LUCAS PÉREZ
@lucasperezest
Diario EL MUNDO de Madrid
El 29 de junio de 1987 se anunciaba en Burgos la alternativa
del torero local Luis Miguel Calvo. Su padrino seria Julio Robles y de testigo
actuaria José Ortega Cano. Amaneció un día soleado para lo que parecía una
jornada de ensueño para un torero nuevo, pero que se acabo convirtiendo en algo
parecido a una pesadilla.
El toro de su ceremonia, de la ganadería de Torrealta, le
empitonó cuando Calvo se disponía a clavar un par de banderillas cortas. Sufrió
dos graves cornadas. Nada mas ser introducido en la enfermería, las nubes
cubrieron la plaza y un aguacero obligo a suspender el festejo una vez que
Julio Robles despacho al toro y mientras Calvo era operado.
En la enfermería se vivieron momentos angustiosos. La
cornada en la ingle derecha le atravesó el muslo y tuvo una trayectoria
ascendente que le afecto órganos del bajo vientre, ademas de alcanzar también
el escroto. Anestesiado, Calvo no era consciente de que la lluvia había hecho
acto de presencia. Pero si de las caras de angustia de cuantos le rodeaban,
impresionados por su cornada. De repente, escucho una voz pese al aturdimiento por
la anestesia.
-"Se ha suspendido la corrida".
«Yo no sabia por que era -recordaría después-, jamás pensé
que fuera por la lluvia, porque cuando a mi me cogió el toro hacia sol. Me
asuste, pero estaba como aturdido».
No fue lo único que sucedió esa tarde. Mientras le operaban,
la tromba de agua inundo la enfermería y un hombre del personal de la plaza
tuvo que estar constantemente achicando agua con cubos para evitar un desastre,
entre otras cosas una desgracia en forma de cortocircuito.
Y para colmo, una vez operado, al ser trasladado de una
camilla a otra, el cuerpo del torero cayo al suelo. Un cúmulo de despropósitos
en el día de una alternativa truncada.
«Con el tiempo me entere de que pase momentos críticos, que
la cornada era gravísima y que hubo un riesgo vital bastante serio». De este
modo, el paso al escalafón superior tuvo que posponerse al 26 de septiembre de
ese mismo ano, en plena Feria de San Miguel y en el aniversario de la muerte de
Paquirri, un torero al que precisamente le había ocurrido lo mismo que a Calvo:
no poder tomar la alternativa al ser cogido antes de la ceremonia.
En esta ocasión, Manuel Ruiz Manili fue el padrino y Tomas
Campuzano el testigo. El toro de la ceremonia, de 636 kilos, estaba herrado con
el numero 12, su nombre era Perdido, pertenecía al hierro de Guadaira y fue
lidiado como sobrero tras devolverse el titular del Conde de la Maza.
Curiosamente, el toro que hirió a Calvo en la frustrada
alternativa también fue un sobrero, al ser devuelto el titular.
Afortunadamente, esta vez no hubo percances y el torero se convirtió en
matador.
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