JAVIER
LÓPEZ
@Javierlopez01
El torero Paco Ureña es uno de los nombres propios
de 2019, un año en el que reaparecía tras la grave cornada de Albacete y en el
que ha logrado ser triunfador de San Isidro o Bilbao, aunque el gran éxito ha
sido lograr que la gente olvide su problema al mostrarse igual o mejor que
antes de perder el ojo.
"Me hace sentirme muy orgulloso el haber sido
capaz de superar una situación muy complicada en mi vida y poder seguir
adelante cumpliendo mi sueño. Para mí es un milagro todo lo que ha pasado. Doy
gracias a Dios por poder levantarme cada día y seguir toreando".
- Valencia,
Nimes, Almería, Madrid, Santander, Bilbao, Murcia, Logroño.... Un palmarés
triunfal que habla por sí solo.
"Ha sido una temporada que conforme iba
avanzando me he ido encontrando mejor. He ido mejorando y corrigiendo muchas
cosas para adaptar mi problema a mi forma de torear; luego los resultados han
ido acompañando y han dado forma a un año increíble"
- De todas
estas tardes sobresalen fundamentalmente dos: Madrid y Bilbao. ¿Cómo fueron?
"Lo de Madrid fue cumplir un sueño, mío y de
todos los aficionados y seguidores que tanto han empujado estos años atrás para
que se hiciera realidad".
"Bilbao fue algo que ni soñándolo. Una tarde
histórica, pues tirando de hemeroteca hacía muchísimos años que nadie cortaba
cuatro orejas en dos toros. El último en hacer algo parecido creo que fue el
maestro Cordobés y creo que lo hizo matando tres toros por el percance de un
compañero".
- Ahora
para redondear la temporada, otra vez Madrid.
"Después de lo de San Isidro sinceramente
podía haber pospuesto este reto para el año que viene. Pero los toreros debemos
afrontar los compromisos cuando vienen, y, sobre todo, porque no podía privar
al público que tanto que me quiere el volver a verme".
- Recuerdo
aquella tarde de agosto de 2013 cuando llegaba a confirmar con su maleta
cargada de ilusión para tratar de dar impulso una carrera que cada vez se
estaba poniendo más complicada.
"La maleta ahí venía vacía ya. Solamente
cabía esperar un milagro, y afortunadamente ese día Madrid me dio el aliento y
el oxígeno para seguir luchando".
- ¿Cómo se
hace para no tirar la toalla en esos años tan duros?
"Fueron días que era incapaz de ver la luz,
porque no fue un año, fueron siete desde que tomé la alternativa. Sinceramente
pensé muchas veces que nunca iba a tener la opción de salir adelante, pero
luego había algo dentro de mí que me decía 'tu mente te está mintiendo, tú
tienes algo que no puedes dejar que no se muestre'. Eso y el amor al toro me
hizo aguantar".
- A raíz de
aquella tarde comenzó un maravilloso idilio con la plaza más importante del
mundo.
"En Madrid lo he vivido todo: tardes de
gloria, de fracasos estrepitosos, tardes de muchas cornadas, pero siempre he
notado el aliento y la confianza de la afición, incluso en esos momentos en los
que yo mismo era incapaz de ofrecer lo que se esperaba de mí".
- Antes
hablábamos de malos momentos, pero, sin duda, el más crítico llegó el 14 de
septiembre del 2018 en Albacete.
"Es algo con lo que voy a convivir toda mi
vida, pero a la vez estoy muy satisfecho de haber sido capaz de no mostrar
ninguna flaqueza delante del público y que, incluso, se lleguen a olvidar de mi
problema. Podía haber vendido todo de otra forma, pero yo no soy así. Tenía
claro que tenía que reaparecer como si fuera una temporada normal y pisar
sitios de máxima responsabilidad".
"Es verdad que me ha pasado algo que me
limita en mi vida diaria, pero afortunadamente no me limita para ser el torero
que quiero ser. Solamente puedo dar gracias, porque si este percance me hubiera
impedido torear hubiera acabado con el torero y con el hombre".
- Cuando le
dijeron que perdía el ojo, ¿Pensó en que era el final?
"Solamente pensaba en como lo iba a hacer
para adaptar mi toreo a este problema. Eso sí que lo pensé y me quitaba el
sueño".
- En
Madrid, al menos, es considerado uno de sus toreros.
"Me siento muy halagado, pero para que yo me
pueda considerar torero de Madrid debo entregar todavía muchísimas cosas en esa
plaza. Lo haré, porque ahora disfruto más de la vida y ya no me obsesionan las
cosas que antes me hacían perder el sueño". / EFE
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