viernes, 15 de mayo de 2020

El Divino Calvo - Rafael Gómez Ortega. Sus anécdotas

Rafael Gómez Ortega Nació accidentalmente en Madrid en 1882. Murió en Sevilla, el 25 de mayo de 1960, hace ahora 60 años. Apodado Gallito, el Gallo y después el Divino Calvo.
 
JOAQUÍN HERRERA
Diario CORREO DE ANDALUCÍA

Rafael Gómez Ortega fue un personaje bohemio, un artista, desprendido y generoso, comprensivo con una vida aventurara y azarosa, plagada de divertidas anécdotas. Pero fue sobre todo un gran torero de sublime calidad, genial, elegante y variado. Único. Humano. Sencillo. Conversador formidable.

Dirá Ortega y Gasset en su Tratado Taurino: La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda.

Es un hecho de evidencia arrolladora que, durante generaciones, fue, la Fiesta, la cosa que ha hecho más felices a mayor número de españoles... Sin tenerlo con toda claridad, no se puede hacer la historia de España desde 1650 a nuestros días.

Sin Rafael el Gallo, no se entiende la tauromaquia. Con Rafael el Gallo se ama la cultura del toro.

"Se ha muerto un mundo. El mundo de Rafael "el Gallo", el mundo de la fantasía, el de la torería. Escribía Antonio Díaz Cañabate, 26 de Mayo de 1960.

Rafael Ríos Mozo, en su libro Tauromaquia fundamental, escribe: "El Gallo ha sido el torero más genial de todos los tiempos...

Jose María de Cossío indica: "Rafael el Gallo ha ejecutado todas las suertes del toreo y las ha ejecutado no sólo a la perfección, sino impregnándolas de un sello personalísimo, una gracia y un donaire, no ya insuperables, sino incopiables, inigualables.

Federico Alcázar, en su libro sobre Sánchez Mejías, en 1922, refleja:

“Hay toreros que creen que el arte debe ser sobriedad, intensidad, dominio, eficacia, honradez, serenidad, emoción, algo fuerte, profundo y entrañable, como Vicente Pastor, y hay otros que estiman que el arte debe ser gracia, donaire, garbo, adorno, alegría, floreo, visualidad, una nota brillante de color, de pompa, de ornamentación decorativa externa y fugaz, como Rafael el Gallo”

Escribía “Selipe”:"Rafael rechazó catalogaciones y excedió las estrecheces de las escuelas. Sus suertes no se comprendían en lo definible, ni sus actuaciones dentro de lo regular: era imposible encasillar en netas cuadrículas el garbo relampagueante ni sujetar a predicciones los inequívocos alardes de valor y los celebrados eclipses del mismo. Tan genuinamente único era en su toreo Rafael "El Gallo" que anduvo solo y revistió de inverosimilitud su imitación. Al lado de la gran pareja de astros de primera magnitud, de Joselito y Belmonte, Rafael vivió su carrera diversa entre los polos de clamores hiperbólicos y de desastres ruidosos. No le estorbó el brillo más radiante porque él supo aureolarse de fulgor esplendoroso, ante el que se rendían joselitistas y belmontistas. SELIPE, 17 de Julio de 1957.

Anécdotas:

1.-En tanto se desnuda, de vuelta de una corrida en que le han echado un toro al corral, sus íntimos creen el caso de consolarle:

-¡Era un marrajo!

-¡El condenado se acostaba por el lado derecho!

-¡Se iba al bulto!

-Además decía otro, se llamaba Verdugo.

A lo que el Gallo replica serenamente:

-Y por mí, todavía se llama...................

2.- Una tarde, en la plaza de Madrid, Rafael hizo con el primer toro una de las peores faenas de su vida. Llovieron almohadillas al ruedo, y el público, indignado, se hartó de chillarle. Cuando el Gallo, compungido por el fracaso, volvió a la barrera, Vicente Pastor, que le estimaba mucho, se creyó en la obligación de dirigirle alguna frase de consuelo, y le dijo:

-¡Hay que ver cómo está el público esta tarde, Rafael!..........

Y el Gallo le respondió rápido:

-Para vosotros, colosal. ¡Ya los he dejao a tos roncos!

3.-Con un brindis al Capitán General de Sevilla éste le concedió la absoluta, es decir la licencia que eximía por completo del servicio militar. “Con un brindis hice yo todo el servicio al Rey” cuenta Rafael.

Al mismo Capitán General le brindó un toro que después se negó a matar.

4.-No se debió de enterar de que habla estallado la Guerra Civil, pues cuando ya se llevaban más de cuatro meses de contienda, preguntó: Oiga, amigo: ¿qué es lo que pasa con tanto soldados?

5.-En sus innumerables viajes al continente americano, exclamó: América, la conozco de pitón a rabo. Nueva York es un cerebro. Trenes por arriba...trenes por abajo...

6.- Don Antonio Maura le comentó: “la verdad que la profesión de ustedes requiere mucho valor” y Rafael le contestó: “Pues anda que la de usted

7.-Cuando se impusieron los petos, Rafael protestó de la medida al delegado de plaza: “Pero usted se cree que se puede picar a los toros con los caballos disfrazados de Felipe II”

8.- Después haber toreado un festival, en la Maestranza le manifestaron que estaba muy agradecidos y querían hacerle un regalo. “No se preocupen, no se gasten ustedes nada, apúntenme a maestrante.

9.-En una ocasión que iba a torear en una plaza de Andalucía Rafael El Gallo le pidió a un amigo que le buscara una pensión apartada, para no tener que soportar a la gente. Eso sí, le pidió que fuera limpia.

Cuando llegó se encontró en la cama una chinche; el fondista le aclaró que estaba muerta.

A la mañana siguiente le preguntó el dueño de la pensión si había pasado buena noche y si le había molestado algún insecto.

Rafael le contestó «la chinche muerta no me ha molestao, pero las que han venido al entierro se han cebao conmigo».

10.-Acababan de celebrarse las corridas de la feria de Córdoba. Rafael El Gallo regresaba en el tren a Sevilla. Durante el trayecto, en el pasillo del coche-vagón tropezó con un amigo que, desde Madrid, se dirigía también a Sevilla.

Tras saludarse efusivamente, recayó la conversación sobre las corridas de Córdoba. Fue el amigo preguntando al Gallo por la actuación de todos los diestros que en ellas tomaron parte, así como el juego que había dado el ganado. Al fin le dijo:

— Y tú, ¿qué tal has estado? ¿Qué opinaba el público de tu actuación? A lo que el Gallo contestó con seguridad:

— Pues mira, de mí sólo sé decirte que las opiniones quedaron divididas.

— ¿Entre tú y el “Bomba”? – preguntó el amigo.

— No –respondió Rafael–. Que unos se metían con mi madre y otros con mi padre.

11.-Rafael El Gallo dilapidaba su dinero. No era extraño que cogiera taxis e indicara que a Paris. ¿A la calle Paris?, le preguntaban los taxistas. No a Paris de La France, decía el Gallo.

12.-En sus últimos tiempos le tuvieron que hacer una corrida homenaje y le preguntaron a Juan Belmonte que como debían entregarle el dinero, si anual o mensualmente. Belmonte contestó que ni siquiera semanalmente, que a diario y a ser posible la mitad por la mañana y la otra mitad por la tarde.

13.-Valladolid. Antiguamente, se tenía por práctica habitual anunciar seis toros para dos toreros.

Habiendo matado El Gallo el primero de su lote, no había tenido el ilustre torero mucha suerte y su actuación había sido más bien gris. En esto que un espectador comenzó a increparle duramente a la muerte del toro y gritaba:

– A la cárcel, a la cárcel con El Gallo.

A lo que Rafael, consciente de que aún le quedaban dos toros encerrados, respondió:

– A la cárcel... ¡qué más quisiese yo con lo que me queda ahí dentro!

14.-Terminó de torear en La Coruña e inmediatamente exclamó: «Ya estamos en Sevilla». Alguien le replicó: «pues no está lejos Sevilla», ante lo que el torero sentenció: Sevilla está donde tiene que está, lo que está lejo es La Coruña...

15.- Belmonte tenía predilección por Rafael el Gallo:

-Don Juan, ahora, ¿qué clase de torero ha sido Rafael el Gallo?

-Rafael el Gallo ha sido el inventor del toreo. Te lo voy a explicar: Lagartijo, dicen, que fue un fenómeno; Guerrita, muy poderoso; a los demás ya les vi yo y no me lo tuvo que contar nadie. Rafael el Gallo, ¡Rafael!, éste inventó lo que se llama el toreo moderno, porque tú sabes que en aquella época se dedicaban más a lidiar el toro, no a torearlo, que es distinto. Cuando Gallito y yo llegamos al toreo, ya lo había inventado Rafael, que, además, ha sido el que mejor ha toreado de toda la historia"

16.- Rodolfo Gaona a Rafael Ortega, Gallito:

Mi abuelo, por la enfermedad, no puedo desplazarse desde Sevilla y escribió una carta a Lagartijo, donde le decía: "Querido amigo y compañero Rafael: Va un chiquillo mío a torear a Córdoba. Quiero que le veas y me des tu parecer". Pasados diez o doce días se recibió una carta en Sevilla con el siguiente texto: "Querido compañero y amigo Fernando: Ayer vi torear a tu chiquillo y paso a decirte que si se cae de un quinto piso, cae torero. Un abrazo de tu amigo y compañero, Rafael Molina, Lagartijo

17.- El Gallo había tenía en su cuadrilla un personaje conocido como Marchena. No era banderillero, pero tenía acceso al círculo más estrecho del maestro. Lo acompañaba en los momentos anteriores a las corridas de toros. Se comportaba como un confidente.....Sorprendió a su mujer, Pastora Imperio, la figura de Marchena.........

18.-¿Se puede saber qué hace este hombre siempre aquí?

-Hacer, lo que es hacer, no hace nada. Pero escuchar, escucha muy bien.

19.-Para ser gitano no era muy supersticioso .Si le molestaba lo indecible la presencia del bicho que llaman escarabajo .Si veía uno...era un hombre perdido.

Tampoco le gustaban los tíos “permiso” que llevan la mala pata.

Decía, no tengo superstición tengo miedo. Su superior y supremo conocimiento del toro, le permitía percatarse antes que nadie las intenciones malévolas del mismo. Inventar “la espanta”, necesita mucho arte.

20.-Un gracejo (bronca) dura cinco minutos, una corná dos meses.

21.-En Estados Unidos decía, un día toree un búfalo ¡El pobrecillo...era manso ¡

22.-Tenía partidarios...”A mi admirador Marconi” escribió.

23.-Otro día le engañaron al pagarle una cuenta 21, 21,28... ¿Rafaé tú no has visto cómo te ha contado”? Sí que lo he visto...pero ha estado gracioso...

24.-A la capilla de la Maestranza le llamaba “La sala de espera”

25.- El día que Rafael el Gallo no pase por la calle de Tetuán, no se verá en Sevilla ningún torero. Se podrá tener noticia por los carteles de que en Sevilla hay todavía toreros, pero no se verán, como no se vería Sevilla desde el tren a lo lejos, si se hundiera la Giralda.

(«El Gallo y la Giralda», por Gregorio Corrochano, 9 de octubre de 1957).

Bajan del cielo -mirad-

La Dominación y el Trono

Cuando angélico corono

Faena de majestad,

Con diez sobrenaturales

A izquierda y derecha, y tales

Que no me enmiendo ni un pie.

Por mi espalda la muleta

Cambia de ángel e interpreta

El símbolo de la fe.

Gerardo Diego. La Dominación y el Trono. Rafael el Gallo. De El Cordobés dilucidado

Porque nunca mentía, porque toreaba siempre de veras

José Bergamín. De "La claridad del toreo"

Néstor Luján, en su libro Historia del Toreo, escribe:

"El hombre más mitológico y lunático que ha dado el toreo. Y a la vez, el más artista, más fecundo, más personal y lleno de una maestría inédita, con un instinto de genial artista, el hombre que ha llegado a la gracia del gesto más espontánea, más natural y la vez más inspirada que se conoce."

Rafael pide una silla.

-¿Silla? ¿Una silla?- De paja.

Ya han encontrao la alhaja.

Ya se sienta en su Sevilla.

¡Cálculo de maravilla!

Tres, de maestro, le ha dado:

Alto, de pecho, ayudado.

En trono de querubines

Y cantando por bajines.

Todos de pie. Y él sentado.

(Gerardo Diego) Sentado en silla. Del libro La suerte o la muerte.

El mismo Gallito, en “Mi paso por el toreo”, dice:

"Yo no he sabido de ningún torero que, habiendo conocido a Rafael el Gallo, no haya sido partidario acérrimo suyo. Con todos los que hablé, incluidos Guerra, Belmonte, Fuentes y tantos otros, me hicieron grandes elogios de Rafael...................Posiblemente, de los treinta pases que se dan en el toreo, veinte fueron invención suya. Por ejemplo, el pase por alto que llamaban "el celeste imperio", las banderillas al trapecio, las largas cambiadas, el pase con la muleta por la espalda, el molinete con la mano izquierda, el pase afarolado, el llamado del "quiquiriquí"..........., y así innumerables suertes del toreo Clásico como el más clásico, romántico como ninguno, su toreo fue, en suma, plasticidad y armonía"

Que venga Dios y lo vea.

El que lo ve es Rafael.

Solos en el redondel

Él y Juan. Dios se recrea.

"El Gallo" hizo maravillas:

Quites -largas de rodillas-

Ofreciéndose en exvoto.

Juan sublime a la verónica.

Va a arder la guerra en Salónica.

Y José, en el hule, roto.

Gerardo Diego. Ayudados por bajo. De El Cordobés dilucidado.

Un solo defecto tenía, era sevillista. Pero en la ciudad del Betis..., nos lo perdonamos.

Mi padre era de Paco Camino. Ambos toreros tenían un mérito especial. Ambos tuvieron hermanos muertos en la plaza.

“El alma es el espíritu del arte”

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