VÍCTOR DIUSABÁ ROJAS
@VictorDiusabaR
Fotos: EFE - Promotoreando
El mexicano Diego San Román se convirtió este
jueves en el gran triunfador del primer festejo de la Feria de Cali, al cortar
una oreja y cosechar ovación en sus dos turnos en la plaza de Cañaveralejo. El
local Gitanillo de América cortó un apéndice, mientras su paisano Juan
Sebastián Hernández se fue en blanco. Los novillos toros de Alhama, bien
presentados y desiguales de comportamiento.
Al todo o nada, el novillero mexicano Diego San
Román se jugó entero en la novillada de la Feria de Cali para cosechar una
oreja y una ovación en su estreno en este ruedo.
Aunque más allá de eso, se hizo a un lugar para
una nueva oportunidad en el renovado albero de esta capital del suroeste
colombiano.
Un encierro serio y bien presentado de Alhama
tropezó con el piso en mal estado, lo que terminó por influir en su
rendimiento. Aparte de algunas complicaciones que sacaron los ejemplares.
La tarde inicio con un primero serio por delante y
con ímpetus de salida, al que Gitanillo de América supo plantear una faena con
la que resolvió retos y alguno que otro problema. Así pudo mantenerse al mando
de la lidia. Con el temple a media altura y el adecuado manejo de los tiempos
como efectivas fórmulas. Espada certera y oreja.
Enseguida, Diego San Román dio lecciones de
variedad con el capote, y de sitio y valor con la muleta. El novillo, bien
presentado como todo el encierro, se quedó corto en los viajes, pero ahí estuvo
el mexicano para extenderlos y dejar más que grata impresión. Ovación.
El tercero no tuvo fuerza y sucumbió todo el
tiempo. Juan Sebastián Hernández quiso pero no había de dónde, aparte de un
buen ramillete de naturales. Espada baja. Silencio.
El segundo, y último capítulo de la tarde,
encontró como inicio el bonito cuarto, en el que parecieron abundar opciones
fruto de sus hechuras. Pero esas posibilidades se difuminaron entre la escasa
comunión entre toro y torero, y las irregulares condiciones del piso de la
nueva Cañaveralejo. División de opiniones.
Y sobrevino en el quinto el valor en mayúsculas de
Diego San Román para trepar la emoción a los altos de la plaza. Un arrimón de
esos de colección. Pero además obligando a las embestidas del de Alhama,
retrechero para ir a los cites, primero, y luego obligado ante la persistencia
del hecho y cuajado aspirante manito. Oreja de ley.
El del cierre, que tuvo movilidad, encontró en la
enjundia de Juan Sebastián Hernández una propuesta para trascender. Sin
embargo, todo quedó en sustos, cuando al aspirante colombiano le pudo la
voluntad de triunfar sin detenerse en el necesario punto de sentido común.
FICHA
DEL FESTEJO
Seis
novillos toros de Alhama.
Gitanillo
de América: Espadazo y oreja. Y división de opiniones, luego de dos
pinchazos y entera.
Diego
San Román: Dos pinchazos y dos intentos de descabello. Ovación.
Oreja, luego de pinchazo y estocadón.
Juan
Sebastián Hernández: Espada baja y silencio. Espada y palmas.
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