sábado, 4 de julio de 2020

Francisco Martínez no baja el ritmo

En su entrenamiento campero
Arturo Gilio cada día se ve mejor en la cara de los astados / Cortesía Gilio
El espada sanmiguelense estuvo realizando arduas labores de tienta en las dehesas de Los Cues en Querétaro y Espíritu Santo en San Luis Potosí

ADIEL ARMANDO BOLIO
Especial para VUELTA AL RUEDO

Se reporta el matador de toros de San Miguel de Allende, Guanajuato, Francisco Martínez, para hacer saber y así confirmar que ha tomado de verdad muy en serio estos difíciles tiempos de contingencia sanitaria y por ello es que se ha mantenido metido con evidente firmeza en el campo bravo para no perder ritmo en su toreo y afinarlo lo más que se pueda, además de su técnica y, así como seguir mejorando en todos los aspectos de su carrera como diestro de alternativa.

Una muestra de lo antes expuesto y así lo avala el propio espada sanmiguelense es que en esta semana que está por terminar se metió de nueva cuenta a la cabaña brava nacional, concretamente el reciente miércoles, a la ganadería queretana de Los Cues, a invitación de la familia Lebrija Garfias y en donde junto a sus compañeros los también matadores de toros, el potosino Fermín Rivera y el aquicalidense José María Pastor, así como el novillero queretano Juan Pedro Llaguno, llevaron a cabo el tentadero de 15 machos y siete becerras en una mañana fresca, típica del campo bravo.

Luego, al día siguiente, el jueves, el recio diestro guanajuatense acudió a la invitación que le hizo la ganadera Paulina Gordoa de Labastida, a la finca potosina de Espíritu Santo, donde logró tentar un par de becerras y a puerta cerrada lidió y estoqueó un novillo. En tales labores también participó el hijo de la ganadera, Pablo Labastida.

Así es como Francisco Martínez demuestra con hechos que no afloja el paso y está con la gran ilusión y la mira de poder llegar más que bien preparado a la próxima Temporada Grande de la Monumental Plaza México, donde como se sabe, su sueño es confirmar su alternativa y lograr un triunfo que lo coloque en el sitio que él mismo se ha propuesto desde que se hizo de la borla mayor.

DATO
Los pasados miércoles y jueves fueron los días en que estuvo Francisco Martínez más que concentrado en su preparación

Dentro de su alistamiento: Arturo Gilio derrocha afición
El novillero coahuilense se estuvo probando en las dehesas de La Punta, Pablo Moreno, La Concepción, San Constantino, La Concha y en la de su padre

Bien cierto es que ya han trascurrido más de 120 días desde que se paralizó la actividad taurina y por ende se cerraron las puertas de las plazas de toros en el mundo entero, todo como medida sanitaria por esta pandemia que nos ha traído de cabeza y envueltos en una burbuja de inseguridad.

Dentro de nuestra amada Fiesta de los Toros, los primeros días fueron de una gran incertidumbre para los toreros, quienes fieles a su vocación siguieron preparándose en sus hogares y otros más en la soledad del campo con acondicionamiento físico y toreo de salón.

Así pasaron los días que se convirtieron en semanas y en meses, tiempo en la que la desesperación por no sentir la embestida de un astado se volvió insoportable.

Tal es el caso del novillero lagunero Arturo Gilio, de quien se dice que con una afición que no le cabe en el cuerpo, empezó a ponerse en contacto con ganaderos para que, de una manera responsable y con todas las medidas sanitarias cumplidas, lo pudieran invitar a tentar en sus respectivas fincas.

La respuesta entonces no se hizo esperar y como hay toros puestos en el campo que no se pudieron lidiar en las plazas este año, empezó a recibir invitaciones.

Muchos kilómetros tuvo que cubrir para continuar preparándose y estar a punto para cuando se vuelvan a abrir las puertas de las plazas de toros, siendo las ganaderías como La Punta, Pablo Moreno, La Concepción, San Constantino, La Concha y la de su padre el matador de toros del mismo nombre, Arturo Gilio, las que le han abierto las puertas en varias ocasiones y así tener la oportunidad de matar toros a puerta cerrada, unificando criterios en que el chaval coahuilense es el torero que México espera, según ya se dice.

Mientras tanto, se comenta que Gilio no pierde la oportunidad en el campo bravo de poner a prueba sus facultades, valor y técnica, estructurando faenas completas, plenas de entrega, como si estuviera en una plaza de toros llena a reventar, que es así como se espera las ponga en todo el orbe taurino si sigue con esa vocación que se ha ganado el corazón de todos los públicos.

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