La
devolución del tercero arruinó la fiesta de los Lisardos de Adelaida Rodríguez
en el cartel salmantino de la feria.
Domingo López Chaves |
VÍCTOR
SORIA
Salamanca
Diario EL
MUNDO de Madrid
Foto: EFE
Calapoco recibió de salida la ovación a un
encaste, al campo salmantino, a una forma de vivir en el toro protagonizada por
Fernando García, el honrado ganadero que compró lo mejor del legendario Lisardo
Sánchez en un apretón de manos con El Rubio de Golpejas. Aquello sirvió para
cerrar un trato de los de antes. Domingo López Chaves cuajó de principio a fin
sus embestidas con la sabiduría de un torero en sazón con más de veinte
temporadas a sus espaldas. El ledesmino ha sabido esperar su momento y, en
tardes como ayer, hemos de alegrarnos porque no haya tirado la toalla. Al paso,
por Chicuelo, llevó el toro al caballo donde recibió un puyazo en el sitio. El
aficionado entusiasmado por vivir un espectáculo de lidia completo. Lo merecen
porque lo pagan. Con la muleta supo aprovechar todas sus virtudes templando
mucho en la altura perfecta. Un maestro.
Le costó a Damián Castaño -que al fin se
presentaba en casa como matador-, encontrar la distancia a Forzudo, pero cuando
dio con la clave surgieron olés profundos del tendido sabio de La Glorieta.
Luego tiró de la raza marca de la casa. Una pena que la estocada cayera en mal
lugar.
Carablanca, el tercero, fue devuelto por falta de
fuerza y ahí frenó en seco una tarde de frotarse los ojos. Corrió turno
Alejandro Marcos y se citó con el que iba a ser el sexto. Siete verónicas
roblistas. Carne de gallina: ¡qué temple con la capa, oiga! Complicado por
gazapón Pionito, que soltaba mucho la cara por el izquierdo. No tuvo suerte con
la bolita Marcos.
De nuevo a cámara lenta Chaves recibió al cuarto
con una larga cambiada de rodillas que metió otra vez en harina al tendido.
Jarocho, capotero excepcional, mimó a Luna para llevarlo en condiciones a la
muleta. Lástima que el toro se negara a sacar a hombros a quien lo trató con
tanta suavidad. Mal con los aceros.
Intentó lucir Castaño a Malvillo en el caballo
pero no le salió. Toro reservón y complicado que acabó en dos descabellos.
Se iba el sueño de la apoteosis del toreo charro y
Marcos no pudo hacer nada por evitarlo. Arriesgó pero su falta de entendimiento
con Fumado dejó la sensación de que el sobrero tenía algo más que ofrecer.
Y todo con El Viti en el callejón. El maestro se
llevó un brindis de Castaño y el calor de la conversación con Jorge D'Alessandro:
amistad profunda de las de hablar de estocadas y echarse capotes.
ADELAIDA RODRÍGUEZ – López Chaves,
Damián Castaño y Alejandro Marcos
Plaza de toros de Salamanca. Jueves, 11 de
septiembre de 2019. Segunda de feria. Más de media entrada.
Toros de Adelaida Rodríguez, 3º bis con el mismo hierro, de imponente
presentación de juego desigual destacando primero y segundo.
Domingo
López Chaves, de obispo y oro.
Estocada caía (oreja con petición). En el cuarto, estocada que asoma, seis
descabellos, aviso (ovación)
Damián
Castaño, de verde hoja y oro.
Estocada caía, tres descabellos (ovación). En el quinto, pinchazo, estocada,
dos descabellos (ovación)
Alejandro
Marcos, de malva y oro. Pinchazo,
estocada (ovación) y tres pinchazos, estocada, cinco descabellos aviso
(ovación).
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