La
Monumental Plaza México
La Ciudad de los Deportes así se apreciaba en su nacimiento / ADARBO |
Se
planeó desde 1939, se presentó el proyecto en abril de 1944, en junio de 1945
inició la obra, en enero de 1946 se acabó y en febrero se inauguró
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
Como ya lo habíamos apuntado en nuestras anteriores
entregas, el 19 de mayo de 1946 se dio el último festejo taurino en el
Monumental coso El Toreo de la Condesa, en la entonces colonia Roma de la
Ciudad de México, la primera catedral taurina América Latina y el siguiente 23
de noviembre de 1947 la estructura del mismo coso se pasó a Naucalpan de
Juárez, Estado de México, para levantar el coso Monumental El Toreo de Cuatro
Caminos.
Sin embargo, antes de este par de acontecimientos,
en 1944, se presentó un ambicioso proyecto, idea del visionario don Neguib
Simón, para construir lo que sería la llamada Ciudad de los Deportes, misma que
albergaría un frontón, una piscina, un estadio de futbol y una Monumental Plaza
de Toros, de la que se dijo en esa época que sería imposible llenar. En fin,
que la capital del país estaba a punto de “dar a luz”, en 1946, a la nueva y
majestuosa catedral del toreo en el continente y que es, hasta ahora, la más
grande del mundo. Pero, ¿cuál es su historia? Para ello nos metimos nuevamente
a nuestros archivos y esto fue lo que encontramos sobre la Monumental Plaza
México.
El llamado gran coso de Insurgentes fue un
proyecto creado por el empresario de origen libanés don Neguib Simón Jalife,
quien ya desde los años veinte del siglo XX deseaba construir un recinto que
recibiera distintas actividades recreativas. Y no sería sino hasta 1939 que se
inició la planeación de dicha idea, tras haber comprado el rancho de San
Carlos, ubicado cerca de la hacienda de San José, entre las que ahora son las
colonias Noche Buena y San José Insurgentes, justo donde se encontraban los
hoyos de una ladrillera.
Primeramente, el proyecto incluía la plaza de
toros, un estadio, una arena para boxeo y lucha, canchas de tenis y voleibol;
una alberca olímpica, boliches, salas de cine, restaurantes, amplios locales
comerciales y una zona de juegos de feria. Sin embargo, al final se cuentas
sólo se lograron levantar los cosos para festejos taurinos y de futbol.
Debido a lo ambicioso del propósito, don Neguib se
fijó en el ingeniero Modesto C. Rolland para que él realizara dicha obra. Fue
entonces que el 28 de abril de 1944 se presentó el proyecto y más tarde se
llevó a cabo la ceremonia de colocación de la primera piedra frente al entonces
regente de la Ciudad de México, don Javier Rojo Gómez, el 1 de diciembre del
mismo año, en lo que después fue la manzana donde está enclavada la plaza,
siendo así las calles que delimitan al inmueble taurino: Augusto Rodín (la
principal), Maximino Ávila Camacho, Carolina y Alberto Balderas. Todo ello fue
gracias a la ayuda de los prestamistas, por un lado, de la Asociación
Hipotecaria Mexicana y, por el otro, del Banco de Cédulas Hipotecarias.
La construcción de la nueva Monumental se inició con incredulidad entre los aficionados / ADARBO |
El señor Simón se encargó de nivelar el terreno
para iniciar su construcción, mientras que Rolland formuló las estrategias y
planeaciones de trabajo. Las obras entonces comenzaron a finales de junio de
1945 y culminaron en enero de 1946. Sin duda, por lo que se indica, fueron seis
meses de intenso trabajo en los cuales un equipo de 10 mil trabajadores y todo
el personal de confianza del ingeniero estuvo todos los días y noches en ardua
labor para realizar la hazaña Monumental.
De esta manera, el domingo 3 de febrero de ese
mismo 1946, el arzobispo Luis María Martínez dio su bendición a la plaza y al
ruedo que pronto sería inaugurado, argumentando el prelado que él fue quien dio
la primera vuelta al ruedo del nuevo coso, de propiedad privada, mismo que tiene
capacidad para 42 mil personas sentadas, pero ha llegado a tener más de 50 mil
a causa de otros eventos como los deportivos, los artísticos y políticos.
Se trata de una colosal obra monolítica de
hormigón armado y su ruedo se encuentra 20 metros por debajo del nivel de las
calles, además de estar rodeada de varios grupos escultóricos, obras del
artista valenciano don Alfredo Just, destacándose el impresionante encierro
colocado en la parte alta de la Puerta Grande. Cabe señalar que el señor Just
tuvo como auxiliar al maestro escultor yucateco don Humberto Peraza Ojeda,
quien más adelante adornó el patio principal con sus obras como las de Fermín
Espinosa “Armillita Chico”, Carlos Arruza, Eloy Cavazos, Agustín Lara y Mario
Moreno “Cantínflas”.
Cabe señalar que durante los siglos XVI y XVII se
levantaron plazas de toros con carácter provisional en distintos lugares de la
Ciudad de México. Fueron de madera y por ello desmontables. La primera fija que
se construye, llamada Real Plaza de Toros de San Pablo, fue en 1788 y se
inauguró el 24 de noviembre de 1788. En 1821 un incendio la destruyó y en su
lugar se erigió otro coso, cuya obra comenzó el 18 de enero de 1851 y se
inauguró el 23 de noviembre del mismo año con el nombre de Plaza de Toros del
Paseo Nuevo, por lo que en virtud de la ley promulgada el 28 de noviembre de
1867, que prohibía las corridas de toros, se destruye. Dicha norma se abolió en
1887 y de manera inmediata se construyó el coso San Rafael, de madera,
inaugurado el 20 de febrero de ese 1887 y se demolió en 1889.
Ahora, con esta plaza Monumental, para los
aficionados acostumbrados a ver las corridas en el Toreo de La Condesa, ubicada
en la entonces colonia Roma (ahora Condesa), cerca del centro de la ciudad
capital, la lejanía del nuevo ruedo resultó un punto relevante, además del
aparentemente poco taurino diseño y el costo del boletaje. De ahí que se
comentara en 1946 lo relacionado a que el costo de las entradas para la función
inaugural nunca se vio, pues una barrera de sombra costaría cincuenta pesos.
Por último, no hubo problemas e inclusive el gobierno de la ciudad creó rutas
para camiones y tranvías que acercara a los aficionados a la plaza.
La Monumental Plaza México contaba con 49 filas
además de los palcos, repartidas en siete de barreras, nueve de primer tendido
y 23 de segundo tendido, además de la zona general. Es por ello que en su
momento se le auguraba un escaso éxito al proyecto por sus magnitudes
colosales.
La distribución de las localidades es de dos mil
270 en barreras, tres mil 274 en primer tendido, 12 mil 792 en segundo tendido,
mil 30 en palcos, 105 en balcones, mil 279 en lumbreras, 20 mil 709 en la zona
general y en total son 41 mil 262 lugares para plaza llena, pudiendo llegar de
45 a 50 mil aficionados.
La superficie de la plaza es de mil 452 metros
cuadrados. Su ruedo tiene un diámetro de 43 metros. La altura de la plaza desde
el ruedo es de 35.9 metros y como la apuntamos el hundimiento del ruedo al
nivel del suelo es de 20 metros.
En temas musicales, en la Monumental de México se
realiza el paseíllo bajo las notas del pasodoble “Cielo Andaluz”, compuesto en
1912 por el maestro zaragozano Rafael Gazcón Aquilúe, emigrado a México en
1895… Continuará.
DATO
La superficie de la plaza es de mil 452 metros cuadrados. Su
ruedo tiene un diámetro de 43 metros y su altura desde el ruedo es de 35.9
metros
Ya levantada se veía majestuosa la Monumental Plaza México / ADARBO |
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