En el
que cerró plaza el espada en mención cortaría con un poco de generosidad par de
orejas que le abrieron la Puerta Grande, tras haberse despachado un lote de
astados de muy escaso trapío para lo que debiera ser esta plaza. *** “Finito de
Córdoba” se encuentra con lote a contra estilo y Alberto Lamelas emborrona
con espada la faena de más poso de la función.
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Fotos: RDV-
Federico Montes
Tovar (Enviado
Especial).- No nos vamos a extender en
detalles de una corrida que poca historia ha ofrecido a tenor de como venía
desde antes de su salida de toriles. El parcheado encierro de Campolargo con
dos toros de la familia Molina Colmenares había sentenciado por la mañana el
devenir del festejo. Toros faltos de trapío, de escurridas carnes, fueron
impropios y una afrenta de parte del ganadero titular para con la afición
tovareña que tanto esfuerzo está haciendo estos días por asistir a toros. Y que
te salgan con esto, es para pegar un grito al cielo. O en este caso que Johan
Santana lo haga, pues es la afición de su pueblo la que sale perjudicada. No se
lo merece.
“Finito
de Córdoba” se le cantaba poemas a su tauromaquia, y vaya que méritos tiene por
todo el bagaje que alberga, y en especial por su concepto, pero otra cosa es
hacerlo con tal genero bovino como lo fue el primero de la función, animalejo escaso
de todo –multado en la tablilla-, tanto que el propio torero deslucía al
pasarlo de muleta, luego de haberse recreado en el saludo capotero. Detalles de
torería y poco más lo que ha dejado el coleta de Sabadell intentado el toreo
ortodoxo por la mano diestra. El medio espadazo ligeramente trasero, junto al golpe
con el descabello necesario para recibir tímidas palmas.
Su segundo
del lote, de salida había demostrado endebles fuerzas, a tal punto de
derrumbarse tras el remate con media veronica en el tercio. Las protestas no se
hicieron esperar asomándose el pañuelo verde para su rápida devolución, saliendo
de sobrero un morucho de La Consolación, fuera de tipo, el cual su mansedumbre desde
su prueba con el capote era evidente. Con los caballos varios fueron los
picotazos e intentos, el cual se perdieron en la memoria para condenársele a
banderillas negras. Ante dicho panorama, Finito lo que hizo fue abreviar,
porque por uno u otro pitón nada claro le vio. Tras pasarlo con la espada con
dificultades en reiteradas ocasiones, tibias palmas tras aviso se escucharon a
la espera que este domingo cuente con mejor suerte en el género bovino que
toque en suerte.
Similares
cotas se vivieron con la actuación de Lamelas ante el segundo de la corrida, el
cual lució en ajustado quite por tafalleras y gaoneras en los medios. Nuevamente
echaría emoción Lamelas a su actuación tras el vibrante inicio de faena, en la
boca de riego, cambiando por la espalda la embestida del anovillado animal,
multado al igual que en el primero en la tablilla. Eso y poco más quedaría en
la retina de los presentes pues luego en el toreo en redondo el toro trucaría
sus embestidas bruscas y a la defensiva por ambos pitones, haciendo exponer más
de la cuenta al torero jienense. El pinchazo en toda la medula, descordando al
animal, completaría el cuadro de infortunios.
Mayor
calado en el tendido fue su labor ante el jabonero sucio que hizo quinto, astado
que tuvo una destacada pelea en varas, dos puyazos recargando, para ya en la
muleta lucirse en torerísimos doblones del tercio a los medios, donde se hizo
con la codiciosa embestida de «Ponce» como fue bautizado por las autoridades
este toro. La mano derecha sería donde más a gusto se encontró el mencionado
coleta, llevándole largo y templado, arropando en tela de su muleta al bravo
ejemplar. Similar calado por naturales en breve serie molestado por el
impertinente viento, para volver nuevamente a retomar faena por donde la había
comenzado. Pero el burel se rajaría, a tal punto de cerrarse en tablas, donde buscaría
pasaportarle, pero sus reiterados fallos con el estoque de cruceta, le hicieron
perder más que un posible apéndice, a pesar de la faena haber sido rácanamente
considerada sin la música por el palco presidencial.
El novillote
que hizo primero del lote de César Valencia no desentonó de lo visto hasta el
momento. ¡¡¡Que petardo señores!!!. Y así como eran sus hechuras así fue en la
muleta del menudo torero, quien había lucido en banderillas con la facilidad y
contundencia que le caracteriza. Voluntad de lucirse las que dejaría en
evidencia Valencia, pero lo parada y descastada condición de animal hizo que lo
realizado poco eco tuviese en el tendido. Los dos viajes con el acero
necesarios dejaron en silencio su labor.
Pero quedaba
en toriles el que cerraba función, un escurrido y cariavacado ejemplar que tenía
como único elemento a reconocer la raza y entregada embestida que por oleadas ofrecía
el burel, a las que se acoplaría César con un atropellado discurso muleteril,
que a veces deslucía lo meritorio de su actuación. Las ansias de triunfo tal
vez pesaron en ello. Pero la faena y el contexto era un oasis en el desierto de
lo que hasta los momentos había deparado el festejo. No vaciló Valencia en irse
tras la espada y cincelar el triunfo con un monumental volapié en todo lo alto
sin puntilla, que tiraría “patas pa´arriba” a «Retador» para con ello los
presentes dejar a rienda suelta las emociones contenidas toda la tarde, y con
ello desde lo alto de la pajarera presidencial asomarse por partida doble el
par de pañuelos y darle salvoconducto al mencionado torero su salida por la
Puerta Grande.
Salíamos
de la plaza contrariados. Tanto esfuerzo que se hace por mantener una feria
taurina de este calado en este momento en Venezuela, y que el elemento central
como es el toro sea lo último que se tome en cuenta. Cuando debiera ser lo
principal. Por algo es la Fiesta de Toros.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros
Coliseo El Llano de Tovar. II corrida de
Feria.
Sábado 7 de
septiembre de 2019.
Con poco más de
un cuarto de plaza (aproximadamente 1600 personas) en tarde soleada y con
molestas ráfagas de viento en los primeros tres toros, se lidiaron reses de CAMPOLARGO
(1º, 2º y 3º), LA CONSOLACIÓN (5º) y EL PRADO (4º bis), terciados de presentación,
por debajo de los mínimos para esta plaza, lidiándose bajo el recurso de haber
sido multados al no contarse con otros ejemplares para su sustitución; en su
conjunto descastados y a menos en los engaños, destacado por ser los que más se
dejaron los corridos en 5º y 6º.
Pesos: 381, 380,
427, 440, 437 y 425 kilos.
“FINITO DE CÓRDOBA”
(Buganvilla y oro con remates blancos): Palmas y silencio tras aviso.
ALBERTO
LAMELAS (Añil y oro con cabos blancos): Silencio y silencio tras aviso.
CÉSAR VALENCIA
(nazareno y oro con remates en blanco): Silencio y dos orejas, con salida en
hombros.
INCIDENCIAS:
El festejo comenzó con un retraso de 15 min a la hora pautada, tras desarrollarse
justo a la hora pautada actos protocolarios de entrega de reconocimiento al
matador de toros azteca Alejandro Silveti, así como la procesión de la Virgen
de Regla por parte de la Cofradía de los Caballeros de la misma. *** Destacaron
en la brega Eduardo Graterol y Gerson Guerrero, y en las banderillas, Diego
Guillén, Francisco "Chico" Paredes, Ramón Contreras y Víctor Meléndez.
GALERIA FOTOGRAFICA
GALERIA FOTOGRAFICA
Emotivo homenaje para Alejandro Silveti de parte de
la afición tovareña
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La Cofradía de los Caballeros de la Virgen de Regla
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La media de Finito…
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Destellos de arte…
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Ajustadas gaoneras de Lamelas
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La revolera como remate
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En los medios de la plaza, cambiando por la espalda
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La punta del estoque le descordó
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Sabroso toreo de capa de Valencia
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Una media belmontina
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Pareando…
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…y clavando en todo lo alto
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Sacándole partido por la mano diestra
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El artífice que Tovar sea uno de los pocos
municipios que haya declarado Patrimonio Cultural Inmaterial, el Lic. Lizandro
Morales y su señora esposa, Dra. Yulian Valero de Morales.
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Tremenda receptividad la retransmisión que
realizamos por Mocotíes 104.9 FM, en compañía de nuestro buen amigo Lic. Pedro Gómez
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