martes, 26 de mayo de 2020

De “Compadre” a “El Mexicano”

Primer semental mexicano en España
Don Luis Barroso con don Álvaro Domecq y el maestro “Calesero” / Cortesía La Aldea de Tauro
Así rebautizaron al toro de San Miguel de Mimiahuápam que se quedó en Los Alburejos en 1971 y que en los siguientes tres años dejara descendencia

ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA AL RUEDO

Luego de la larga travesía y espera para que la dehesa mexicana de San Miguel de Mimiahuápam lograra un resonante éxito en su debut en el coso Monumental de Las Ventas de Madrid, el 22 de mayo de 1971, en plena Feria de San Isidro, uno de los siete toros enviados por don Luis Barroso Barona, a petición de don Álvaro Domecq y Diez, el marcado con el número 45, de nombre “Compadre”, el que al final de cuentas fue rebautizado como “El Mexicano”, se quedó como semental en la finca andaluza Los Alburejos, hecho que más fuerte el triunfo de la histórica ganadería nacional.

De nueva cuenta, buscando en nuestros archivos, encontramos que el maestro José Alameda, invitado por don Álvaro Domecq y Diez, con su peculiar, periodística y poética forma de escribir, realizó un reportaje para El Heraldo de México, el 10 de junio de 1974, sobre ese toro de San Miguel de Mimiahuápam que se quedó en el campo bravo gaditano.

“Desde Sevilla a Jerez, se va por un campo de oro, pero donde el sol no abruma al paisaje, sino que lo suaviza, en planos sencillos, bajo un cielo alto y ligero. Hacia las tierras de Medina Sidonia, está la finca de ‘Los Alburejos’, donde Álvaro Domecq tiene el primer semental de México que pasta en España, el toro ‘Compadre’, número 45 de Mimiahuápam, que llegó para quedarse, hermano de aquellos otros que se lidiaron con tanto éxito en la plaza Monumental de Madrid el año 1971.

Cuando pregunto por ‘Compadre’, no saben que decirme. Y es que le han cambiado el nombre. Ahora, le llaman sencillamente ‘El Mexicano’. Su número 45 no encaja en la serie numeral de la ganadería de Torrestrella de Álvaro Domecq, pues naturalmente corresponde a la serie numérica de Mimiahuápam de 1966 (año de nacencia), ya que ahora ocho años de edad. Cuando se lidiaron sus hermanos, todos eran ya cinqueños.

La mosca de verano que asedia a las reses, se ha llevado al toro monte arriba y hay que ir a buscarlo. Mientras realizan esa tarea los garrochistas, escucho a Álvaro Domecq y a su administrador, Rafael Velázquez, quienes me informan que hijos de ‘El Mexicano’ son, de 1972, dos machos y una hembra, la que tentó recientemente Fermincito ‘Armillita’. Pero ya del 73 hay 12 becerras y otros tantos becerros y un número aproximado se espera para este año.

Torrestrella, nombre de la ganadería, proviene de un viejo castillo, así llamado, que preside desde el cerro todo este paisaje. Cerca de allí había ido a refugiarse el toro. Pero ya lo traen. Y dócil, recortándose sobre el fondo verde y oro de ‘Los Alburejos’, nombre de la hacienda, se deja retratar. Un toro histórico ‘El Mexicano’, antes ‘Compadre’, número 45, de San Miguel de Mimiahuápam, el primer semental de México en la ganadería española.

Yendo por la carretera vieja a Jerez, hay cosas que se pierde el viajero apresurado que prefiere la autopista. Por ejemplo, cerca de Utrera, está un pueblo chico, limpio, encalado, que merece párrafo aparte.

Un pueblo, todo él dedicado en homenaje a Joaquín y Serafín Álvarez Quintero, los reyes del costumbrismo andaluz, que trasladaron a la escena el soplo y el colorido de su tierra. Cada calle de Guadalena lleva el nombre de una de las obras de los Quintero. Algo singular. El pueblo también parece de escenografía, con sus casas blancas, sus rejas negras y sus flores polícromas.

El taurino Enrique Vargas, que nos conduce, se pone frente al grupo y toma una fotografía. Guadalena de los Quintero no puede ser más pintoresco. Un verdadero decorado quinteriano al borde de la carretera. Y la nomenclatura de sus calles, arroja sorprendentes efectos literarios. Por ejemplo, calle de ‘Castañuela’, calle de ‘Esgrima y Amor’ o calle de ‘Mallorca’. O escuchen esto: calle de ‘El Genio Alegre’. ¿Cómo les suena?

Por este campo y por este ambiente, hemos venido a visitar al primer semental de México en España. Nosotros ya lo conocíamos de cuando venimos hace tres años a ver la corrida. Pero se trata ahora de que también lo conozcan. Cuando ‘El Mexicano’ se fue de nuevo monte arriba, asediado por las moscas andaluzas, su paso ligero y su mugido hacia el horizonte, me hicieron pensar que iba contento de la visita, como hubiera entendido. Iba también con ‘El Genio Alegre’”.

FERMÍN ESPINOSA LO RECUERDA

Para complementar esta remembranza histórica, platicamos con el matador de toros retirado aquicalidense Fermín Espinosa Menéndez “Armillita” sobre su participación en esa tienta de la primera descendencia de “Compadre” o “El Mexicano” en el tentadero de la dehesa jerezana de Torrestrella y así lo recuerda:

“Si me acuerdo muy bien, en aquel 1973, todavía era novillero, me pasé mes y medio en Los Alburejos y llegué a tentar mucho y entre lo que se probó hubo un par de becerras de ese toro de San Miguel de Mimiahuápam. La verdad es que salieron muy buenas. Fue algo muy significativo. De la demás descendencia que haya tenido, pues sólo el ganadero sabe lo que pasó con ella, pero si es un bonito recuerdo”.

DATO
De su descendencia, en 1972 dejó dos machos y una hembra. Para el 73 hubo 12 becerras y otros tantos becerros y un número aproximado en 1974
El toro ‘Compadre’, número 45 de Mimiahuápam, que llegó para quedarse, hermano de aquellos otros que se lidiaron con tanto éxito en la plaza Monumental de Madrid el año 1971.

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