Un
repaso a lo que han dado de sí las ferias de julio y agosto con la actuaciones
destacadas de Pablo Aguado y Paco Ureña.
LORENA
MUÑOZ
@LorenaLimon
Diario ABC
de Sevilla
Con el chupinazo de San Fermín anunciando los
mejores ciclos veraniegos dejamos La Fiesta Nacional. Hace ya dos meses que nos
despedimos repasando cuales serían las citas de los toreros sevillanos. Ahora
que septiembre llega cargado de festejos, es tiempo de analizar qué ha dado de
sí el verano taurino.
Dejamos a Pablo Aguado como revelación de la
temporada. El sevillano no solo ha estado en todas las citas importantes sino
que se ha confirmado como el torero clásico y artista que encandiló a Sevilla
en su Feria de Abril celebrada en mayo. Solo una lesión le impidió estar en
Bilbao, Málaga y El Puerto de Santa María pero ha firmado faenas para el
recuerdo en plazas de toros en las que hacía el paseíllo por primera vez, como
el caso de Huelva.
Otro gran nombre propio que nos deja el verano es
el de Paco Ureña, rotundo triunfador de la Aste Nagusia bilbaína. Hace casi un
año que el diestro de Lorca sufrió un durísimo percance en Albacete por el que
perdió el ojo izquierdo y aún se recupera de una grave cornada en Palencia,
pero el murciano ha vuelto mejor y con más fuerza.
Ha sido un verano intenso de triunfos pero también
de cornadas y lesiones. Además de Ureña, ahí están Rafaelillo, David de
Miranda, Joaquín Galdós, Manuel Escribano, los rejoneadores Diego Ventura y
Andrés Romero o el banderillero José Luis López «Lipi», entre otros. La baja de
Roca Rey por lesión ha obligado a hacer muchos cambios en los carteles. No ha
sido fácil sustituir a quien ha llevado gente y llenado las plazas pero su baja
ha sido aprovechada y rentabilizada.
Sin ir más lejos, permitió el esperado mano a mano
entre Morante de la Puebla y Pablo Aguado en Ronda que se repetirá el 11 de
septiembre en Valladolid. Al genio cigarrero le falta una tarde rotunda esta
temporada en la que los sevillanos han cumplido con solvencia. El Cid esta
teniendo una feliz despedida. Daniel Luque está imparable. Rafael Serna y Pepe
Moral han indultado en Zalamea y Sanlúcar de Barrameda. Juan Ortega volvió a
apuntar en Madrid a la espera de su oportunidad en Sevilla. Vivir y hablar de
triunfos además de luchar contra el sistema es lo que la Fiesta Nacional
necesita.
Aguado y Ureña, cartel del momento
La temporada para Andrés Amorós, crítico taurino
de ABC tiene dos protagonistas claros. «A partir de la baja de Roca Rey, que ha
sido un problema para las empresas, hay dos fenómenos que son Paco Ureña y
Pablo Aguado. La tarde en Bilbao ha sido la plena consagración de Ureña como
primera figura y uno de los acontecimientos del año. Hay que añadir el mérito
humano ya que tras perder el ojo ha ido a más. Y Pablo Aguado ha confirmado que
lo de Sevilla no ha sido una casualidad con el culmen de Ronda, donde arrastró
a muchísimo público sevillano. Es precioso que haya cogido tanto predicamento.
Este invierno tiene que mejorar con la espada para no perder muchos éxitos y
madurar, algo que es solo cuestión de tiempo», argumenta.
Amorós asegura que «las figuras siguen siendo
Morante, Enrique Ponce, Manzanares y El Juli» y destaca que «Antonio Ferrera ha
logrado imponer su peculiar concepto de la tauromaquia mientras que no se ha
valorado lo suficiente a Emilio de Justo que ha estado francamente bien con
toros muy serios y ha tenido mala suerte con varios percances».
Para el crítico taurino la cuestión sigue estando
en que «los empresarios saben que quienes tiran de la taquilla son los nombres
populares» y se acuerda de otro torero revelación para las corridas duras:
«Domingo López Chaves que en Madrid y en Bilbao ha estado con la de Miura que
da gusto».
Sobre el cambio generacional en el escalafón,
Amorós es claro. «Tiene que darse porque es lógico pero el problema es que en
los carteles, como se ha hecho siempre, deberían mezclarse un veterano, una
figura, y un joven que venga arreando que era quien acababa cortando más
orejas. Pero algunas figuras no lo aceptan».
Desde su punto de vista no es el caso de Ponce que
«nunca pone pegas a estas cuestiones» a la vez que lamenta que «haya poca
afición para valorar el interés de estos carteles ya que sería lo deseable».
¿Cuál es el cartel del momento?. «Hay muchos pero ahora sería Ureña y Aguado .
El primero tiene un mérito tremendo y el segundo nos ha ilusionado a todos».
Sobre las tendencias del toreo actual, Andrés
Amorós tiene una opinión formada. «Me preocupa que algunos toreros jóvenes
buscan el camino de la espectacularidad que no es el mejor. Lo bueno de Pablo
Aguado es que busca su camino por la vía del clasicismo», explica.
Por su afición y por profesión asiste a muchas
corridas en las que detecta dos problemas graves en el público. «Por un lado,
se aplaude lo más barato. Veo muchas saltilleras, manoletinas, circulares,
invertidos, pases cambiados... el camino de Aguado es la verónica y el natural.
Hay una pequeña falacia en los taurinos. Es cierto que todo lo que se le hace a
un toro tiene mérito pero hay niveles. No es lo mismo una tafallera que una
verónica. Los jóvenes copian lo menos bueno de las figuras, de Roca Rey ahora y
antes de José Tomás». A lo que añade. «Por otro lado, a la gente no le importa
el lugar de la espada. Si cae rápido, dan las orejas. Si un toro vende cara su
bravura y se resiste, la gente pita», lamenta.
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