sábado, 28 de septiembre de 2019

FERIA DE OTOÑO – NOVILLADA DE ABONO: De la noche al cielo de Madrid

Tomás Rufo, un novillero de Talavera apenas placeado, da el salto de las nocturnas de Las Ventas a la Puerta Grande en una tarde deslumbrante de precoz madurez.
 
ZABALA DE LA SERNA
@zabaladelaserna
Diario EL MUNDO de Madrid

Deslumbró como un meteorito el peso del toreo de Tomás Rufo. Que dinamitó con una verdad aplastante la Puerta Grande. A cal y canto cerrada desde 2015, cuando Roca Rey anunció su tiempo. Ni un quebranto en la unanimidad lograda por Rufo, poquísimo placeado, sin más bagaje que las nocturnas de Madrid que lo catapultaron hasta aquí. Su precoz madurez, la plomada de su figura, una izquierda cegadora y su espada inapelable incendiaron el Otoño. Una inauguración estelar. Y la bolita de Fuente Ymbro, en la casilla de su fortuna. Que cuajó de principio a fin.

Apenas asomada la tarde, TR se puso a torear. Sin más preámbulos presentó su poderosa izquierda. Sólo unos estatuarios, que no parecían lo más conveniente, y ya. A lo mollar. Todo por abajo. Desde una colocación exacta, semienfrontilada, nacieron unos naturales categóricos. De una precoz madurez. En sus manos, el novillo de Fuente Ymbro rompió a bueno. O puede que en el lúcido capote de brega de Rafael González ya empezara a descolgar. Hasta ese momento se había movido por arriba. Muy recto y desabrido. Las gaoneras de Fernando Plaza y la réplica por el mismo palo de Rufo se contaron por sustos. Pero el fuenteymbro pareció otro en su asombroso mando. Tan subyugante y admirable como el trazo. Que redujo siempre la velocidad. Lo llaman temple. Una trincherilla abrochó con carísimo dibujo la segunda de las imponentes series zurdas. Ese son ligado y su plomada prematura sacudieron la plaza. Sobre la derecha, el novillo se acordó de su viejo ser y soltó algo más su feota cara. El movimiento no cambió en nada la aplastante seguridad del talaverano. Una sorprendente revelación con tan escaso bagaje. Incluso relajó la figura aflojando la exigencia de su gobierno. Los pases de pecho cerraban las rondas al alza por la hombrera contraria. El colofón sublimó todo: los doblones genuflexos crujieron Madrid a golpe de muñeca. Un espadazo inapelable puso en su mano una oreja con la verdad que desprende su concepto.
Y volvió a aflorar su talento con un quinto guapo y burraco. De alegre bravura. De la infalible reata de los Hechizos de Gallardo. Otra vez pronto y en la mano. Ahora por la derecha. Encajada y serena la ligazón, preclara la cabeza, larguísimo y tremendamente embraguetado el muletazo. Atrás rugía Las Ventas. Que fue un trueno en una doblada vaciada por su zurda de oro. El mismo bello cuadro del cierre de la anterior obra. Los naturales brotaron absolutos y hondos. El notabilísimo fuenteymbro amagó su final. Un leve desajuste, una trinchera correctora y brutal y unos sabrosos ayudados por alto. Los goznes de la Puerta Grande chirriaban; la sensacional estocada los engrasó definitivamente. La oreja rodó como «Hechizo». La gente pedía otra, otra, otra… El palco no cedió. Tomás Rufo paseó dos vueltas al ruedo exultante, pletórico, feliz. A «Hechizo» lo arrastraron entre ovaciones y vivas. Haciendo honor al brindis a Florito, el callado sabio de los corrales.

TR voló por el pórtico de la gloria. Las dos perlas de la desigual novillada de FY cayeron en su bolita. El Rafi y Fernando Plaza quisieron, uno frío y otro valentón, pero sin eco, espada ni fortuna. Toda fue para Rufo. Que aprovechó hasta la última gota. De la noche al cielo de Madrid.

FUENTE YMBRO - El Rafi, Tomás Rufo y Fernando Plaza

Monumental de las Ventas. Viernes, 27 de septiembre de 2019. Primera de feria. Casi tres cuartos de entrada.

Novillos de Fuente Ymbro, de diferentes hechuras en su seriedad; notable por bravo el 5º; a más y mejor el cambiante 2º; manejable de contado celo y entrega el 1º; desentendido el 3º; incierto el 6º; vacío el 4º.

El Rafi, de verde hoja y oro. Estocada desprendida (silencio). En el cuarto, estocada baja (silencio).

Tomás Rufo, de verde botella y oro. Estocada atravesada (oreja). En el quinto, estocada (oreja y petición y dos vueltas al ruedo). Salió a hombros.

Fernando Plaza, de malva y oro. Dos medias tendidas y descabello (silencio). En el sexto, estocada que hace guardia, dos pinchazos y estocada. Aviso (palmas).

No hay comentarios:

Publicar un comentario