El matador
de Tobarra, alcanzada la madurez de su vida en los ruedos, lidia este domingo
en solitario seis toros de diferentes ganaderías como arranque de la Feria de
Albacete.
MARÍA
VALLEJO
Diario EL
MUNDO de Madrid
Rubén Pinar mira de frente al momento de clave de
su vida torera. Ahora, que la temporada amenaza con dormirse en la larga
hibernación que pronto recorrerá el planeta tauro, la aguja de su
cuentakilómetros vuelve a marcar el cero. Que está en Albacete. Allí matará
seis toros este domingo como arranque de su feria. Garcigrande, El Tajo y La
Reina, La Quinta, Victorino Martín, Alcurrucén y Daniel Ruiz son los hierros
elegidos, como un abanico de encastes, para el homenaje a su tierra. Al fondo,
espera Madrid el 15 de septiembre. Tan necesaria para hacer realidad "la
remontada". "Me gustaría que la tarde este domingo supusiera un paso
hacia adelante en mi trayectoria. Si es así será un orgullo y una gran
satisfacción personal. Y posiblemente tenga consecuencias positivas a la hora
de abrirme paso. Pero eso se tiene que juntar con la plaza más importante del
mundo. Por eso, esta recta final es la más importante del año y marca un
momento clave en mi carrera", dice el torero.
Y mira ilusionado su gran reto. El tributo
definitivo a su Albacete natal después de tres temporadas seguidas alzándose
triunfador de la Feria de la Virgen de los Llanos: "Entregarme frente a
seis toros es mi forma de agradecer todo el cariño que me ha dado esta tierra
en los últimos años". Lo afronta desde la calma. "Mi preparación psicológica
consiste en llegar tranquilo. Es una corrida larga y debo relajar la
mente", dice desde la seriedad que da una década de lucha y traspiés.
"Son muchos años de profesión. Eso me permite apoyarme en el oficio que he
adquirido con el tiempo y la experiencia para combatir los momentos de
duda".
Superó el abismo, dice, a golpe de vocación.
"Cuando llegué a torear dos corridas al año y vino aquél percance tan
grave [por la escalofriante paliza sufrida en 2013 bajo las astas de un toro de
Nazario Ibáñez al que mataba a puerta cerrada, que le ocasiono un traumatismo
craneoencefálico y gravísimos derrames cerebrales], toqué fondo. En ese momento
ya solo puedes tirar la toalla o remontar. La afición tiró de mí", cuenta
Pinar sobre el inicio de lo que llama la etapa de su remontada. En ella
disfruta "de lo bonito que es ver como cada año hay más gente que cree en
mí. Cuesta mucho ir avanzando, pero yo también veo esa evolución y algo muy
gratificante".
El renacer de Rubén Pinar se sostiene en las
divisas más ásperas del campo bravo. Por las que transitan sus temporadas.
"Me toca matar las corridas duras. Exigen y requieren un plus de
mentalización, pero también salen toros que te permiten hacer el toreo. Lo
afronto confiando en mí mismo y sabiendo que puedo solucionar los problemas que
presenten porque ya he matado muchas". La madurez es el otro puntal
redentor: "Vivo un momento en el que creo que mantengo el interés en el
público. Si consigo dar el paso que quiero, no seré una novedad ni una cosa
pasajera, sino algo con unas bases asentadas. Con un poso muy difícil de
adquirir tener en los comienzos".
Aquellos inicios, que ahora celebran su décimo
aniversario, se debieron a un único sueño: ser figura del toreo. La meta ha
sobrevivido a la erosión de estos últimos diez años: "Quizá la aspiración
de ser figura del toreo se vea lejana, pero la que levanta todos los días a
entrenar. Y sin ella no merecería la pena estar aquí. Me juego la vida por ser
feliz toreando y llegar a lo más alto", dice conjugado un oxímoron de
pregunta obligada. ¿La felicidad es compatible con tanta dureza? "Sufro
mucho. Hay momentos de dolor, de incomprensión... Pero, sí, la felicidad es
compatible con la dureza cuando me pongo a torear de salón o me entiendo con un
toro. En ese momento, no me cambio por nadie y cojo fuerzas para seguir".
Rumbo a Albacete este domingo y a Madrid siete días después. Rumbo al kilómetro
cero de un año clave: el de la coronación de una callada y honrosa
resurrección.
CARTELES DE LA FERIA DE ALBACETE
Domingo
8 de septiembre: Rubén Pinar en solitario con toros de La Quinta,
Victorino Martín, El Tajo y La Reina, Alcurrucén, Daniel Ruiz y
Garcigrande-Domingo Hernández.
Lunes 9
de septiembre: Novillos de El Freixo para Sergio Felipe, Cristian Pérez
y Jesús Moreno.
Martes
10 de septiembre: Toros de Daniel Ruiz para Enrique Ponce, El Jul y
Álvaro Lorenzo.
Miércoles
11 de septiembre: Toros de Alcurrucén para Román, Ginés Marín y David
de Miranda.
Jueves
12 de septiembre: Novillos de Herederos D. Juan Manuel Criado y
Encinagrande para un mano a mano de Diego San Román y José Fernando Molina.
Viernes
13 de septiembre: Toros de Domingo Hernández -Garcigrande para El Juli,
José María Manzanares y Paco Ureña.
Sábado
14 de septiembre: Toros de Herederos de D. Luis Terrón para Sergio
Galán, Diego Ventura y Juan Manuel Munera.
Domingo
15 de septiembre: Toros de Torrestrella para Andrés Palacios, Sergio
Serrano y Diego Carretero.
Lunes 16
de septiembre: Toros de Juan Pedro y Parladé para Enrique Ponce, Miguel
Ángel Perera y Emilio de Justo.
Martes
17 de septiembre: Toros de Montalvo para Sebastián Castella, Paco Ureña
y Pablo Aguado.
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