Enrique
Ponce recibe una oreja de manso. A Juan de Castilla con las dos faenas de la
tarde se le negó una y renunció a quizás otra con el acero. Ureña silenciado.
Manso y dispar encierro.
@jadir45
Fotos: EFE - Promotoreando
El que hasta este año fue el mejor ruedo
(técnicamente hablando) de Colombia, ha sido convertido en un foso pedregoso de
arenas movedizas, en el que naufragan por igual, toros, toreros e ilusiones. Sí
a eso se le añade blandura y mansedumbre, la lidia se hace tarea de romanos.
Ahí, los siete de Ernesto Gutiérrez, bordearon hoy
la catástrofe, pero al final fueron salvados por la repetición alegre que no
bravura del terciado tercero bis y las poderosas, pero mansas acometidas del
entablerado y luego rajado sexto al que inexplicablemente le pidieron el
indulto. Pretensión rechazada por la cordura del ganadero. Disparidad fue la
norma. En peso, volumen y pitones. 509 kilos promedio. Todos negros,
astracanados y mansos, mansos, mansos… pese a las palmas a dos en el arrastre.
Ambos le correspondieron al paisa Juan de Castilla
que no les hizo ascos. A uno le ligó la única faena completa de la corrida. Desde
el primer lance, hasta el descabello, pasando por el perfecto volapié con
estocada total, petición de pelo desatendida y vuelta al ruedo.
Juan de Castilla |
Al otro, que de salido sembró el pánico tirándose
al callejón y saliendo de él con la zapatilla de “El Piña” ensartada en el
pitón derecho como un trofeo esperpéntico, para luego tomar por asalto el
ruedo, voltear a Santana y hacerlo saludar con el descalzo que maltrecho le
plantó cara y le puso los palos arriba. De largo acometió ilusionando, una,
dos, tres series. Luego escogió las tablas y allí obligó una pelea en que las
tandas y circulares, a cambio de pureza tuvieron una transmisión que confundió
a muchos, que hasta pidieron el indulto, preciso cuando el toro se rajaba del
todo. Entre que sí y que no, pasó el tiempo, el toro se distrajo, el cite
laborioso a recibir terminó en pinchazos, tres, y un fierrazo hasta los gavilanes.
Enrique Ponce, reverenciado y aplaudido
incondicionalmente, hasta en los dos desarmes, derrochó lentitud, suavidad y
temple convirtiendo en toreo los sosos y bobos viajes de su lote. Sin
descomponerse nunca, sin rendirse jamás, los llevó en redondo y en círculo p´allá
y p´acá en medio del beneplácito de la parcial. Clavando al primero
una estocada desprendida para saludar.
El cuarto, “no tenía un pase”, dijo, pero
se los dio, muchos, de a uno en uno, a cámara lenta, tal como caminaba la res,
con la mirada perdida en el tendido. Una y otra y otra vez. Con su personal
expresión corporal, con esa estética tan suya, con esa sagacidad que justifica
eso de que él es capaz de dar pases hasta una nevera. Para rematar lo pinchó y
tras un carrusel de capote que hubiese mareado hasta al almirante Nelson, le
descabelló para recibir una oreja que contrastó con la negativa inmediatamente
anterior.
Paco Ureña, triunfador global del año 2019 debutó
aquí lánguidamente, displicentemente, insoportablemente con dos estultos. Al
segundo lo pinchó y descabello dos veces en medio de un silencio reverente y al
quinto le pegó un bajonazo lamentable y tres crucetazos bajo pitos.
El público aguantó la excesiva longitud del
espectáculo y puso más emoción de la que hubo en el ruedo. La banda estupenda
del maestro Libardo Mora, ayudó.
FICHA
DEL FESTEJO
Cali.
Diciembre 27 de 2019. Plaza de Cañaveralejo. 2ª de feria. Nublado. 30ºC. Media
plaza.
Siete
toros de Ernesto Gutiérrez, devuelto el 3º, se corrió turno y Salió 6º el
reserva. Disparejos de presencia con 509 kilos promedio, mansos. Aplaudidos 3º
y el 6º rajado al que se le pidió indulto.
Enrique
Ponce, saludo y oreja con leves protestas.
Paco
Ureña, silencio y silencio.
Juan
de Castilla, vuelta tras petición y palmas.
Incidencias:
Saludaron Wilson Chaparro “El Piña” y Ricardo Santana, tras
parear al 6º.
Enrique Ponce |
Paco Ureña |
Juan de Castilla |
La banda taurina de Cañaveralejo, el cual suena a charanga de pueblo |
El mansurrón que salió en último lugar saltó al callejón, llevandose aparte del susto de "El Piña" su zapatilla derecha... tremendo |
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