A 85
años de su natalicio
Instante preciso en el que el fotógrafo Aurelio Rodero captó el famoso “Par de Pamplona” / ADARBO |
Posó
para el maestro Humberto Peraza durante 40 días, 10 horas diarias y vistiendo
un terno del maestro Rodolfo Gaona, vino y azabache
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
Este miércoles 27 de mayo, pero de 1935, nacía en
una embarcación, con bandera mexicana, de nombre “Emancipación”, entre La
Habana, Cuba y Puerto Progreso, Yucatán, cuando en ella viajaban doña María
Solís Rendón y don Adiel Ángel Bolio Ávila y fueron padres de un niño que llevó
por nombre Adiel Alfonso de Jesús Bolio y Solís, mejor conocido en el ambiente
taurino como el afamado Cronista Taurino Internacional (CTI) Addiel Bolio.
Es por ello que ahora, a 85 años de su natalicio,
me quiero tomar la libertad de recordarlo, con todo el amor de mi corazón y
eterno agradecimiento, para en un cálido homenaje a su memoria, traer a la
palestra uno de los más hermosos pasajes de su intensa vida, misma en la que
por tratar de sobresalir hizo de todo hasta que en su adorada Fiesta Brava
encontró el espacio para moverse a sus anchas como torero por siempre, porque
nunca dejó de serlo y, como periodista, durante 51 años de ejercicio total en la
cobertura de todas las fuentes.
Como mucha gente lo sabrá, don Addiel en sus años
mozos, cuando intentaba ser torero desde 1951, llegó a ser modelo del maestro
escultor yucateco don Humberto Peraza Ojeda para levantar el conjunto
escultórico llamado “Par de Pamplona”, suerte que logró el célebre diestro
leonés don Rodolfo Gaona, según reza la historia, cuando clavó el segundo par
de banderillas al toro “Cigarrito” de la dehesa Concha y Sierra, onubense
entonces, durante la segunda corrida de la Feria de Pamplona, España, el 8 de
julio de 1915, siendo obligado por el público a dar hasta tres vueltas al ruedo
y cuya imagen fotográfica quedó plasmada de manera brillante por el reconocido
artista de la lente madrileño Aurelio Rodero. Esa tarde, el “Califa de León”
alternaba con el vizcaíno Serafín Vigiola del Torco “Torquito” y el sevillano
José Gómez “Gallito” o “Joselito”.
Fue en 1955 cuando el entonces editor de la
sección taurina del diario ESTO, don Bernardo Fernández “Macharnudo”, le hizo
un reportaje escrito y gráfico al maestro Humberto Peraza Ojeda, quien se
encontraba esculpiendo la relevante obra del “Par de Pamplona” y para lo cual,
se cuenta, en dicho documento periodístico tuvo como modelo a Addiel Bolio,
quien ese tiempo era novillero.
Se narra que durante 40 días sirvió 10 horas
diarias modelando y vistiendo un terno que fue del famoso espada don Rodolfo
Gaona, un terno color vino y bordados en azabache, contándose que en sus ratos
libres para relajarse de las arduas tareas artísticas, como el maestro Peraza
era un reconocido aficionado práctico, se daban a entrenar el toreo de salón,
don Addiel vestido con dicho traje y el escultor Humberto con su bata blanca.
Una de las aptitudes para que Addiel Bolio fuera
el modelo para este conjunto escultórico es que, de acuerdo a lo dicho por el
maestro Peraza Ojeda, es que el entonces chaval tenía el mismo cuerpo que el
llamado “Indio Grande”. Una vez concluida la magna obra en tres metros de
bronces y fundido a la cera perdida, se procedió a develarla en sencilla, pero
emotiva ceremonia durante el arranque de la Feria Guadalupana de 1956, el
viernes 7 de diciembre, en El Toreo de Cuatro Caminos y ante la presencia del
propio don Rodolfo Gaona. Actuaron aquella tarde el rondeño Antonio Ordóñez,
Joselito Huerta y José Ramón Tirado, con toros de La Punta.
Por una u otra razón, sobre todo por todos los
problemas por los que atravesó el coso cuatrocaminero, sobre todo en los
primero años del siglo XXI, el inmueble estaba descuidado, el “Par de Pamplona”
estaba derrumbado y desarmado, por lo que el empresario y ganadero Carlos
Peralta Quintero lo recuperó, lo mandó restaurar con uno de los hijos del
maestro Peraza Ojeda y ahora está ubicado en la Hacienda de Pastejé.
Es así como he querido recordar en el LXXXV aniversario
de su natalicio a mi añorado padre, amigo, compañero y gran maestro, el CTI don
Addiel Bolio.
DATO
El “Par de Pamplona” fue develado durante la Feria
Guadalupana de 1956 a un costado de la puerta principal de El Toreo de Cuatro
Caminos
Primer dehesa
tlaxcalteca en hacerlo: Tenopala abre línea española
Adquirió
de la ganadería de La Joya, ejemplares de encaste ibérico de Parladé y Domecq
Desde Atlangatepec, Tlaxcala, el colega y amigo
Luis Miguel Martínez, informa que los ganaderos José Antonio González
Esnaurrizar, de La Joya y, Carlos González Chapa, de Tenopala, realizaron el
pasado fin de semana labores camperas, mismas que no se pueden detener pese a
la pandemia.
Tenopala es uno de los dos hierros que maneja el
escrupuloso ganadero Carlos González Chapa, el primero es el Felipe González,
fundado por su padre en 1978, mientras que Tenopala encuentra su origen en
1987. Es en 2012 cuando Carlos González adquirió a don José González Dorantes
(fundador de la ganadería de La Joya en 1998) ejemplares de encaste Parladé
Domecq, convirtiéndose en la primera ganadería tlaxcalteca que de manera formal
se dedica al manejo de este encaste español vía La Joya.
De esta manera, el ganadero Carlos González, con
el apoyo de su primo José Antonio, quien ahora dirige La Joya, sigue haciendo
las escrupulosas selecciones y procurando los cuidados para mantener la calidad
y salud de su hato. Recientemente, Tenopala hizo una nueva adquisición de
hembras de La Joya e invitó a José Antonio e hijos a realizar labores de
herradero de las crías.
Cabe señalar que el herradero es uno de los
procedimientos comunes e imprescindibles del campo bravo en el cual se marcan
números y símbolos distintivos de la casa o marcas específicas para el control
del ganado.
Así, tomando las medidas preventivas necesarias de
sana distancia e higiene, entre otros cuidados, se aprovechó para desparasitar,
vitaminar y hacer revisión en general de la dehesa.
Por otra parte, el ganadero Carlos González Chapa
decidió reabrir las puertas de la plaza de tientas y probar la bravura de cinco
hembras del encaste Saltillo que atesora en los potreros de la ganadería de
Felipe González.
Así se dispuso de las vacas para que los matadores
Angelino de Arriaga y Sergio Flores ensayaran sus respectivas tauromaquias
haciendo gala ambos toreros de creatividad, sitio, poder y arte. De esta
manera, los espadas no dejan de prepararse para cuando la actividad de los
espectáculos taurinos regrese a nuestro país.
De Arriaga estuvo acompañado por el joven
aspirante Marco Peláez, uno de los alumnos avanzados de la Escuela Taurina de
Tetla, Tlaxcala, que dirige el matador José Luis Angelino.
Por su parte, Sergio Flores fue acompañado por los
novilleros José María Mendoza y Rodrigo Ortiz, quienes en todo momento
estuvieron atentos las precisas indicaciones.
Entre los muy pocos invitados destacó la presencia
de la ganadera Eva Chapa, su hija Paty González Chapa y en otro palco muy
distante el ganadero José Antonio González y sus hijos.
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