El torero de la Puebla del Prior, anunciado en tres de
las tardes de gala de la feria, obligado a reeditar sus triunfos de consagración de 2014 en
Madrid.
BARQUERITO
LA FERIA DE San Isidro se aferra en 2015 a la fórmula
estrenada el año pasado con éxito. Cifras medias de aforo diario superiores a las registradas entre 2009 y 2013;
número de abonados sostenido; balance
taurino aceptable; difusión al alza a través de las retransmisiones en directo
de Canal Plus y su programación
colateral.
La fórmula es una feria de treinta y un festejos –un
abono de 22 corridas de toros, dos más fuera de abono, cuatro de rejones y tres novilladas picadas- que van a celebrarse
entre el 8 de mayo y el 7 de junio sin
una sola fecha de receso. Los taurinos de edad hablan del “sueño de don
Livinio”. Livinio Stuyck, gerente de las
Ventas entre 1946 y 1972, figura capital y renovadora del negocio taurino en
las décadas de 1950 a 1970, no pudo ver
cumplido su ideal de un mes de mayo con toros a diario en Madrid.
El sueño, con el baile de una semana –tres de mayo y
una de junio-, se hizo realidad treinta y cuatro años después de la muerte del gerente soñador
y en una época de crisis inocultable del espectáculo. El sueño cumplido enmascara un dato de
contrapeso: la pobreza de la
programación y los resultados del resto
de la temporada taurina de las Ventas. Stuyck no solo programó ferias de gran
nivel, sino densas y atractivas
temporadas estivales.
Los toros en Madrid reflejan ahora mismo lo que en
sociología se llama un cambio de tendencia que debiera propiciar un cambio del modelo de gestión de las Ventas. La
Comunidad de Madrid, propietaria de la
plaza, ha dinamizado sensiblemente la promoción cultural paralela, pero se ha
aferrado a criterios de explotación y a
pliegos de concesión obsoletos tanto como Taurodelta haya podido aferrarse ahora a la fórmula del último San
Isidro. Se tiene la sensación de que después de San Isidro no hay taurinamente nada en Madrid, salvo una
Feria de Otoño en manifiesto declive, y de que antes de San Isidro, hay muy poco.
En la temporada en curso, sin embargo, ese muy poco ha
pasado a ser un bastante y hasta un mucho: de las corridas del domingo de Pascua y del 2 de mayo han salido
triunfadores reconocidos cuatro matadores de teóricamente segundo y hasta tercer rango –Eugenio de Mora,
Víctor Barrio, Morenito de Aranda y
Alberto López Simón-, un novillero muy destacado –el peruano Andrés Roca Rey- y un ganadero de la llamada sierra pobre de Madrid –Agustín Montes, hierro de
Montealto- con toros de línea Juan Pedro
Domecq Solís-Francisco Medina.
Los cuatro espadas redescubiertos están anunciados una
tarde San Isidro, emparejados y por separado, en dos de las cinco corridas dominicales de la feria y el
abono. Mora y Morenito, el 10 de mayo;
Barrio y López Simón, el día 24, la fecha de las elecciones autonómicas, que
derivarán en un cambio de gestión de las
Ventas a partir de 2017.
Lo que caracteriza al San Isidro inminente –al abono y
no tanto a la feria- es la escuálida presencia de los toreros de mayor renombre. Ponce fue
descabalgado de la fecha y la corrida que tenía apalabradas, y contará a su pesar entre los ausentes.
Morante, El Juli y Manzanares han limitado su presencia a una sola tarde de abono, solo que El Juli sumará
la corrida de Beneficencia en mano a mano con Miguel Ángel Perera. Perera estrena su papel y
cartel de triunfador indiscutido de la edición de 2014, que lo consagró, y con sus tres tardes de feria pasa
a ser el torero dispuesto y señalado para, dicho en taurino, tirar del carro. Lo cual le obliga a llenar
la plaza las tres tardes.
Entre los cuarenta y tres matadores de alternativa de
la feria, hay cuatro más anunciados en tres tardes también: Diego Urdiales, Miguel Abellán,
Sebastián Castella y Alejandro Talavante. Y un caso singular, el de El Cid, cuyo nombre aparece en solo dos
carteles, pero el segundo de ellos, la corrida de Victorino Martín, como único espada. Eso supone que
será El Cid quien más toros toree y mate en la feria: ocho. Uno más que el propio Perera. La nómina de
los que están anunciados dos tardes es mucho más extensa: catorce. Joselito Adame, Juan del
Álamo, Paco Ureña, Javier Castaño, Padilla, Iván Fandiño, El Fandi, Juan Bautista, Alberto Aguilar,
Antonio Ferrera, Daniel Luque, Fernando Robleño, Manuel Escribano y Serafín Marín.
San Isidro es garantía del toro con cuajo ofensivo y,
además, de variedad de encastes. Los hierros de signo torista –Ibán, Partido de Resina, Cuadri, Adolfo, Victorino y
Miura- copan la última semana de abono.
Alcurrucén, Victoriano del Río y Juan Pedro Domecq –con sus dos hierros de
Veragua y Parladé- doblarán en la feria,
donde este año hay ni ganaderos ni matadores de toros debutantes. Una señal de la falta de renovación tan
sintomática de un toreo estancado. Hay tres novilleros nuevos en Madrid: el malagueño Fernando Rey, el madrileño
–de Galapagar- Martín Escudero y el
peruano Joaquín Galdós. Se espera una
primavera más seca que revuelta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario