Con su actuación del domingo pasado
en la Monumental Plaza de Toros México, el torero mexicano José Mauricio se
ganó el respeto y cariño de la afición que vio cómo se brindó ante los toros de
Barralva, y que le valieron dos orejas y salir a hombros por la puerta grande.
SERGIO MELÉNDEZ
Su demostración le valió para repetir este domingo 22
en el mismo escenario en la Corrida de Triunfadores donde está consciente del
compromiso.
“Creo que dejamos el listón alto, la gente va a
querer verme; pero también siento que tenemos la capacidad de repetir esto. No
es una casualidad lo que hemos venido haciendo toda la temporada, hemos tenido
triunfos en prácticamente todas las plazas de la República, nos hemos ido
abriendo paso, y las puertas, y creo que esta es una responsabilidad mayor
porque la gente va a esperar mucho de mí”.
“Lo del domingo pasado fue un campanazo que, como
decía El Pana, lo oyó hasta San Pedro. Hay mucha expectación por la corrida del
domingo y vamos a seguir poniendo nuestra alma, corazón y vida en juego para
poder emocionar y vivir emociones que sólo se viven en el toreo”.
- ¿Cómo calificas tu actuación del domingo
pasado?
Una tarde muy emocionante, un regreso a la Plaza
México después de cuatro años soñado y feliz por haber estado ahí, haberme
entregado, que la gente se me haya entregado y haberme abierto la puerta y
salir en hombros, no tengo palabras para agradecer a la afición.
- ¿Por qué no te habías presentado en la México?
Son cosas administrativas y de escritorios que vive
la fiesta y que a veces no comprendemos como toreros o aficionados. Pero el no
haber estado cuatro años en México me dio una ilusión grandísima por volver a
pisar el ruedo y gracias a eso se pudo vivir la tarde que se vivió el domingo.
- ¿Cómo viviste esos momentos frente a tus dos
toros?
La primera fue para mi gusto una faena donde el
toro colaboró, tuvo nobleza, recorrido, fue un toro bueno para mi sentir y que
me dejó expresarme. Al final perdí los trofeos pero en el segundo salí más
motivado y con ganas de triunfar, necesitaba salir a hombros para hacer que mi
carrera resurgiera.
El segundo toro tenía transmisión y se sentía el
peligro, en cada muletazo sabía lo que estaba dejando atrás, tenía el sentido
de saber dónde estaba el torero. Fue una faena accidentada, a mi peón de
confianza le rompió la muñeca, al tercer banderillero estuvo a punto de pegarle
una cornada y a mí me pegó una voltereta a la mitad de la faena y eso también
causó mucha emoción. A la hora de entrar a matar fue matar o morir, me entregué,
me pegó un arropón, me dejó inconsciente pero fue muy emocionante porque cuando
salí de la enfermería el toro ya había doblado y me dieron las dos orejas. Creo
que la gente que vivió eso, que nunca había visto una corrida de toros, se
enamoró del toreo.
- ¿Qué sentiste en el momento en que el toro te
prendió y te mandó al suelo?
Sentí un golpe en el pecho, caí y después me pateó
la cabeza, me pegó con los pitones y ya de ahí no me acuerdo de nada hasta que
llegué a la enfermería. Empecé a sentir como si me hubieran roto los dientes
porque me aventó y caí de cabeza en la arena y se me metieron piedras a la
boca. Reaccioné, sentí que era tierra y pregunté cómo estaba el toro, qué había
pasado y me dijeron que ya había doblado. Al final me levanté, salí a ver qué pasaba
porque no podía dejar la faena que había hecho así, salí de la enfermería y
justo cuando salí ya había doblado el toro y me concedieron las dos orejas. Fue
muy emocionante.
- ¿Por qué rompiste en llanto?
Estaba emocionado. Al final fue una batalla, una
lucha de poderes, de emoción y de ganas de triunfar. Tenía muchas ganas de
triunfar en la México, sabía que era una tarde importante y que me estaba
jugando muchas cosas. Ver el triunfo y tanto sacrificio consolidado pues me
rompí a llorar como niño chiquito, me emocioné mucho. Fue una tarde donde hubo
magia, muchas emociones y tuve la fortuna de vivirla, de sentir, de mover
fibras sensibles en mi alma porque el toreo es un arte que mueve cosas en el
alma de la gente y del propio torero. Tuve la fortuna de vivir esa tarde al
máximo, de entregarme, de salir a jugarme la vida y se dio.
- ¿Cómo estas físicamente?
Los golpes en la cara son parte, tengo un esguince
de segundo grado en el cuello, una contusión intercostal del lado izquierdo,
rayones por todo el cuerpo, golpes; me duele hasta la lengua pero estamos con
ganas de salir este domingo en la Corrida de triunfadores de la México y al
final ya estamos en ella y con ganas de que sea domingo para volver a sentir y
emocionarnos y emocionar.
- ¿Cuánto tiempo llevas dedicado al toreo?
Llevo 17 años, 14 de matador de toros y duré dos
años y medio, casi tres de novillero. Antes de debutar de novillero, desde los
10 años me quise dedicar de forma profesional al toreo y desde que tengo uso de
razón me encantan los toros. Mi familia es charra, practicaba la charrería y yo
también. Empecé jugando al toro en el lienzo charro y cuando nos tiraban les
hacíamos el quite a los que nos braveaban y con un sombrero o sarape los
toreábamos. De ahí empezó todo este sueño, esta historia que ha marcado mi
vida.
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