PACO AGUADO
El rejoneador hispano-luso Diego Ventura, que ayer se
convirtió en el primer jinete de la historia en cortar un rabo en la plaza de
toros de Las Ventas, aseguró a EFE que ese excepcional triunfo era "una
utopía" que le obsesionaba durante toda su carrera.
"Por eso cuando ayer vi asomar el tercer pañuelo, el de
la concesión del rabo, pegué un salto tremendo. Sentí una alegría arrolladora,
porque ese era el sueño de mi vida, una utopía que siempre me ha dado vueltas
en la cabeza pensando si algún día podría conseguirla", explica el
rejoneador.
De hecho, solo han sido diez los toreros de a pie que han
logrado un triunfo así en los 87 años de historia de la plaza de Las Ventas,
desde el mítico Juan Belmonte -que cortó dos en los años treinta- hasta Palomo
Linares, que paseó el último rabo el 22 de mayo de 1972.
Ventura considera que "si ha sido así de difícil para
los que se visten de luces, mucho más lo parece para los rejoneadores. En
realidad es un reto casi imposible, porque puedes cuajar un toro y hacerlo todo
perfecto, pero el trofeo, aun haciendo todos los méritos necesarios, al final
no depende de ti".
"Hace falta -continúa- que el público lo pida y que el
presidente no se deje llevar por el miedo escénico y el temor a las más que
seguras críticas que va a recibir por concederlo. Pero el que estaba ayer en el
palco, afortunadamente, obró con una gran sensibilidad. Y con ese simple gesto
de sacar el pañuelo por tercera vez ha conseguido hacerme el hombre más feliz
del mundo".
El jinete sevillano matiza que la de ayer fue "una de
esas raras tardes en Madrid en que los nervios se te van ya en el primer toro.
Después de cortar las primeras dos orejas y asegurarme la salida a hombros, la
sensación era que tenía ya los deberes hechos, por lo que solo me quedaba
disfrutar del resto de la corrida con la mente despejada, sin tensión. Por eso
todo me salió con naturalidad".
En cuanto a los toros de Los Espartales, y en concreto el
del histórico triunfo, Ventura opina que "hubo de todo, mejores y peores,
pero casi todos dejaron estar a gusto. Quizá 'Biemplantando', el del rabo, fue
el más complicado, porque embestía con arreones fuertes, sin ritmo, aunque
precisamente eso hizo que transmitiera más peligro y emoción al tendido".
"La forma en que lo paré de salida con la garrocha, los
quiebros perfectos de 'Fino', que le aguantó toda esa violencia que tanto
'paquete' me hizo pasar, porque el toro apenas obedecía, y el par a dos manos
sin cabezada de 'Dólar' o el rejonazo de muerte en los medios con 'Remate'...
Todo fue muy importante", asegura.
"Aunque los otros dos toros me permitieron estar más
relajado, con ese toro del rabo -insiste Ventura- hubo momentos de mucho mérito
y de los que me siento muy orgulloso. No fue nada fácil lidiarlo, pero ayer era
uno de esos días en los que uno está motivado e inspirado y tira para adelante
con lo que le echen".
Si algo marcó toda la actuación de Diego Ventura ayer en Las
Ventas fue el largo e intenso concepto del toreo que mostró, no solo por su
forma de clavar banderillas y rejones con ajuste y precisión, sino también por
la forma de llevar la lidia y de poder a los toros fuera de las suertes.
"Es que de lo que se trata es de torear a caballo, no
solo de clavar los hierros. Soy un gran aficionado al toreo a pie, y además lo
practico mucho, porque creo que conocerlo es algo fundamental para los
rejoneadores", matiza el jinete nacido en Lisboa y residente en Puebla del
Río (Sevilla).
"Creo que es necesario -recalca- saber manejar los
terrenos, el temple y el mando sobre las embestidas, como hacen los de a pie,
para así aplicar ese concepto al rejoneo y poder llevar a los toros con
ligazón, enganchar y soltar las arrancadas donde uno quiere".
En cuanto a su amplia cuadra de caballos, que ayer se
desenvolvió a un altísimo nivel, el rejoneador asegura que "está
pletórica, pero para eso nos sacrificamos todos los días", y aún añade
tajante que la que ahora disfruta "es la cuadra más completa no del
rejoneo actual sino de todas las épocas".
Y en especial Ventura señala a uno de ellos, el castaño
"Nazarí", "que ayer estuvo inmenso. Y de ese sí que puedo decir
con orgullo que es el mejor caballo de rejoneo de toda la historia, porque
cuaja a todo tipo de toros, sean como sean, con el mismo temple y con la misma
pureza.
Después de este triunfo histórico, que le ayudó a conseguir
otra de las grandes marcas nunca logradas en el rejoneo, como es haber salido
hasta en dieciséis ocasiones por la Puerta Grande de Las Ventas, Ventura espera
que esta especialidad taurina "se ponga por fin en el sitio y con la
categoría que se merece".
"Y le pido a Dios que, de una vez, desde el negocio del
toro se me permita ser feliz, sin más controversias de despacho ni malos rollos
de otros compañeros", expresa con vehemencia el rejoneador, que, pese a su
indiscutible categoría, tiene problemas de contratación con ciertas empresas.
"Espero que después de esto dejen de hacerme daño y
empiecen a respetar todo lo que he conseguido, que se acabe eso de no
anunciarme en plazas como Pamplona, Bilbao, Logroño, Salamanca... por que esos
públicos tienen derecho también a disfrutar del gran momento por el que
atravieso. Todo lo que no sea así, por muchos intereses creados que existan, es
ir en contra no de mí sino de la propia fiesta de los toros", finaliza. / EFE
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