domingo, 1 de septiembre de 2019

CORRIDA GOYESCA DE REJONES EN RONDA - Triple puerta grande

Rui Fernandes, Diego Ventura y Andrés Romero salen a hombros tras dar un gran recital de toreo a caballo con una noble y manejable corrida de Benítez Cubero.

La XXVIII Corrida Rondeña de rejones hizo disfrutar, y de qué manera, a los amantes del buen toreo a caballo. El clasicismo de Rui Fernandes, la emoción y toreo grande de Diego Ventura y la verdad de Andrés Romero, en su reaparición tras la grave lesión que sufrió hace unas semanas, pusieron la guinda a una feria llena de detalles y buen toreo, según informa Mundotoro.

Los tres se fueron por la Puerta de Pedro Romero con la sensación de dejarlo todo en el ruedo. Mérito tuvo todo lo que hizo Andrés Romero, muy mermado, y, a buen seguro, si el escenario no hubiese sido el de Ronda, las precauciones habrían sido otras. Tres orejas también cortó Ventura después de dos faenas intensas, con quiebros imposibles y la raza de una figura para la historia. Y dos fueron a manos de Rui Fernandes después de una gran faena al cuarto.

Emotivo fue el brindis de Diego Ventura a Andrés Romero, visiblemente mermado, que reaparecía hoy en Ronda después de la fractura de clavícula y coxis. El luso-sevillano esperó al segundo de la tarde en los medios con Joselito, con el que lo paró con gran maestría. Con Lío en banderillas comenzaron los quiebros con un ajuste imposible, sacándose al toro de la espuela. Distancia. Galope.

Y ahí, en el mismo terreno del toro, se sacaba un quiebro inverosímil. Con Nazarí, se metió en su terreno porque al toro le faltaba a ese empuje que forjara una obra única. Dos cortas al violín sobre Remate y la tercera previa a una elevada concluyeron con una faena que remató con un rejón de muerte sin puntilla. Incomprensiblemente, el presidente se cruzó de brazos cuando concedió la primera oreja y no hizo caso al pueblo que pedía insistentemente la segunda.

Todo fue ajuste y emoción en lo que hizo Ventura en el quinto. Tuvo que ponerle mucho en los primeros compases para que el toro transmitiese pero después la obra tuvo una gran conjunción y a más. Con Fino llegaron los cites desde los medios, dejándoselo llegar. El toro, en el terreno del caballo. Fino, torero. Con Dólar llegó la locura. Dos pares a dos manos sin cabezada, perfectos. Tres rosas en un palmo con Remate fueron el preludio a un rejonazo que no tuvo la muerte esperada. Se amorcilló, tardó en caer y cuando cayó lo apuntilló él mismo y paseó dos orejas con las que remató una gran tarde.

Tuvo mérito todo lo que hizo Andrés Romero en su reaparición. El tercero de la tarde no se lo puso fácil porque necesitó de todas la habilidades el onubense. Hubo limpieza en todo lo que hizo desde el rejón de castigo a lomos de Montes hasta las banderillas con Guajiro. Cerró con dos cortas a lomos de Chamán y un rejón de castigo de efecto fulminante. Oreja que paseó a caballo porque a pie sería un imposible por la lesión que sufre.

No quiso quedarse atrás Andrés Romero que apostó el todo por el todo en el sexto. No le importó estar mermado de facultades porque arriesgó en cada quiebro, en cada batida a pitón contrario. Incluso en las piruetas en la misma cara del animal. Todo cuanto hizo el onubense tuvo gran valor y emoción. Con Guajiro llegaron los momentos más importantes de su tarde. Cerró con las cortas a lomos de Chamán con el que dejó un rejonazo fulminante. Se bajó del caballo y a punto estuvo de desfallecer, el brazo izquierdo completamente encogido pero con el sabor del triunfo, duele menos. Dos orejas para salir, también, por la Puerta de Pedro Romero.

Rui Fernandes brindó también a Andrés Romero la muerte del cuarto, berrendo, de buena condición. Toreó a dos pistas con H. Quiebro y lo llevó cosido a la grupa. Faena enfibrada y de raza del luso que encandiló al público con Artista. Tres cortas fueron la cumbre con Izai y, esta vez sí, acertó en la suerte suprema y cortó las dos orejas.

Rui Fernandes templó de salida al primero a lomos de Jaguar. El de Benítez Cubero necesitó de la habilidad del portugués para encelarlo, aunque cuando veía que estaba en su terreno, acometía con gran celo. Con El Dourado lo llevó cosido a la grupa, en los mejores momentos de la faena. Dos banderillas cortas con Izai fueron el cierre que no remató con el rejón de muerte. / Diario EL MUNDO de Málaga

BENÍTEZ CUBERO - Rui Fernandes, Diego Ventura y Andrés Romero

Plaza de la Maestranza de Ronda (Málaga). Goyesca de rejones. Dos tercios de entrada.

Toros de Benítez Cubero, bien presentados y de buen juego en líneas generales.

Rui Fernandes, ovación y dos orejas;

Diego Ventura, oreja con fuerte petición de la segunda y dos orejas;

Andrés Romero, oreja y dos orejas.

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