El
pacense corta cuatro orejas y sale a hombros junto a El Juli y Perera que
lidiaron una noble corrida de Zalduendo.
GONZALO I.
BIENVENIDA
@GonIzdoBienve
Cuenca
Rompió a llover en Cuenca a primera hora de la
tarde para acompañar la pena de la despedida a Dámaso. Con más de tres cuartos
de plaza la corrida se tuvo que retrasar unos minutos, los operarios de la
plaza espacian el serrín que absorbía el agua del albero comandados por
Maximino, el propio empresario, que también curraba para echar el festejo hacia
delante.
El anovillado primero de Zalduendo no se empleó en
los primeros tercios. El Juli le pudo por abajo desde el principio obligándole
a embestir. Con la muleta el zalduendo se venía por dentro. El toque por fuera
y el mando de los vuelos por abajo extrajo lo mejor del precioso torete que
siempre buscó excusas.
Salió el padre de todos los zalduendos lidiados,
un sobrero de José Vázquez con un astifino pitón derecho tras devolverse el
torpón cuarto. Importante envergadura y cara ofensiva pero de contado poder. El
Juli ordenó que el tercio de varas quedase en un simulacro para después dosificar
las fuerzas del toro. Poco a poco fue metiéndolo en el canasto y, también,
cogiéndole el pulso a la embestida. Las dos últimas tandas resultaron
magistrales; El Juli en su versión más relajada.
Miguel Ángel Perera recibió muy templado al
segundo de la tarde. El castaño de Zalduendo se mostró esquivo pero Perera
estructuró una faena de menos a más. La muleta siempre puesta por delante hizo
el resto. El viento amenazaba con traer de nuevo la tormenta. MAP se fajó en
todo momento por ambos pitones.
El quinto embistió con clase en la primera mitad
de la faena de Perera. Una vez podido se rajó y empezó a derrotar con la cara
por alto. Aun así Perera le armó un alboroto con un arrimón cerca de las
tablas.
El diluvio se desató en el tercero justo después
de la media de rodillas con la que José Garrido abrochó un ramillete de
verónicas que desembocaron en la boca de riego. Garrido se presentaba en Cuenca
sustituyendo a Morante. El trasteo arrancó con unos ayudados por alto muy
toreros y el vendaval se volvió a hacer presente. Garrido confió en la
obediencia del toro gustándose. El viento volvió a molestar en las bernadinas
finales pero Garrido no se inmutó, la muleta ondeaba tras su cuerpo, la emoción
terminó de convencer a los tendidos que le premiaron con dos orejas.
El sexto mostró una clase excepcional desde que
salió por chiqueros. Garrido lo cuajó con el capote. Sin embargo, en la muleta
le faltó continuidad para emocionar. El pacense apretó los dientes para
formarle un lío en el final de faena a base de circulares, Cuenca respondió
entregada: dos orejas.
ZALDUENDO | El Juli, Miguel Ángel Perera
y José Garrido
Toros de Zalduendo, correctos de presentación a excepción del anovillado
primero y de noble juego en general. Se lidió un imponente sobrero de José Vázquez (4º bis) de contado poder.
El
Juli, de azul añil y oro.
Estocada trasera (oreja). En el cuarto, estocada (oreja).
Miguel
Ángel Perera, de verde botella y
oro. Estocada traserísima. Aviso (oreja) . En el quinto, estocada trasera
(oreja).
José
Garrido, de azul celeste y plata.
Estocada (dos orejas). En el sexto, pinchazo y estocada (dos orejas).
Plaza de toros de Cuenca. Domingo, 27 de
agosto de 2017. Segunda de feria. Más de tres cuartos de entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario