Militó
a las órdenes de toreros como César Girón, Antonio Ordóñez, Paquirri, Antonio
Bienvenida, Rafael de Paula y David Silveti.
GONZALO I.
BIENVENIDA
Diario EL
MUNDO de Madrid
@GonIzdoBienve
Andrés Luque Gago ha fallecido este miércoles en
Sevilla a la edad de 87 años tras una larga enfermedad que había condicionado
mucho su vida en los últimos años. Fue novillero primero y, después, un gran
torero de plata. Despuntó desde joven en las filas de los banderilleros por su
gran intuición, por sus facultades y por su efectividad. Los toreros de la
época decían que llevar a Andrés Luque Gago era llevar un seguro en su
cuadrilla.
Los primeros éxitos en su exitosa trayectoria como
banderillero los obtuvo a las órdenes de Luis Miguel Dominguín. Destacó en una
época en la que había grandes subalternos. De todas sus virtudes, había una que
deslumbraba sobre las demás que era su sentido de la colocación. Siempre en el
sitio donde hiciera falta su capote.
Militó a las órdenes de toreros como César Girón,
Antonio Ordóñez, Paquirri, Antonio Bienvenida, Rafael de Paula, David Silveti.
Además del poder de su capote, de su gallardía banderillera, siempre se
distinguió por ser un señor más allá de los ruedos. Le caracterizó una
discreción inigualable, que le permitió ganarse la confianza y amistad de tan
grandes toreros.
Los aficionados sevillanos recuerdan con emoción
la tarde de su despedida en la que dejó dos bravísimos pares de banderillas
antes de que Rafael de Paula le cortara la coleta delante de Curro Romero y
Paco Ojeda. Paula y Curro habían protagonizado una tarde de quites
inolvidables.
Una vez retirado, apoderó a Rafael de Paula y al
torero onubense Emilio Silvera (padre), como explica con la voz entrecortada su
amigo Joaquín Almero que habla de la enorme pasión que sentía Luque Gago por el
toreo: "Se perdía hablando de Juan Belmonte y de Manolete, para él lo más
importante del mundo era respetar el toreo".
La afición surgió desde niño al querer seguir los
pasos de su tío, Andrés Gago. Su hermano Antonio también fue torero. Sus hijos
son grandes apasionados a la tauromaquia. Uno de ellos, José Luque Teruel, es
juez y presidente de la plaza de la Maestranza de Sevilla, ya ha pasado a la
historia tras otorgar el indulto de 'Cobradiezmos' de Victorino Martín lidiado
por Manuel Escribano.
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