domingo, 22 de septiembre de 2019

FERIA DE SAN MATEO – SEGUNDA DE ABONO: Un formidable ridículo

Puerta grande para Lea Vicens por una faena estrepitosamente fallona; Guillermo Hermoso también se sube, de otro modo, a la triunfal procesión en una tarde con la seriedad perdida.
 
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Logroño

No sé muy bien cómo contar sin rubor ni sonrojo el formidable ridículo vivido en Logroño. La puerta grande abierta de par en par a Lea Vicens colocó la guinda en la tarta piñata de regalos, coñas y bromas. Que no acabarían hasta no catapultar a Guillermo Hermoso de Mendoza, aunque Guillermo sea otra cosa, en la misma procesión festivalera. Como festivalera era la muy buena corridita de los Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez, que ya sin despuntar hubiera venido a modo...

Pero nada, nada, de calibre tan surrealista como los peripatéticos últimos lances del penúltimo toro y la consiguiente actuación del presidente Marchena. Quien debería honrar su ilustre apellido quitándoselo inmediatamente. Procedo, señorías, a narrar lo ocurrido: Lea andaba decorando el cuerpo del gordo toro de linda carita como si lanzase las guirnaldas a oscuras sobre el árbol de Navidad. Con un encomiable afán de superación, las dos veces que atacó en la suerte del violín las banderillas se le cayeron al suelo después de rebotar tontamente en horizontal sobre el lomo. El gentío no paraba de apoyarla. Como a la tercera intentona el palo se sujetó milagrosamente, la plaza, incrédula, levantó un clamor. Al colaborador toro ya le pesaban los adentros. Y, entonces, sucedió lo inaudito.

Los tendidos sintieron la llamada de la revolución #MeToo porque Marchena le negó clavar las rosas. La rejoneadora tiró los adornos con desdén dentro del callejón y bordó la suerte más lograda: simulando una banderilla imaginaria encaró al toro y puede que fuera la única de toda la faena que clavó en todo lo alto. Esto no es completamente seguro. A continuación, tumbó de un rejonazo al paciente murube. Y se desató la tremolina, el apocalipsis y la apoteosis. El presidente Marchena se lavó las manos y entregó las dos llaves de la puerta grande para la faena de rejones más fallona o fallida que uno recuerde. No hubo ocasión de galardonar su más digna actuación anterior con un toro flacón e ideal que embistió al tran tran y murió malamente...

La barra libre siguió para Guillermo Hermoso con el acorne y vibrante sexto y una faena rauda, enfibrada y certera. Exagerada y doblemente premiada como rúbrica al cierre de su campaña española: por México puede seguir encontrando enemigos así de cómodos. No veía a Mendoza júnior desde su ilusionante alternativa en Sevilla. La presencia del tercer torete retrotraía también a sus tiempos novilleriles. Fue un pena que se parase pronto la criatura. Entre desfondada o dañada por el rejón de castigo. El talento de Guillermo palpitó cuando hubo movimiento. Y se intuyó cuando dejó de haberlo. El par a dos manos con las cortas levantó pasiones. La inercia pasó por encima de un pinchazo y liberó una pañolada que en una plaza seria no se habría atendido.

La misma idea de laxitud se desprendió de la oreja que Hermoso padre se embolsó en el cuarto. Que lucía una redondez mayor en sus bajas hechuras y una acometividad boyante. Como contrapeso a toda la bravura incendiaria que Pablo encajó con veteranos recursos del recortado primero. Pasado el trago con más solvencia que brillantez, la faena recompensada fue un oasis de temple y tino. Salvo en la desafinada hora de matar. Pero al presidente Marchena le daba todo absolutamente igual. Hasta el formidable ridículo y más allá.

HEREDEROS DE ÁNGEL SÁNCHEZ Y SÁNCHEZ - Pablo Hermoso de Mendoza, Lea Vicens y Guillermo Hermoso de Mendoza

Plaza de La Ribera. Domingo, 22 de septiembre de 2019. Segunda de feria. Casi tres cuartos de entrada.

Toros de Ángel Sánchez y Sánchez, de muy escasa presencia; muy buenos.

Pablo Hermoso de Mendoza, pinchazo y rejonazo en dos tiempos (silencio). En el cuarto, medio rejonazo muy bajo y contrario y rejonazo contrario (oreja).

Lea Vicens, medio rejón atravesado, pinchazo hondo, rejonazo contrario en los costillares y dos descabellos (silencio). En el quinto, rejonazo (dos orejas).

Guillermo Hermoso de Mendoza, pinchazo y rejonazo (oreja). En el sexto, rejón contrario y descabello (dos orejas). Salió a hombros con Lea Vicens.

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