En su
entrenamiento campero
Arturo Gilio cada día se ve mejor en la cara de los astados / Cortesía Gilio |
El
espada sanmiguelense estuvo realizando arduas labores de tienta en las dehesas
de Los Cues en Querétaro y Espíritu Santo en San Luis Potosí
ADIEL
ARMANDO BOLIO
Especial para
VUELTA AL RUEDO
Se reporta el matador de toros de San Miguel de
Allende, Guanajuato, Francisco Martínez, para hacer saber y así confirmar que
ha tomado de verdad muy en serio estos difíciles tiempos de contingencia
sanitaria y por ello es que se ha mantenido metido con evidente firmeza en el
campo bravo para no perder ritmo en su toreo y afinarlo lo más que se pueda,
además de su técnica y, así como seguir mejorando en todos los aspectos de su
carrera como diestro de alternativa.
Una muestra de lo antes expuesto y así lo avala el
propio espada sanmiguelense es que en esta semana que está por terminar se
metió de nueva cuenta a la cabaña brava nacional, concretamente el reciente
miércoles, a la ganadería queretana de Los Cues, a invitación de la familia
Lebrija Garfias y en donde junto a sus compañeros los también matadores de
toros, el potosino Fermín Rivera y el aquicalidense José María Pastor, así como
el novillero queretano Juan Pedro Llaguno, llevaron a cabo el tentadero de 15
machos y siete becerras en una mañana fresca, típica del campo bravo.
Luego, al día siguiente, el jueves, el recio
diestro guanajuatense acudió a la invitación que le hizo la ganadera Paulina
Gordoa de Labastida, a la finca potosina de Espíritu Santo, donde logró tentar
un par de becerras y a puerta cerrada lidió y estoqueó un novillo. En tales
labores también participó el hijo de la ganadera, Pablo Labastida.
Así es como Francisco Martínez demuestra con
hechos que no afloja el paso y está con la gran ilusión y la mira de poder
llegar más que bien preparado a la próxima Temporada Grande de la Monumental
Plaza México, donde como se sabe, su sueño es confirmar su alternativa y lograr
un triunfo que lo coloque en el sitio que él mismo se ha propuesto desde que se
hizo de la borla mayor.
DATO
Los pasados miércoles y jueves fueron los días en que estuvo
Francisco Martínez más que concentrado en su preparación
Dentro de su
alistamiento: Arturo Gilio derrocha afición
El
novillero coahuilense se estuvo probando en las dehesas de La Punta, Pablo
Moreno, La Concepción, San Constantino, La Concha y en la de su padre
Bien cierto es que ya han trascurrido más de 120
días desde que se paralizó la actividad taurina y por ende se cerraron las
puertas de las plazas de toros en el mundo entero, todo como medida sanitaria
por esta pandemia que nos ha traído de cabeza y envueltos en una burbuja de
inseguridad.
Dentro de nuestra amada Fiesta de los Toros, los
primeros días fueron de una gran incertidumbre para los toreros, quienes fieles
a su vocación siguieron preparándose en sus hogares y otros más en la soledad
del campo con acondicionamiento físico y toreo de salón.
Así pasaron los días que se convirtieron en
semanas y en meses, tiempo en la que la desesperación por no sentir la
embestida de un astado se volvió insoportable.
Tal es el caso del novillero lagunero Arturo
Gilio, de quien se dice que con una afición que no le cabe en el cuerpo, empezó
a ponerse en contacto con ganaderos para que, de una manera responsable y con
todas las medidas sanitarias cumplidas, lo pudieran invitar a tentar en sus
respectivas fincas.
La respuesta entonces no se hizo esperar y como hay
toros puestos en el campo que no se pudieron lidiar en las plazas este año,
empezó a recibir invitaciones.
Muchos kilómetros tuvo que cubrir para continuar
preparándose y estar a punto para cuando se vuelvan a abrir las puertas de las
plazas de toros, siendo las ganaderías como La Punta, Pablo Moreno, La
Concepción, San Constantino, La Concha y la de su padre el matador de toros del
mismo nombre, Arturo Gilio, las que le han abierto las puertas en varias
ocasiones y así tener la oportunidad de matar toros a puerta cerrada,
unificando criterios en que el chaval coahuilense es el torero que México
espera, según ya se dice.
Mientras tanto, se comenta que Gilio no pierde la
oportunidad en el campo bravo de poner a prueba sus facultades, valor y
técnica, estructurando faenas completas, plenas de entrega, como si estuviera
en una plaza de toros llena a reventar, que es así como se espera las ponga en
todo el orbe taurino si sigue con esa vocación que se ha ganado el corazón de
todos los públicos.
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