sábado, 19 de agosto de 2017

La plaza de Campo Pequeno, catedral del toreo a caballo, cumple 125 años


CARLOS GARCÍA

Campo Pequeno, el coso taurino más importante de Portugal, bautizado como la catedral del toreo a caballo, celebró este viernes sus 125 años de existencia, durante los que ha acumulado un legado de tardes de tauromaquia con las figuras más sobresalientes del toreo luso, español o americano.

Todas las figuras españolas, incluidas las contemporáneas, como "El Juli" o José Tomás, se han "desmonterado" en la plaza de la capital lusa, que hoy conmemorará la efeméride con una corrida a la portuguesa con rejoneadores y forcados.

La celebración comenzó a las 21.15 hora local (20.15 GMT) con conciertos de fado, seguidos de la actuación de los rejoneadores lusos João Moura, António Ribeiro Telles y Luís Rouxinol, que compartirán cartel con los prestigiosos forcados de Montemor y Lisboa, con toros de las ganaderías de Palha, Ribeiro Telles, Oliveiras, Hermanos Vinhas, Murteira Grave y Passanha.

En los 125 años de historia del coso, una de las tardes de mayor emoción y de toreo a caballo más brillante es la que se celebró para conmemorar los 50 años de alternativa de Branco Núncio el 27 de mayo de 1973.

A sus 72 años, este rejoneador se subió a lomos de "Fenollo" -el caballo que ascendió a la gloria taurina a Moura padre- para ofrecer ante el respetable lisboeta "una de las más brillantes lecciones del toreo a caballo jamás vista", explicó hoy a EFE el crítico taurino y responsable de comunicación de Campo Pequeno, Paulo Pereira.

Aquella tarde, entre las 8.200 personas que presenciaron la "apoteosis" se encontraban el presidente de Portugal, Américo Tomás, o el primer ministro luso, Marcelo Caetano.

En Portugal, donde está prohibido matar los toros en la plaza desde octubre de 1933, todo el toreo pasa por la capacidad para triunfar en Campo Pequeno, el coso que da y quita, el recinto taurino donde los portugueses que sueñan con ser figura deben triunfar si pretenden lanzar su carrera.

Joselito o José Tomás, entre los españoles, protagonizaron importantes idilios en esa plaza, que fue remodelada entre 2000 y 2006 cuando permaneció cerrada, para ofrecer a partir de 2007 un aforo de 6.200 personas y la posibilidad de albergar todo tipo de eventos festivos, sobre todo, actuaciones musicales.

Santiago Martín "El Viti", Pedro Gutiérres Moya "El Niño de capea", Manolete, Antonio Ordóñez o el propio Curro Romero, que ya salió a hombros de Lisboa como novillero, conforman una larga lista de diestros españoles que triunfaron en la capital de Portugal.

Una de las tardes más sonadas, la protagonizada por el portugués Manolo dos Santos el 18 de octubre de 1953.

La locura se desató aquella tarde al término de la corrida, cuando Manolo dos Santos, tras ser llevado a hombros desde el coso hasta el hotel durante cuatro, llegó a la habitación prácticamente desnudo.

El toreo mexicano también he dejado su impronta en Lisboa, desde que el coso fuera inaugurado el 18 de agosto de 1892. Es el caso de Gregorio García, que destacaba por su tremendismo en la lidia, o el de Carlos Arruza, amigo de Manolo Santos que también cosechó importantes tardes de gloria en Campo Pequeno.

Las tragedias no se escapan a la historia de la plaza de toros más relevante de Portugal donde, desde su inauguración, murieron tres rejoneadores y dos forcados. Algunos de ellos de forma trágica, como el forcado Joao Raiva, que falleció después de que una banderilla se le clavara en la cabeza.

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, "ha enviado una carta de felicitación por el 125 aniversario que será leída en público", explicó hoy a EFE el empresario del coso, el maestro Rui Bento.

Bento, que apodera al diestro español Juan del Alamo, auguró que "Campo Pequeno seguirá siendo un referente nacional e internacional del toreo", donde también habrá espectáculos de todo tipo, "sin perder su identidad". / EFE

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