domingo, 17 de junio de 2018

LA PÁGINA DE MANOLO MOLÉS - El Wall Street del toreo


Cuando tú leas esta página, la feria habrá finiquitado. Cuando la escribo está amaneciendo la última semana. La quinta, casi una liga de fútbol en poco más de un mes. Los del balón echan no sé cuántos meses para resolver sus partidos. Aquí no hay respiro. Sin embargo, esta feria, el día en que escribo, merece mínimo una nota de notable. Y mientras unos salen tocados de Madrid, otros han revitalizado su cartel. No ha sido una feria baldía, ni mucho menos. Te gustará más o menos Simón, pero ¿recordamos cuántas ferias hemos soportado con la mitad e incluso menos tardes atractivas y de éxitos gratificantes? De aquí sale gente tocada, que para eso esta feria o es vuelo o entierro. Cabe el intermedio, que tampoco sirve para mucho sobre todo si no estás en el sistema.

Madrid es la bolsa donde tocas las nubes o caes sobre el barro. ¿Quién elevó su valor o lo mantuvo con firmeza? Varios: Fortes, Talavante, Luis David, Roca Rey, El Juli, López Simón y Castella serían la cabeza de los números azules. Y claro, al tiempo otros globos se han desinflado y tú y yo sabemos quiénes son. Incluso si cada uno tenemos una visión diferente. Que no será muy lejana

Pero nadie puede quitarle a Fortes lo que le quitó el usía. El derecho al triunfo. Ese torero administra mejor su enorme, y a veces suicida, valor. Ha mejorado mucho en estabilidad y elasticidad de movimientos. Y ahora sufres menos con él después de tantas tardes de dolor y creer que no iba a levantar cabeza. Y esta batalla la ha ganado Fortes. Y Madrid, el público, todo el 7 también, claro, sintieron con él la primera emoción de la feria.

Los de Cuvillo, obra y gracia del ganadero que ya no está al frente pero que es el “padre” de lo que se está lidiando, ha echado seis toros para abrir la puerta grande. Seis en dos corridas es un número y una loa a Álvaro, que deja una ganadería en un punto máximo de buena clase y embestidas. Álvaro está creando los cimientos de una nueva; pero de momento los laureles, aunque no la visibilidad, le ponen a él en el foco de los triunfadores.

Ese Cuvillo, ese Alcurrucén y su «Licenciado», es casi la perfección, ese «Cuba II» de Puerto de San Lorenzo, ese «Hechizo» de Fuente Ymbro, ese «Ombú», una joya sobre la miseria de sus cinco compañeros cornudos, ese picador llamado Agustín Navarro que picó a «Coplero» como mandan los cánones… Y como diría el viejo, sabio y maestro Barroso: “Así se tira al palo y así se pica, hasta que se vean los tirantes, cuerpo y alma empujando el palo”.

Claro que Madrid es el Wall Street del toreo, la bolsa donde tocas las nubes o caes sobre el barro. ¿Quién elevó su valor o lo mantuvo con firmeza? Varios: Fortes, Talavante, Luis David, Roca Rey, El Juli, López Simón y Castella serían la cabeza de los números azules. Y claro, al tiempo otros globos se han desinflado y tú y yo sabemos quiénes son. Incluso si cada uno tenemos una visión diferente. Que no será muy lejana.

ANTONIO FERRERA Y TALAVANTE, DOS PIEZAS APETECIBLES

Dos toreros de feria grande viajan ahora sin el curro ni la comisión de apoderados. Dos piezas apetecibles como Ferrera y Talavante. Dos extremeños que piden aires nuevos. Ferrera dice adiós a la gente de la empresa de Sevilla; y Tala a Matilla, el más listo de la clase, el que lo ve todo y se hace el mudo de los hermanos Marx. Hace y deshace con o sin palabras, detrás de la cortina de los movimientos del toreo solo notas que alguien está respirando. Es él.

Mi respeto y mi dolor para los que se quedaron sin torear el único día de lluvia y llantos de la feria. A Dufau, Sánchez Vara y, sobre todo, a Javier Castaño. Para mí es un héroe. Un cáncer aparece en enero y en abril está en Sevilla frente a los miuras. Un gesto enorme. Y no ha vuelto. Torero bravo y generoso, nadie como él dio rienda libre a la excelencia de los tres tercios. Picadores a lucir, subalternos a emocionar. La vida, la lidia, en tres dimensiones. Y su grandeza y generosidad merecen otro tacto. Él nos dio muchas tardes el menú completo, los tres platos, los tres tercios, planteamiento, nudo y desenlace, tercio de varas y quite, tercio de banderillas, tercio de muleta y muerte. Ahora muchos se conforman con una hamburguesa.

CHACÓN, UN TROTAMUNDOS QUE YA TIENE SITIO EN MADRID

Ya no es verdad que hay que pasar hambre para arrimarse. Aquella España de Frascuelo y Sacristía se queda ya en un relato del poeta. Pero esto también viene al hilo de que Madrid descubriera algo que siempre tuvo premio en esta plaza: el buen lidiador, el oficio, el conocimiento de la profesión, la tauromaquia en la cabeza, el valor en la taleguilla y el temple en el corazón conectado con las manos y el oficio de los buenos toreros. No digo estilistas. Digo toreros con capacidad para templar los vientos de las peores embestidas. Octavio Chacón, al que le birló injustamente el usía de turno, dio una vuelta de oreja sin trofeos en las manos, que se lo merecía. En cambio, al toro interesante, el mejor con diferencia, el único importante de los seis, recibió una excesiva vuelta al ruedo. Al torero lo dejaron en segundo lugar. Y para el mejor toro también fue fortuna encontrarse con un torero que ya tiene sitio en Madrid. Capítulo importante de la historia de un trotamundos buscando el premio tras templar rayos y centellas: toros y demonios.

Yo, es una sugerencia, en la próxima Feria de Otoño, por ejemplo, lo pondría en una corrida montaraz y jodida como esta y con una de Cuvillo. Y a ver qué pasa. Yo quiero verlo lidiar, y lo he visto, y también torear a gusto que creo que hace años no se encuentra con ese regalo. Simón es capaz de facilitar a la afición saber lo que lleva dentro con el toro que nadie quiere y con el toro que quieren todos. Octavio Chacón, aquí lleva un montón de años en la nube del olvido. En Francia, donde hay un toro duro, llaman a Chacón. Torero generoso. Y en el palco otro presidente que confunde churras con merinas. Por qué no revisamos la nómina de usías de Madrid… vaya tela. Revisen el palco de los presidentes. Desafinan demasiado. / Redacción APLAUSOS

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