viernes, 29 de mayo de 2020

Addiel Bolio, modelo del “Par de Pamplona”

A 85 años de su natalicio
Instante preciso en el que el fotógrafo Aurelio Rodero captó el famoso “Par de Pamplona” / ADARBO
Posó para el maestro Humberto Peraza durante 40 días, 10 horas diarias y vistiendo un terno del maestro Rodolfo Gaona, vino y azabache

ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA AL RUEDO

Este miércoles 27 de mayo, pero de 1935, nacía en una embarcación, con bandera mexicana, de nombre “Emancipación”, entre La Habana, Cuba y Puerto Progreso, Yucatán, cuando en ella viajaban doña María Solís Rendón y don Adiel Ángel Bolio Ávila y fueron padres de un niño que llevó por nombre Adiel Alfonso de Jesús Bolio y Solís, mejor conocido en el ambiente taurino como el afamado Cronista Taurino Internacional (CTI) Addiel Bolio.

Es por ello que ahora, a 85 años de su natalicio, me quiero tomar la libertad de recordarlo, con todo el amor de mi corazón y eterno agradecimiento, para en un cálido homenaje a su memoria, traer a la palestra uno de los más hermosos pasajes de su intensa vida, misma en la que por tratar de sobresalir hizo de todo hasta que en su adorada Fiesta Brava encontró el espacio para moverse a sus anchas como torero por siempre, porque nunca dejó de serlo y, como periodista, durante 51 años de ejercicio total en la cobertura de todas las fuentes.

Como mucha gente lo sabrá, don Addiel en sus años mozos, cuando intentaba ser torero desde 1951, llegó a ser modelo del maestro escultor yucateco don Humberto Peraza Ojeda para levantar el conjunto escultórico llamado “Par de Pamplona”, suerte que logró el célebre diestro leonés don Rodolfo Gaona, según reza la historia, cuando clavó el segundo par de banderillas al toro “Cigarrito” de la dehesa Concha y Sierra, onubense entonces, durante la segunda corrida de la Feria de Pamplona, España, el 8 de julio de 1915, siendo obligado por el público a dar hasta tres vueltas al ruedo y cuya imagen fotográfica quedó plasmada de manera brillante por el reconocido artista de la lente madrileño Aurelio Rodero. Esa tarde, el “Califa de León” alternaba con el vizcaíno Serafín Vigiola del Torco “Torquito” y el sevillano José Gómez “Gallito” o “Joselito”.

Fue en 1955 cuando el entonces editor de la sección taurina del diario ESTO, don Bernardo Fernández “Macharnudo”, le hizo un reportaje escrito y gráfico al maestro Humberto Peraza Ojeda, quien se encontraba esculpiendo la relevante obra del “Par de Pamplona” y para lo cual, se cuenta, en dicho documento periodístico tuvo como modelo a Addiel Bolio, quien ese tiempo era novillero.

Se narra que durante 40 días sirvió 10 horas diarias modelando y vistiendo un terno que fue del famoso espada don Rodolfo Gaona, un terno color vino y bordados en azabache, contándose que en sus ratos libres para relajarse de las arduas tareas artísticas, como el maestro Peraza era un reconocido aficionado práctico, se daban a entrenar el toreo de salón, don Addiel vestido con dicho traje y el escultor Humberto con su bata blanca.

Una de las aptitudes para que Addiel Bolio fuera el modelo para este conjunto escultórico es que, de acuerdo a lo dicho por el maestro Peraza Ojeda, es que el entonces chaval tenía el mismo cuerpo que el llamado “Indio Grande”. Una vez concluida la magna obra en tres metros de bronces y fundido a la cera perdida, se procedió a develarla en sencilla, pero emotiva ceremonia durante el arranque de la Feria Guadalupana de 1956, el viernes 7 de diciembre, en El Toreo de Cuatro Caminos y ante la presencia del propio don Rodolfo Gaona. Actuaron aquella tarde el rondeño Antonio Ordóñez, Joselito Huerta y José Ramón Tirado, con toros de La Punta.

Por una u otra razón, sobre todo por todos los problemas por los que atravesó el coso cuatrocaminero, sobre todo en los primero años del siglo XXI, el inmueble estaba descuidado, el “Par de Pamplona” estaba derrumbado y desarmado, por lo que el empresario y ganadero Carlos Peralta Quintero lo recuperó, lo mandó restaurar con uno de los hijos del maestro Peraza Ojeda y ahora está ubicado en la Hacienda de Pastejé.

Es así como he querido recordar en el LXXXV aniversario de su natalicio a mi añorado padre, amigo, compañero y gran maestro, el CTI don Addiel Bolio.

DATO
El “Par de Pamplona” fue develado durante la Feria Guadalupana de 1956 a un costado de la puerta principal de El Toreo de Cuatro Caminos

Primer dehesa tlaxcalteca en hacerlo: Tenopala abre línea española
Adquirió de la ganadería de La Joya, ejemplares de encaste ibérico de Parladé y Domecq

Desde Atlangatepec, Tlaxcala, el colega y amigo Luis Miguel Martínez, informa que los ganaderos José Antonio González Esnaurrizar, de La Joya y, Carlos González Chapa, de Tenopala, realizaron el pasado fin de semana labores camperas, mismas que no se pueden detener pese a la pandemia.

Tenopala es uno de los dos hierros que maneja el escrupuloso ganadero Carlos González Chapa, el primero es el Felipe González, fundado por su padre en 1978, mientras que Tenopala encuentra su origen en 1987. Es en 2012 cuando Carlos González adquirió a don José González Dorantes (fundador de la ganadería de La Joya en 1998) ejemplares de encaste Parladé Domecq, convirtiéndose en la primera ganadería tlaxcalteca que de manera formal se dedica al manejo de este encaste español vía La Joya.

De esta manera, el ganadero Carlos González, con el apoyo de su primo José Antonio, quien ahora dirige La Joya, sigue haciendo las escrupulosas selecciones y procurando los cuidados para mantener la calidad y salud de su hato. Recientemente, Tenopala hizo una nueva adquisición de hembras de La Joya e invitó a José Antonio e hijos a realizar labores de herradero de las crías.

Cabe señalar que el herradero es uno de los procedimientos comunes e imprescindibles del campo bravo en el cual se marcan números y símbolos distintivos de la casa o marcas específicas para el control del ganado.

Así, tomando las medidas preventivas necesarias de sana distancia e higiene, entre otros cuidados, se aprovechó para desparasitar, vitaminar y hacer revisión en general de la dehesa.

Por otra parte, el ganadero Carlos González Chapa decidió reabrir las puertas de la plaza de tientas y probar la bravura de cinco hembras del encaste Saltillo que atesora en los potreros de la ganadería de Felipe González.

Así se dispuso de las vacas para que los matadores Angelino de Arriaga y Sergio Flores ensayaran sus respectivas tauromaquias haciendo gala ambos toreros de creatividad, sitio, poder y arte. De esta manera, los espadas no dejan de prepararse para cuando la actividad de los espectáculos taurinos regrese a nuestro país.

De Arriaga estuvo acompañado por el joven aspirante Marco Peláez, uno de los alumnos avanzados de la Escuela Taurina de Tetla, Tlaxcala, que dirige el matador José Luis Angelino.

Por su parte, Sergio Flores fue acompañado por los novilleros José María Mendoza y Rodrigo Ortiz, quienes en todo momento estuvieron atentos las precisas indicaciones.

Entre los muy pocos invitados destacó la presencia de la ganadera Eva Chapa, su hija Paty González Chapa y en otro palco muy distante el ganadero José Antonio González y sus hijos.

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