Redacción APLAUSOS
Carlos Núñez, hasta ahora presidente de la Unión
de Criadores de Toros de Lidia, se ha despedido del cargo antes de la
celebración de las elecciones para la Junta Directiva de la entidad -que se
llevarán a cabo el próximo 7 de junio- y lo ha hecho a través de una carta en
la que hace balance de la década en la que ha estado al frente de la entidad.
Núñez destaca el traspaso de la Tauromaquia al Ministerio de Cultura y la
Iniciativa Legislativa Popular que consiguió la declaración de la Fiesta como
Patrimonio Cultural como grandes logros, además de la lucha contra el
movimiento animalista.
"Ahora es momento de pensar hacia adelante,
en reconstruir nuestro sector al tiempo que se reconstruirá España. Es momento
de aprender de los errores del pasado, y por supuesto, es momento de estar más
unidos y mejor que nunca. Para eso, son necesarias las instituciones, para que
puedan vertebrar un trabajo en equipo fuerte y sólido, y que nuestra gente del
toro sienta que puede confiar en ellas y que se sienta defendido por
ellas", asegura Carlos Núñez, que pone en valor el mundo de los toros: "somos
parte de una cultura maravillosa y debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a
ella. Nuestras cifras -económicas, ecológicas, laborales, número de
espectadores- aunque apabullantes, son insignificantes a la hora de contar la
trascendencia de lo que realmente somos: de la emoción de criar un toro, del
toreo a la verónica o del temple de un natural. La tauromaquia es cultura que
se convierte en experiencia cada vez que se vive una tarde de toros, un
encierro o una visita a una ganadería".
Carta íntegra de Carlos Núñez:
"Querida
gran familia del Toro,
Me dirijo a
todos vosotros a ganaderos, a toreros de oro y de plata, a empresarios
taurinos, a nuestra gente de los festejos populares, a quienes llenáis los
tendidos, a periodistas que hacéis visible la tauromaquia en los medios, a toda
nuestra la gente del campo, a nuestros aliados de otros sectores del medio
rural y al resto de profesionales y aficionados que hacéis posibles la
Tauromaquia.
Estamos
viviendo unos días que posiblemente estén siendo los más duros de la historia
reciente de España, y nos estamos viendo una vez más discriminados por la
Administración del Estado, que no reconoce a la tauromaquia como Patrimonio
Cultural de todos los españoles. De nuevo, la imposición ideológica y la falta
de respeto hacia un sector que es cultura, que es patrimonio medio ambiental y
que es tejido rural, deja en entredicho a unos gobernantes que no nos respetan
ni a nosotros, ni al esfuerzo de nuestros mayores, ni a los sueños de los
jóvenes del futuro.
Tras 10 años
al frente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, tal y como establecen
nuestros Estatutos, finaliza mi mandato sin posibilidad de reelección como
presidente de esta prestigiosa institución, precisamente en el año que la
Entidad cumple 115 años.
En estos
años he estado involucrado en importantes hitos para el toreo, como el traspaso
de competencias taurinas del Ministerio de Interior al de Cultura, liderado por
las figuras del toreo y por nuestro ganadero y abogado, Javier Arauz de Robles
quien realizó una extraordinaria labor.
Viví cómo de
forma absolutamente inconstitucional Cataluña prohibió los espectáculos
taurinos, y surgió un grupo de aficionados valientes con Luis María Gibert a la
cabeza que lideraron junto con la Mesa del Toro una recogida de más de 500.000
firmas necesarias para la presentación de la primera Iniciativa Legislativa
Popular taurina. Esta acción consiguió que la Tauromaquia y la crianza del toro
bravo sean Patrimonio Cultural por la Ley 18/2013.
En 2009 nos
encontramos inmersos en la crisis económica que afectó de lleno al ámbito
ganadero de bravo y dejó tiritando a nuestro sector con una reducción de un 40%
de festejos, donde se consiguió subsistir en parte por el balón de oxígeno de
los festejos populares. Mientras, los ataques a la tauromaquia por parte de
grupos animalistas y partidos políticos seguían siendo constantes y más
organizados, por lo que la Junta Directiva trabajó en distintos proyectos de
defensa tauromaquia, hasta conseguir finalmente impulsar la constitución de la
Fundación Toro de Lidia, un proyecto generoso del que nos sentimos orgullos y
que hoy camina con independencia en la defensa y promoción de la tauromaquia.
En los
últimos años, nos marcamos como objetivo la protección de nuestros intereses
ganaderos en el ámbito europeo donde los movimientos animalistas estaban
esforzándose en eliminar las ayudas de la PAC a la ganadería de bravo en pleno
proceso de su debate parlamentario. Precisamente, la Junta Directiva de UCTL en
un ejercicio de responsabilidad contrató los servicios de un equipo de lobby en
el Parlamento Europeo, consiguiendo que, por primera vez, el toro bravo tenga
representación para su defensa en las instituciones europeas. Todo esto
enmarcado en un cambio de la comunicación del toro considerando el eje del
relato en su valor medio ambiental. Además hemos impulsado junto al sector de
la caza, la agricultura y el forestal entre otros, el ambicioso proyecto de
Alianza Rural para la defensa y puesta en valor de todos los hombres y mujeres
que trabajamos y gestionamos el campo español.
Ahora es
momento de pensar hacia adelante, en reconstruir nuestro sector al tiempo que
se reconstruirá España. Es momento de aprender de los errores del pasado, y por
supuesto, es momento de estar más unidos y mejor que nunca. Para eso, son
necesarias las instituciones, para que puedan vertebrar un trabajo en equipo
fuerte y sólido, y que nuestra gente del toro sienta que puede confiar en ellas
y que se sienta defendido por ellas.
Si algo he
aprendido en este tiempo, es que el toro bravo es un animal que provoca
admiración y que no deja indiferente a nadie. Todo el mundo quiere conocer este
enigmático animal, como también quieren conocer a los toreros, como personajes
singulares que son capaces de entregar su vida para crear arte.
Somos parte
de una cultura maravillosa y debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a ella.
Nuestras cifras -económicas, ecológicas, laborales, número de espectadores-
aunque apabullantes, son insignificantes a la hora de contar la trascendencia
de lo que realmente somos: de la emoción de criar un toro, del toreo a la
verónica o del temple de un natural. La tauromaquia es cultura que se convierte
en experiencia cada vez que se vive una tarde de toros, un encierro o una
visita a una ganadería.
En esta
década al frente de la UCTL he dejado una parte de mi vida, he dedicado muchos
esfuerzos y trabajo, pero también me llevo muchas experiencias, un gran
aprendizaje y fundamentalmente, me llevo vuestro afecto, porque para mí, ha
sido un honor presidir esta casa, la Casa del Toro.
Deseo la
mejor de las suertes a nuestra nueva Junta Directiva y al resto de
instituciones taurinas ante el importante y difícil toro que os toca lidiar.
Un abrazo
muy fuerte,
Fdo.:
Carlos Núñez Dujat des Allymes"
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