LUCAS PÉREZ
@lucasperezest
Colmenar
Viejo
En un derroche de autoestima, de raza y orgullo
torero tras no salir bien las cosas en el que abrió corrida, Juan Bautista
salió enchufadísimo frente al cuarto. Un farol de rodillas de recibo, una larga
cambiada antes de las templadísimas verónicas hacia los medios y la seguridad
en la forma de estar en la plaza hacían prever cante grande.
Si se vería sobrado el francés que después del
quite por gallosinas se animó hasta a poner los palos. Brilló un par al violín.
En su inicio de muleta, de hinojos, hubo muletazos extraordinarios, de mentón
hundido. Ya en pie, en el tercio, predominó el desmayo, el relajo y la
cadencia. Empezó a acusar entonces la exigente lidia el precioso y noble
Pensionista y no se alcanzó la grandeza esperada. Pese a eso, no cesaron los
buenos momentos de Bautista. En redondo y al natural. Improvisando en los
remates, variado, seguro, como prueba evidente del gran momento que atraviesa.
Un estoconazo en los medios fue la perfecta rúbrica antes de las dos orejas que
le abrieron la puerta grande serrana.
Suavidad tuvieron las verónicas con las que
Alejandro Talavante recibió a su primero de Vegahermosa. Y elegancia las
chicuelinas posteriores. De inicio, torero y ganadería triunfadores del pasado
año parecían reencontrarse en Colmenar con la misma buena sintonía. La
Corredera inspiró entonces al extremeño. Le hizo sonreír. Comprometido,
exquisito al natural, Talavante logró por ese pitón los mejores momentos de la
obra a su primero, Ostrero, extraordinario por cierto. Se jalearon las
postreras manoletinas. Pero la espada se llevó el premio ganado con las telas.
El hito de 2016 no pudo repetirse tampoco frente
al quinto, más agarrado al piso, manejable sin terminar de humillar, al que
Talavante muleteó con corrección. No prendió la llama pese a instantes sueltos
de interés. Y tampoco funcionaron los aceros.
Se presentaba Roca Rey en Colmenar Viejo. Su
primero fue al corral en un visto y no visto y se decidió correr turno. Tras
los estatuarios de recibo, exigió por bajo en los medios al toro, otro buen
jandilla. No encontró acople al natural, hubo un desarme y cuando volvió a la
diestra de nuevo ya era tarde para remontar con magnitud. Las manoletinas
finales y la eficaz estocada «recuperaron» una oreja in extremis para el
peruano.
Casi seiscientos kilos pesaba el sexto, sobrero de
Fernando Peña. Los acusó en su nobleza. Pero sirvió también. Roca Rey intentó
tirar hacia adelante de su embestida. Y lo logró al natural medida la faena. Su
voluntad se topó con la espada. Y la gloria quedó sólo para Jandilla y para un
Juan Bautista en estado de gracia.
JANDILLA | Juan Bautista, Talavante y
Roca Rey
Toros de Jandilla y Vegahermosa
(2º y 4º), bien presentados y de buen juego en líneas generales; encastado el
1º; extraordinario el 2º, ovacionado; manejables 3º bis y 5º; a menos el buen
4º; el 6º, de Fernando Peña tras correrse turno, noble.
Juan
Bautista, de caña y oro con cabos
negros. Dos pinchazos, sartenazo en el costillar y descabello (silencio). En el
cuarto, gran estocada (dos orejas). Salió a hombros.
Alejandro
Talavante, de azul marino y oro.
Tres pinchazos y estocada corta trasera (ovación con saludos). En el quinto,
pinchazo y estocada baja (ovación con saludos).
Andrés
Roca Rey, de caldero y oro.
Estocada. Aviso (oreja). En el sexto, pinchazo, estocada y cuatro descabellos.
Dos avisos (silencio).
Plaza de toros de La Corredera. Martes, 29
de agosto de 2017. Última de abono. Más de tres cuartos de entrada.
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