Rui
Fernandes, Diego Ventura y Andrés Romero salen a hombros tras dar un gran
recital de toreo a caballo con una noble y manejable corrida de Benítez Cubero.
La XXVIII Corrida Rondeña de rejones hizo
disfrutar, y de qué manera, a los amantes del buen toreo a caballo. El
clasicismo de Rui Fernandes, la emoción y toreo grande de Diego Ventura y la
verdad de Andrés Romero, en su reaparición tras la grave lesión que sufrió hace
unas semanas, pusieron la guinda a una feria llena de detalles y buen toreo,
según informa Mundotoro.
Los tres se fueron por la Puerta de Pedro Romero
con la sensación de dejarlo todo en el ruedo. Mérito tuvo todo lo que hizo
Andrés Romero, muy mermado, y, a buen seguro, si el escenario no hubiese sido
el de Ronda, las precauciones habrían sido otras. Tres orejas también cortó
Ventura después de dos faenas intensas, con quiebros imposibles y la raza de
una figura para la historia. Y dos fueron a manos de Rui Fernandes después de
una gran faena al cuarto.
Emotivo fue el brindis de Diego Ventura a Andrés
Romero, visiblemente mermado, que reaparecía hoy en Ronda después de la
fractura de clavícula y coxis. El luso-sevillano esperó al segundo de la tarde
en los medios con Joselito, con el que lo paró con gran maestría. Con Lío en
banderillas comenzaron los quiebros con un ajuste imposible, sacándose al toro
de la espuela. Distancia. Galope.
Y ahí, en el mismo terreno del toro, se sacaba un
quiebro inverosímil. Con Nazarí, se metió en su terreno porque al toro le
faltaba a ese empuje que forjara una obra única. Dos cortas al violín sobre
Remate y la tercera previa a una elevada concluyeron con una faena que remató
con un rejón de muerte sin puntilla. Incomprensiblemente, el presidente se
cruzó de brazos cuando concedió la primera oreja y no hizo caso al pueblo que
pedía insistentemente la segunda.
Todo fue ajuste y emoción en lo que hizo Ventura
en el quinto. Tuvo que ponerle mucho en los primeros compases para que el toro
transmitiese pero después la obra tuvo una gran conjunción y a más. Con Fino
llegaron los cites desde los medios, dejándoselo llegar. El toro, en el terreno
del caballo. Fino, torero. Con Dólar llegó la locura. Dos pares a dos manos sin
cabezada, perfectos. Tres rosas en un palmo con Remate fueron el preludio a un
rejonazo que no tuvo la muerte esperada. Se amorcilló, tardó en caer y cuando
cayó lo apuntilló él mismo y paseó dos orejas con las que remató una gran
tarde.
Tuvo mérito todo lo que hizo Andrés Romero en su
reaparición. El tercero de la tarde no se lo puso fácil porque necesitó de
todas la habilidades el onubense. Hubo limpieza en todo lo que hizo desde el
rejón de castigo a lomos de Montes hasta las banderillas con Guajiro. Cerró con
dos cortas a lomos de Chamán y un rejón de castigo de efecto fulminante. Oreja
que paseó a caballo porque a pie sería un imposible por la lesión que sufre.
No quiso quedarse atrás Andrés Romero que apostó
el todo por el todo en el sexto. No le importó estar mermado de facultades
porque arriesgó en cada quiebro, en cada batida a pitón contrario. Incluso en
las piruetas en la misma cara del animal. Todo cuanto hizo el onubense tuvo
gran valor y emoción. Con Guajiro llegaron los momentos más importantes de su
tarde. Cerró con las cortas a lomos de Chamán con el que dejó un rejonazo
fulminante. Se bajó del caballo y a punto estuvo de desfallecer, el brazo
izquierdo completamente encogido pero con el sabor del triunfo, duele menos.
Dos orejas para salir, también, por la Puerta de Pedro Romero.
Rui Fernandes brindó también a Andrés Romero la
muerte del cuarto, berrendo, de buena condición. Toreó a dos pistas con H.
Quiebro y lo llevó cosido a la grupa. Faena enfibrada y de raza del luso que
encandiló al público con Artista. Tres cortas fueron la cumbre con Izai y, esta
vez sí, acertó en la suerte suprema y cortó las dos orejas.
Rui Fernandes templó de salida al primero a lomos
de Jaguar. El de Benítez Cubero necesitó de la habilidad del portugués para
encelarlo, aunque cuando veía que estaba en su terreno, acometía con gran celo.
Con El Dourado lo llevó cosido a la grupa, en los mejores momentos de la faena.
Dos banderillas cortas con Izai fueron el cierre que no remató con el rejón de
muerte. / Diario EL MUNDO de Málaga
BENÍTEZ CUBERO - Rui Fernandes, Diego
Ventura y Andrés Romero
Plaza de la Maestranza de Ronda (Málaga).
Goyesca de rejones. Dos tercios de entrada.
Toros de Benítez Cubero, bien presentados y de buen juego en líneas
generales.
Rui
Fernandes, ovación y dos orejas;
Diego
Ventura, oreja con fuerte
petición de la segunda y dos orejas;
Andrés
Romero, oreja y dos orejas.
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