El
torero extremeño expresa su malestar por las declaraciones de Pablo Iglesias
contra la Fiesta y la actitud del Gobierno: «queremos que se nos trate igual
que al resto de artistas culturales y que, por supuesto, no nos tomen por
tontos»
Si hay un torero que ha sacado provecho del
confinamiento ha sido Miguel Ángel Perera (Puebla del Prior, Badajoz, 1983),
que ha triunfado a lo grande en las redes con una exitosa iniciativa que, sin
embargo, no alivia su preocupación por la situación actual de la tauromaquia,
ni su enfado por cómo está siendo tratada por parte del Gobierno.
-¿Cómo se
encuentra y cómo está pasando estos días tan difíciles?
Gracias a Dios, en casa estamos todos bien, aunque
personalmente me he llevado un palo muy grande con la muerte de Borja Domecq,
un amigo de los de verdad y un señor ganadero. Luego, los que vivimos en el
campo y tenemos ganado hemos de estar al pie del cañón todos los días, pues los
animales no entienden de crisis ni de coronavirus. Es como vivir en una burbuja
dentro del mundo real, aunque luego, de puertas para afuera, la realidad es
bien distinta.
-Y pensar
que ahora mismo estaríamos en pleno San Isidro.
Hace un año estaba paseando por los alrededores
del hotel en el que me suelo cambiar cuando toreo en Madrid. Ahora estaríamos
metidos de lleno en la actividad, preparando todas esas ferias que, por
desgracia, se han esfumado.
-Qué duro,
¿no?
Es durísimo, pero todavía más ver como el Gobierno
nos está negando literalmente cualquier ayuda. Eso y tener que padecer
declaraciones como las del vicepresidente segundo, al que le incomoda que se
defienda la tauromaquia como actividad cultural. Es repugnante. Se olvida que
somos el segundo espectáculo de masas de este país, el que más reporta en
concepto de IVA a las arcas del Estado. También se olvida de la cantidad de familias
que viven de manera de este sector y que llevan desde octubre del año pasado
sin ingresos. Nosotros no queremos más que nadie, aunque podríamos hacerlo por
lo que generamos. Simplemente, queremos que se nos trate igual que al resto de
artistas culturales y que, por supuesto, no nos tomen por tontos.
-¿Piensa
que esta puede ser una manera de tratar de acabar con los toros de manera
encubierta?
Al no poder prohibir, porque constitucionalmente
la Fiesta está blindada, lo que pretenden ahora es acabar con nosotros a base
de asfixiarnos, de arruinarnos de forma descarada. Ellos, que van de progres y
que cantan a los cuatro vientos que gobiernan para todos. ¡Mentira! Gobiernan
solo para los que les interesa, anteponiendo sus gustos personales a las
necesidades de millones de personas. Me duele muchísimo esta situación, pero
también me indigna, por ejemplo, que una vicepresidenta primera como Carmen Calvo,
que siempre ha presumido de ser gran aficionada, esté cruzada de brazos; o
presidentes como el de mi tierra, Guillermo Fernández Vara, que también es
aficionado de toda la vida y tampoco ha dicho ni mu.
-Los que sí
habéis dado el do de pecho sois, precisamente, vosotros, al volver a mostrar el
lado más solidario que siempre os ha caracterizado.
Una vez más hemos vuelto a demostrar lo que somos
y más ahora, con la situación tan crítica que estamos pasando como colectivo:
se ha pensado antes en ayudar a los demás que en encontrar una solución para
nosotros mismos. Eso es el toreo.
-Se dice
que ahora toca reinventarse y que una de las propuestas que más peso han cogido
ha sido la de retransmitir corridas a puerta cerrada. ¿Qué opina?
No lo vería mal, siempre y cuando se enfoque como
una solución a esta situación excepcional y no como el futuro del toreo. Pero,
si de alguna manera con esto podemos aliviar un poco la situación, hacer que la
sociedad no se desconecte y evitar pasar un año blanco, pues adelante con la
iniciativa.
-Si
hablamos de iniciativas, sin duda, hay que felicitarte por el éxito que ha
tenido la que ha llevado a cabo en las redes sociales para acercar el mundo del
campo a los aficionados.
Lo que empezó siendo un juego para ayudar a hacer
algo más llevadero el confinamiento, al final se ha convertido en algo viral
que ni yo mismo, tan reacio que era con esto de las redes, podía llegar a
imaginar.
-Háblenos
un poco más de ese #QuédateconPerera.
Han sido 50 vídeos en los que, de una manera
espontánea, me he grabado para enseñar el día a día en una explotación
agrícola-ganadera, mostrando actividades de todo tipo: de cómo curar un toro a
cómo se apartan las reses, a enseñar labores de saneamiento, otras muchas
faenas de campo e, incluso, hemos visto nacer un becerro en directo. Con el
paso de los días fui viendo la respuesta de la gente y me sorprendí gratamente
del cariño, de la cantidad de seguidores que íbamos teniendo hasta llegar a
casi 25 millones de reproducciones. Es algo impresionante y que me ha
alimentado muchísimo.
-¿Podría
decirse que ahora es cuando ha descubierto el potencial que tienen las redes
para llegar a la sociedad?
Totalmente. Llegar a 25 millones de reproducciones
con algo que no hemos publicitado ni hemos movido y que hemos hecho de forma
casera es algo que me ha hecho pensar. Me he dado cuenta de lo descuidados que
hemos sido pensando que con el triunfo en la plaza era suficiente y no hemos
sido conscientes de las herramientas que teníamos en la mano para movernos.
-¿Veremos a
partir de ahora a un Perera más activo en redes?
Ahora que las perspectivas de poder torear este
año son muy pocas, algo seguiremos haciendo, pero sin olvidar la preparación y
los entrenamientos. Lo uno no debe quitarle tiempo a lo otro. / EFE
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