Fue figura pese a las reservas iniciales de
los aficionados
A un mes de cumplir los 69 años y a
consecuencia de una grave enfermedad, en la madrugada de este sábado, 26 de
agosto, ha fallecido en Albacete el diestro Dámaso González, figura en los años
70 y 80, que impuso su concepto del toreo pese a que sus formas fueron puestas
en cuestión en sus primeros años. Con un enorme sentido del temple y una
firmeza encomiable, el torero manchego se marchó de los ruedos en medio del
respeto de todos. Ahora el toreo de nuevo se viste de luto por otro de los
suyos, uno de los grandes, que supo granjearse el resto de todos dentro y fuera
de los ruedos.
Redacción
TAUROLOGIA.COM
Al principio no era pequeño el número de
aficionados que ponían en cuestión sus
condiciones para ser figura del toreo. Sin embargo, ya de novillero, de la mano
de la Casa Camará, fue poco a poco demostrando su personalidad y su capacidad
para hacer frente al complicado reto de los ruedos, hasta ganarse el respeto de
todos, incluso de la exigente plaza de Madrid, donde le costó años entrar, pero
acabó convenciendo a los aficionados.
Dámaso González Carrasco había nacido en Albacete
el 11 de septiembre de 1948, en el seno
de una familia de ganaderos. Ya desde muy joven comenzó, muy a la antigua usanza, a participar en diversas capeas por tierras
manchegas, hasta que en 1965 se le presentó la oportunidad de anunciarse en la
parte seria de un espectáculo cómico-taurino.
Vistió por primera vez de luces, como sobresaliente
de espada, el 27 de agosto de 1966 en
Albacete en el que actuó. Anunciado inicialmente como “Curro de Alba” inició el
camino de la novillería por los pueblos. Su primer gran oportunidad se le
presentó en Barcelona, el 19 de marzo de 1969; no la dejó pasar: cuatro orejas
y un rabo. Hasta en siete ocasiones más lo anunció en su plaza la Casa Balañá.
Animado por estos éxito, el 1 de junio se presentó en Madrid, sin mayores
relevancias. dejando una grata impresión, pese a sus fallos a la hora de matar.
Su última novillada la toreó en Valencia el 21 de
junio de aquel año, actuando como único espada y cortó siete orejas y un
rabo. Tres día después y en la feria de
San Juan en Miguel Mateo “Miguelín” le concedió la alternativa, en presencia de
Francisco Rivera “Paquirri”, con toros de
Flores Cubero. Antes de cubrir su primera campaña americana, en España
actuó hasta en 24 ocasiones.
En la temporada de 1970 confirmó la alternativa en
Madrid, un 14 de mayo, con El Viti como padrino y Miguel Márquez de testigo,
ante toros de la ganadería de Francisco Galache de Hernandinos; le cortó una
oreja a su segundo toro. Totalizó hasta 45 corridas en España, volviendo de
nuevo a América, donde fue triunfador de las ferias de Maracaibo y San
Cristóbal. El 20 de diciembre confirmó la alternativa en la Plaza México con
Manolo Martínez como padrino y Eloy Cavazos de testigo.
La temporada de 1971 estuvo muy trastocada en sus
planes, como consecuencia de varias cornada de importancia, aunque al final
sumara 57 tardes. El 7 de mayo de 1972
recibió en la localidad manchega de
Almansa la que fue su cogida de mayor gravedad. Pese al percance concluyó el año
taurino con 76 contratos.
Incorporado definitivamente a la elite del toreo,
en los años siguientes ya no bajó de una media de 60 corridas en cada
temporada.
Impuso
su forma de entender el toreo
Por entonces de Dámaso González se elogiaba sobre
todo su valor y su entrega, pero en cambio se ponía más en cuestión su sentido
de la estética y el larguísimo metraje de sus faenas. Con un sector importante
de la critica de la época instalado en la crítica, el torero de Albacete acabó
por imponerse. Había obtenido triunfos
importantes en 1978, pero no fue hasta
el 25 de mayo de 1979 cuando consolidó definitivamente su posición en el toreo:
En la plaza de Madrid obtuvo aquel día un triunfo incontestable , tras cortarle
las dos oreja a un toro de La Laguna, abriendo la Puerta Grande., un triunfo
que luego refrendó en la feria de julio de Valencia.
Primero del escalafón en 1980, año en el que
intervino en setenta corridas, En el San Isidro del siguiente año volvió a
abrir la Puerta Grande madrileña, después de cortarle dos orejas a una corrida
de Torrestrella.
Siguió en las temporadas posteriores instalado en
el primer circuito en España y Francia, pero también en las ferias americanas.
Al comienzo de la empora del 85, fue corneado gravemente en Castellón y al año
siguiente en Málaga. Y así hasta que en 1987 se comenzó a especular con una posible
retirada, al cumplir los 20 años de alternativa. De hecho, en 1988 tan sólo
hizo ya 26 paseíllos y a final de la feria de Albacete decidió retirarse, al
menos temporalmente.
Pero tres años volvió, en principio sólo de forma
ocasional, para otorgar la alternativa a su paisano Manuel Caballero en la
Feria de la Vendimia en Nimes. Al hilo del triunfo que alcanzó en aquella
tarde, reaparece ya formalmente en la feria de la Magdalena de Castellón, a comienzo
de 1989. Perola cosa no discurrió tan bien como se esperaba, especialmente en
Madrid, por lo que el año se le fue con 26 corridas.
Su temporada de 1993 se basó en 35 contratos. Y su
tarde más relevante correspondió a Madrid, el 28 de mayo, con un toro de Samuel
Flores. Tuvo una tarde memorable en Valencia el 28 de julio, incluido el
indulto del toro “Gitanito”, de Torrestrella.
El año taurino de 1994 se anunció como el de su la
despedida oficial de los ruedos. Participó en veinticuatro corridas. Ya por
septiembre, con tres tardes de la feria de Albacete, el 16 de septiembre se
retira de la profesión, con un cartel que compartió con Espartaco y José Mari
Manzanares.
Ya de forma ocasional toreo algún festejo más. Y
así, en el 2000 recuperó el traje de luces para actuar en la corrida de
Asprona. Y también de forma puntual, acudió a Quito a un festival. Y en su
ultima intentona reapareció para la temporada de 2003, a cuyo final lo dejó definitivamente, en el
curso de la feria septembrina de Murcia.
Funeral en la Catedral de Albacete
La capilla ardiente con los restos mortales de
Dámaso González será instalada este domingo por la mañana en la Plaza de toros
de Albacete. A partir de las 13:15 horas se celebrará una misa funeral en la
Catedral de San Juan de Albacete para posteriormente darle cristiana sepultura.
La noticia de su muerte ha conmocionado a todo el
toreo, entre cuyos representantes Dámaso gozaba de “un gran cartel”, como
hombre afable y un excelente compañero.
La Redacción de Taurologia.com se une sinceramente
al dolor de su familia.
Descansa en paz, maestro.
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