de a pie de Núñez del Cuvillo, de desiguales hechuras y de juego también
variado.
El rejoneador Manuel Manzanares, ovación y dos orejas.
Enrique
Ponce, dos orejas tras aviso y
vuelta al ruedo tras aviso.
José
María Manzanares, dos orejas y
dos orejas.
En cuadrillas, Curro Javier y Luis Blázquez
saludaron en el sexto.
Al finalizar el paseíllo, los tres toreros,
y sus respectivas cuadrillas, autoridades y todos los miembros de la empresa de
la plaza de toros de Alicante salieron al ruedo en señal de homenaje a José María Manzanares, padre, mientras
sonaban los acordes del himno regional de la ciudad.
La plaza tuvo un lleno aparente en los
tendidos.
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