lunes, 2 de septiembre de 2019

OBSERVATORIO TAURINO: Rescoldos goyescos y pensando en San Miguel

El lujoso festejo rondeño tuvo argumentos dentro y fuera del ruedo de su Maestranza. El gran triunfador fue Pablo Aguado, al que muchos quieren ver ocupando el hueco que deja Roca Rey en Sevilla.
 
ÁLVARO R. DEL MORAL
@ardelmoral
Diario CORREO DE ANDALUCÍA de Sevilla

Ya les contamos de pe a pa el desarrollo estrictamente taurino del festejo en la crónica correspondiente. La Maestranza de piedra vio salir triunfante a Pablo Aguado a pesar del decepcionante juego global de una corrida de Juan Pedro Domecq que salió tan achicharrada como el propio día. El detalle de Morante, que le regaló a su joven ‘partenaire’ el sobrero de Domingo Hernández, tuvo mucho que ver en el feliz desenlace del acontecimiento. Tampoco hay que olvidar que el propio diestro de La Puebla había cuajado una faena de muchos kilates que no fue valorada por completo por cierto sector del público. Hablamos de esa ‘cla’ de nómina creciente que se ha echado a la carretera en pos de Aguado. Y hay que celebrarlo. Los tiempos y las circunstancias son distintas pero desde los tiempos de Ojeda o Finito no se recordaba una corte itinerante similar. Ojo: lo cortés no quita lo valiente. Pablo no necesita –ni de lejos- ningún animador vociferante. Su toreo natural –menos es más- se basta por sí solo para rendir cualquier púvlico... Pero la Goyesca de Ronda dio para más: ya saben que el adelanto de la fecha habitual no se libró de la inevitable bronca política y hasta de los gatitos que se escapan de la barriga de algunos a la mínima oportunidad. El cambio de fecha es matizable; criticable si se quiere. Pero no se le puede negar a Francisco Rivera Ordóñez su empeño decidido y personal para montar en Ronda el mejor cartel posible del momento. Se trata de un festejo que ha llevado hasta las cumbres del Tajo del Guadalevín hasta 6.000 personas –son poquísimos los rondeños que asisten a la corrida- que querían ver toros, alojarse en condiciones y comer como Dios manda. La polémica, de alguna manera, quedó zanjada con el cartel de “no hay billetes”. Se colgó unos cuantos días antes de la fecha del festejo. Hablamos de dos fines consecutivos de fiesta y de una lujosa antesala de la feria de la localidad. El beneficio directo para la ciudad malagueña está ahí; es evidente... ¿Entonces?

Marejadas de trastienda

El mal rollo existente –por desgracia- se hizo evidente en algunos detalles. El paseo de las majas goyescas se redujo a dos carruajes y menos señoritas que en otras ocasiones. También quedaron en excesiva evidencia el rigor y los aspavientos del señor que ocupaba el palco presidencial. Había demasiadas indicaciones, movimientos y recolocaciones por el callejón, gestos de incredulidad, también alguna cara larga.... No sabemos si el asunto se reconducirá de cara al año que viene pero ésa no fue la única comidilla de la jornada. En algunos corrillos también se hablaba del discreto distanciamiento entre Francisco y Cayetano Rivera. El menor de los hermanos ya había lamentado su ausencia del cartel goyesco inicial y había criticado el cambio de fecha del famoso festejo que creció y se forjo bajo la batuta de su abuelo, el gran Antonio Ordóñez. Pero había más leña que quemar: la prensa local publicó después que Cayetano habría presentado a la Real Maestranza de Ronda una oferta para gestionar su bicentenaria plaza de toros lo que implicaría una ruptura de consecuencias insospechadas. Y hablando del cuerpo nobiliario también habría que afearle que hiciera ondear su estandarte sobre el frontón de la puerta principal completamente descolorido y deshilachado. Esos detalles también hay que cuidarlos, caballeros... Por ser vos quién sois. Por lo demás, no fue una de esas Goyescas pródigas en rostros del colorín. Ni falta que hace. Sorprendió ver por el callejón de la Maestranza rondeña al veterano periodista Pepe Navarro pero el rostro que concitó más atención fue el de Santiago Abascal, bien acompañado de su fiel correligionario Iván Espinosa de los Monteros. El líder de VOX, por cierto, se llevó el brindis de su amigo José Antonio Morante, que vistió un llamativo terno de chupa tornasol y calzón color guinda, verdaderamente fiel a la indumentaria dieciochesca que se debería recrear en la Goyesca

¿Qué pasará en el otoño sevillano?

Pero la excursión a Ronda, aprovechando la presencia y el triunfo de Aguado, dio para más. En las tertulias previas y posteriores se seguía apostando por la presencia del emergente diestro sevillano en la cada vez más cercana feria de San Miguel. Pablo sería el candidato natural para sustituir a Roca Rey en la tarde del 28 de septiembre. En el cartel siguen fijos los nombres de El Cid –que se despediría de la plaza de la Maestranza antes de su adiós definitivo en América- y el de José María Manzanares, que parece haber despertado de su largo letargo en la recta final de temporada. Se dice, se cuenta y se rumorea que el equipo de Aguado ya habría sido interpelado sobre el particular por Ramón Valencia, gerente de la empresa Pagés. Pero Fran Vázquez, mentor del sevillano, ya habría pedido un dinero concreto y, especialmente, amarrar los detalles de la próxima Feria de Abril. Ahí andaría encallado el barco, por ahora.

Estrategias taurinas

A partir de ahí podemos formular algunas preguntas atendiendo a razones de estricta estrategia taurina: ¿Conviene a Pablo Aguado comparecer en otoño ante el senado maestrante después de su grandioso triunfo primaveral? ¿Esa ausencia no le reforzaría de cara a los futuros tiras y aflojas para la campaña venidera? El joven matador ha logrado una dificilísima ecuación: llegar y... mantenerse. Su papel cotiza al alza mientras se empieza a desmoronar en las taquillas cierto cartel ajado –léase Morante, Juli y Manzanares- que ya acumula demasiados trienios. Las empresas, la afición y el futuro próximo del toreo tienen delante un dúo explosivo: no es otro que el que han evitado hasta ahora el propio Pablo y Andrés Roca Rey, gran ausente de una campaña en la que hay otros triunfadores contantes y sonantes como Paco Ureña, al que le costará romper el cerco del estrato modesto. No sabemos qué pábulo dar a esa supuesta cumbre entre Roca y Talavante, que sigue dejándose querer creyendo que volverá de sus cuarteles como Moisés del monte Sinaí. Pues ya veremos.

No hay espacio para mucho más: enviamos un recuerdo especial para los heridos –Galdós y David de Miranda han cobrado fuerte- y esperamos noticias de las casas de la hermandad del Baratillo y la Esperanza de Triana. De ellas –y de un conocido y mediático abogado- depende el buen fin del festival benéfico que se debería estar cocinando para la tarde del 12 de octubre. La Macarena dejó el listón muy alto y el tiempo apremia. En siete días, más...

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