Oficializado recorte de la Feria del Sol
del ´20, ´21 y ´22
RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
Muy felices… besos, abrazos, con la sonrisa
sardónica de quienes saben que la situación no es la mejor para asumir esta
responsabilidad. De como aquella famosa frase: “como vamos viendo, vamos
viniendo”, así se puede asumir la ratificación de contrato de arrendamiento que
para los venideros tres años, 2020, 2021 y 2022, es decir hasta que haya nuevo
gobernador en el Estado Mérida, ha realizado y oficializado este pasado viernes
en horas de la tarde la Junta Administradora de COREMER actual, para lo que será
la organización de la Feria del Sol de los años mencionados.
En síntesis generales, esto se veía venir, a razón
del poco interés que tuvieron las intenciones del actual Gobernador del Estado Mérida,
Ramón Guevara, en buscarle otro destinatario a la regencia de la Plaza de Toros
Monumental “Román Eduardo Sandia” de la capital emeritense. Varios fueron los
mencionados, pero en vista de lo presenciado en la pasada Feria de Tovar, más
de uno se descartó de plano. Y es que para tal efecto, el lio del toro actualmente
en el país es de carácter deficitario, mírelo por donde lo mire.
En tal sentido desde ya las lumbreras de COREMER
han aceptado la reducción del abono emeritense a solo tres corridas de toros,
una novillada y una festival cómico-taurino, programación en parte que se
justifica a tenor de la situación económica merideña, donde literalmente está
totalmente paralizado el aparato productivo de un estado en el que estampida
migratoria ha hecho que tanto la Universidad de los Andes, así como otras
dependencias gubernamentales y sanitaria, e igualmente educativas ofrezcan un
matiz casi desolador a la que fue la “Ciudad Turística y Estudiantil de Venezuela”.
A tenor de lo que nos puede deparar esta renovación
express a los mencionados Ramguertauro’s es sin duda alguna terminarle de
darle la puntilla a lo poco que se podía esperar de ilusión por reverdecer
el panorama taurino merideño. Poco se puede esperar de quienes han llevado a
niveles mínimos lo que fue la categoría y prestigio de la primera plaza de
toros de Mérida. Pero como dice el dicho y esto en atención a las autoridades
gubernamentales estatales, en vista de lo señalado y observado recientemente en
la Sultana del Mocotíes, “es preferible malo conocido que bueno por
conocer”.
Y después, que no digan que se les avisó con
tiempo… aun cuando no extraña que salga más de un panegirista y palmero de
oficio que se rasgue la camisa en defender y justificar lo que han sido los últimos
años, más oscuros y lamentables que haya tenido la historia taurina emeritense.
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