ZABALA DE
LA SERNA
Albacete
Diario EL
MUNDO de Madrid
El temporal de lluvias, la gota fría, el fenómeno
atmosférico llamado Dana convirtió el ruedo de la plaza de toros de Albacete en
un cenagal. Ni plásticos, ni lonas. Cuando alrededor de las 17:30 los operarios
levantaron la protección, apareció a los ojos del mundo un pantano embarrado.
Se trataba del regreso de Paco Ureña a la zona cero de su vida. Un año después.
Rodeado por El Juli y José María Manzanares, Ureña centraba la atención del
cartel de campanillas. El presiente Joaquín Coy reunió a los tres toreros en la
arena (sic). No paraba de llover. "Y cuando salgan los caballos se va a
poner peor", se oyó a Coy entre micrófonos. Los matadores asentían. Y
Manzanares acentuaba el sentido común con sus palabras. De responsabilidad para
con sus cuadrillas y para con el público. En los corrales quedaron los toros de
Garcigrande-Domingo Hernández. La sexta corrida de la Feria de la Virgen de los
Llanos acabó antes de empezar. Como un ejercicio práctico de buena lógica y
respeto a la afición. La megafonía anunció la suspensión a las 17:57, sin
demoras contra lo inevitable. Nadie protestó.
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