Las principales figuras del toreo se reunieron
invocando una unidad en la que sobran fisuras. La cancelación del paseo taurino
y la filtración de la normativa comunitaria han abierto nuevas heridas...
ÁLVARO R.
DEL MORAL
@ardelmoral
Diario CORREO
DE ANDALUCÍA
La filtración –imaginamos que interesada- del
borrador del decreto normativo que persigue “abaratar” la organización de
ciertos festejos taurinos en Andalucía acabó dando un sesgo inesperado a la
intensa semana taurina que quedó atrás. Ya veremos porqué. Todo había empezado
con la convocatoria de un “paseo taurino reivindicativo” por un indeterminado
grupo de profesionales y aficionados de Sevilla sin agrupar bajo ningunas
siglas. Dicha convocatoria era paralela a la organizada en otras ciudades
españolas con el telón de fondo de las lamentables declaraciones de Pablo
Iglesias y el sangrante ninguneo al sector por parte del ministerio de Cultura.
Los ánimos, lógicamente, estaban más que exaltados y la hoguera, alimentada por
las dificultades para acceder a las prestaciones prometidas al mundo de la
cultura y el espectáculo.
Pero el famoso paseo, sin convocantes conocidos
oficialmente, empezó a oler a suspensión desde el minuto uno. Prácticamente sin
solución de continuidad se organizó la famosa cumbre de figuras en la nueva
finca de Roca Rey, la hacienda de Gerena que había pertenecido a una de las
hijas del magnate norteamericano William Randolph Hearst. Las ausencias más
notables fueron las de Talavante –que navega en sus propios mares- y la de José
Tomás, que sí mantuvo un hilo de comunicación y estuvo pendiente del desarrollo
de los hechos. Es importante recalcar un dato: el paraguas catalizador de este
encuentro era la Fundación del Toro de Lidia que invocó a la “unidad” del
sector y no tardó en desautorizar el traído y llevado paseo dominical por boca
de su presidente, Victorino Martín.
Desde ese momento sólo hubo que contar las horas
para confirmar la desconvocatoria del ‘meeting’ bajo la recurrente excusa de
unas supuestas consultas “a altas instancias de la autoridad sanitaria”.
Mientras tanto, la FTL había decidido articular otras movilizaciones, con
vocación masiva, que tendrán que aguardar al cese del estado de alarma
sanitaria. En espera de ese definitivo pronunciamiento, la Fundación sí puso en
marcha una ambiciosa campaña en las redes sociales: se trataba de retratar a
(casi) toda la familia del toro pertrechada de la correspondiente mascarilla en
la que se debía escribir: “La cultura no se censura”. El objetivo era
interpelar al ministro de Cultura después de los vergonzantes ninguneos al
sector. La campaña alcanzó el éxito esperado. Rodríguez Uribes ya ha descolgado
el teléfono para llamar a Victorino y ha prometido mantener el hilo. Ya
veremos... El caso es que prácticamente todo el toreo se puso delante del móvil
pero en ese retablo de rostros faltaba uno de los más rutilantes: no era otro
que el de Morante de la Puebla...
Dos marchas de distinto signo
Morante, según ha trascendido, no se mostró
precisamente a gusto en la famosa reunión de matadores. Dejémoslo ahí. En los
mentideros se comentaba que el diestro de La Puebla, desmarcado de sus colegas,
había sido uno de los padrinos de la frustrada marcha organizada para el
infernal mediodía del pasado domingo en la Plaza de España. Se convocaba –es
importante el dato- como paseo, no como la manifestación que habría necesitado
las correspondientes autorizaciones gubernativas. Pero eso ahora tampoco
importa demasiado. Mientras se aguardaba la inminente desautorización de la FTL
–tardó lo justo en llegar- se hacía evidente el interés de Vox para que el
famoso paseo -que casi todos daban por amortizado desde el segundo uno de su
convocatoria- tuviera lugar. Para algunos habría sido el complemento perfecto a
la marcha automovilística convocada el sábado por VOX que, ésa es la verdad,
desbordó todas las previsiones. Se trata de tomar la calle en estos tiempos de
tribulaciones y el hombre y el nombre, una vez más, era Morante, nexo público
con la formación que preside Abascal. El diestro de La Puebla, de hecho, no
faltó a la sabatina automovilística; fiel a su estilo y montando su propia
‘performance’. El vídeo que ha circulado por todos los móviles del toreo es
elocuente: el torero, al volante de su vehículo, se hace acompañar de sus
fieles mientras da estopa a un veguero humeante a través de un agujero
practicado en su mascarilla. Embajada de La Puebla desplegada por La Palmera;
Morante en estado puro...
Las cuadrillas se alzan
Y en estas estábamos, a punto de estrenar el fin
de semana que nos llevaría al cambio de fase cuando se filtró el famoso
borrador de la normativa que se dispone a aprobar la Junta de Andalucía para,
pretendida y bienintencionadamente, abaratar los costes del espectáculo en
medio del panorama desolador que está dejando la pandemia. La normativa
–insisten desde la dirección general de Interior- es meramente coyuntural y
tendrá vigencia de un año desde su previsible aprobación en forma de decreto
ley el próximo 2 de junio. Pero en medio del texto llamaba la atención que esa
moderación en el gasto organizativo giraba principalmente en torno a la
reducción de las cuadrillas –se suprimiría un picador, un banderillero y el
ayuda del mozo de espadas- en corridas y novilladas a celebrar en plazas de
segunda y tercera categoría; prácticamente todas las de la región si excluimos
a Sevilla, Málaga y Córdoba.
La reacción de los hombres de plata no se hizo
esperar mientras se propalaban distintos rumores. El más insistente colocaba a
Morante o su entorno como inspirador de la polémica reducción de efectivos en
las cuadrillas. Tampoco faltó la filtración –indebida- de un mensaje de
Francisco Rivera Ordóñez que le colocaba en una posición incómoda delante de
los subalternos. Rivera no había sido invitado a la reunión de la casa de Roca
Rey pero acabó confluyendo con sus compañeros, tomó distancia del famoso paseo
y se hizo la correspondiente foto con la mascarilla. Mientras tanto, el papel
de su hermano Cayetano –del que se encuentra distanciado- ha ido creciendo como
rostro más rotundo de esta rebelión torera que necesita, precisamente, de
personalidades reconocibles y con preparación para hacerse oír con nitidez en
la sociedad. Cayetano, que se ha convertido en uno de los rostros más
reconocible del toreo en las redes, podría ser el hombre...
¿En qué situación quedaba Morante? La polémica
entrevista publicada este lunes en ABC le ha servido de pliego de descargo pero
también demuestra que prefiere nadar en las orillas de esa pretendida y
necesaria “unidad”. Morante, que sí estuvo en la plaza de España a la hora
fijada para el frustrado paseo acompañado de algunos banderilleros, se ha
desmarcado por por completo de la FTL, de cualquier iniciativa coral y, entre
otros asuntos, ha negado cualquier papel inspirador por su parte en la
traumática reducción de cuadrillas propuesta por la Junta de Andalucía
insistiendo en dos datos: la reivindicación de las necesarias prestaciones para
la gente de plata y su negativa a solicitar ningún tipo de subvención. Resumiendo:
se ha movido en la foto.
La inoportunidad de una medida
La reducción de cuadrillas podría ser discutida
según, como y donde pero resulta, cuando menos, absolutamente antiestética con
el chaparrón que está cayendo. Las intenciones de la Junta de Andalucía son
buenas, quién lo duda, pero meter la tijera en el flanco más débil del negocio
taurino con toda su actividad paralizada y muchas familias pasando serias
dificultades para sobrevivir no resulta demasiado presentable y se podría
volver en contra de la propia administración.
Toreros y empresarios reconocen en voz baja que
será difícil dar toros en lo que queda de temporada si persisten las
restricciones de aforo de los cosos taurinos que habrá que unir a la lógica
prevención del gran público a la hora de meterse en una plaza. El clima,
evidentemente, no es el más propicio para jugarse la cartera. ¿Se convertirá en
mero papel mojado esa medida? El tiempo lo dirá. A la contestación de las
cuadrillas se ha sumado la de un buen número de matadores –con Cayetano de
nuevo a la cabeza- reivindicando la inviolabilidad de sus cuadrillas. El gremio
se ha visto, de esta manera, reforzado por sus jefes de filas.
¿Han fallado ciertos asesores? ¿Se han pasado de
frenada? Hay que abundar en el dato: no es el mejor momento para abordar una
cuestión que lleva tiempo revoloteando por las trastiendas del toreo. Pero una
cosa es discutir el número de picadores en una novillada modesta y en un ruedo
menor y otra muy distinta meterle mano a la caballería y la infantería en las
corridas de toros abriendo una peligrosa espita. Supone una reducción del 40
por ciento del proletariado del toreo en el caso de que se lograra recuperar el
espectáculo en este nefasto 2020 que ya se acerca a su ecuador. Hay otras
parcelas, muchas, en las que se podrían y deberían abaratar costes. No pueden
pagar los últimos. No en este momento.
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