jueves, 7 de mayo de 2020

EFEMERIDES - Cogida y muerte de Manuel Granero en la plaza de toros de Madrid

Fue el 7 de mayo de 1922. Aquella fecha quedó grabada en los anales del toreo por la cogida y muerte del valenciano, que se había doctorado apenas un año y medio antes y que ya había tomado en aquel momento el cetro del toreo. A dónde hubiera podido llegar es algo que "Pocapena", toro del Duque de Veragua, impidió saberlo para siempre.

Mayo tiene fama de mes trágico para los toreros, y más para los valencianos. En 1922, el que estaba llamado a suceder a Joselito, el recordado Manuel Granero, caía muerto en la plaza de toros de la carretera de Aragón, en Madrid, víctima de una terrible cornada propinada por un toro del Duque de Veragua. La fatalidad truncó la fulgurante carrera de uno de los diestros de la tierra más importantes.

Era la cuarta corrida de abono, y en ella estaban anunciados Juan Luis de la Rosa, Manuel Granero y Marcial Lalanda, que confirmaba alternativa. La expectación era desbordante. En chiqueros aguardaban tres toros de Albaserrada y otros tantos del Duque de Veragua. “Granero, que vestía flamante terno negro y oro, salió al ruedo con más voluntad que nunca y buscando un éxito que creía necesitar, dado el puesto que ocupaba en la torería”, explica Eduardo Palacio en su crónica de ABC.

De la lidia del que hizo quinto, “Pocapena” de nombre, del hierro ducal, Palacio escribe: “Al lancear, a Granero no le fue posible lucirse, porque el bicho, pegajoso y burriciego, se paraba en seco sin seguir el viaje que el diestro le marcaba. “Pocapena” quedó frente al 2, con la cabeza hacia el 3, y allí fue Granero a su encuentro, tanteándole con un pase ayudado, recargando el diestro cuanto pudo; volvió rápido el bicho, y prendiendo al espada por la parte posterior del muslo derecho lo arrojó contra la barrera, quedando la cabeza del diestro bajo el estribo, al lado derecho (del espectador) de la puerta del 3, y como a unos metros de ésta. “Pocapena” dio sobre el bulto una nueva cabezada, entrando un pitón por el ojo derecho del herido y levantándolo muy poco del suelo. El cuerpo del diestro se sacudió en un leve estremecimiento, y los que estábamos cerca adivinamos la catástrofe”.

Con el toro anterior Granero dio la que acabó siendo la última vuelta al ruedo de su vida, una vida truncada cuando apenas contaba veinte años de edad. / Redacción APLAUSOS

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