El
Rey Felipe VI debutó en Las Ventas con una corrida de El Cortijillo y Lozano
Hermanos mansa con algunos toros con opciones y otros impresentables; buena
faena al natural de Pepe Moral; el mexicano Joselito Adame sin suerte.
ZABALA DE LA SERNA
Dijeron
que venía el Rey e inmediatamente la afición pensó en Don Juan Carlos como un
automatismo de la memoria de histórica. Pero en Las Ventas apareció Don Felipe
VI para agradable sorpresa de todos los que por la mañana habían sentido cierta
decepción al conocer que los Reyes reanudaban la visita oficial a Francia del 2
al 4 de junio. Adiós a la Corrida de Beneficencia, marcada en el calendario el
3 de junio como el debut oficial del Rey en los toros. El chasco se transformó
en gozo con la real presencia del Monarca en el pistoletazo de salida de San
Isidro. Ocupó la barrera del '1' acompañado de Eduardo Dávila Miura, una
enciclopedia de conocimientos y un cortafuegos para un posible aburrimiento que
pegase otro hachazo a una afición no excesivamente afianzada... Mas el deber
prima y el Rey está y estará con la Fiesta.
Y
los tres matadores brindaron a Su Majestad: el mexicano Joselito Adame, el
sevillano Pepe Moral y el salmantino Juan del Álamo. Patria grande y patrias
chicas unidas en la Madre Patria y en la del toreo.
Hubo
una realeza y una realidad en Madrid: la raza real de Juan del Álamo. Sin
fisuras y tangible. Cierta. Juan de Salamanca cortó la primera oreja de la
isidrada con mucha verdad aunque se la protestasen. Oídos sordos a palabras
necias. Una faena de mucha firmeza con un toro hechurado y astifinísimo de
Lozano Hermanos que manseó por no distinguirse de los demás en los petos y al
que había que tragar no poco: su viaje por dentro y su trepidante repetición.
Mano baja, distancia generosa de inicio y mucha bragueta para pasárselo 30
veces por la barriga. Y con la zurda también, cuando la embestida pidió árnica
y tablas. Todavía lo enredó en un circular invertido cosido a otro de pecho en
un palmo de terreno. Las manoletinas bordearon el infarto hasta la estocada
para elevarse con el premio. El sexto consecutivo para Del Álamo en seis tardes
en Madrid, que se dice pronto.
La
posibilidad de redondear el éxito se esfumó nada más contemplar la
infinitamente ensillada y espantosa lámina del último de El Cortijillo. ¿Cómo
se puede embarcar algo así para Madrid con el contraste de otros toros de
armonía? Una cosita de paupérrima nota en los jacos. No mejoró la puntuación en
la muleta de Juan del Álamo con unas arrancadas que se asomaban por encima del
palillo. La intención de Del Álamo fue de hombre. Cuando estaba con la mano izquierda,
un derrote seco como un gancho al hígado lo levantó con violencia. Un milagro
que no le metiese el pitón hasta la cepa. Lo dejó sin aire en manos de las
cuadrillas. Pero pudo volver a la cara el tío. Sólo con el chaleco. Y todavía
le enjaretó derechazos imposibles a la mala bestia.
Pepe
Moral le dibujó varias series de naturales de categoría y a los vuelos a un
segundo que fue el espíritu del diablo en los caballos. A coces de allá para
acá. Y por los pechos de los jacos en los brincos y rebrincos. La guasa de su
pitón derecho se travestía de buena condición al natural. No se entendió esa
serie diestra en mitad como laguna. Pero remontó a base de ganarle el pulso y
el paso. Lástima que tardase en echarse por el puñetero descabello, porque la
gente se había entregado a su izquierda.
Cuando
saltó el quinto a la arena venteña delató lo mal que se había enlotado la
corrida. O al menos el lote de Moral se antojaba el más bonito. Toro noblón y
sin clase que brindó a Federico Molina. Pepe Moral toreó desde su cabal
colocación por las dos manos sin que prendiese la llama con extensa
laboriosidad. ¿Opciones? Sí pero no.
Joselito
Adame se las vio y deseó con un cinqueño de pavorosa cabeza. Y ese viento...
Manso de pistón, arreón y genio. Y la muleta al albur de Eolo. Diferentes
terrenos buscó. Desde los chiqueros, donde apretaba el alcurrucén de los
pobres, los medios, donde apretaba el viento, y el «9», donde se aflojó el toro
para que le dibujase la mejor serie. El pobre Joselito completó su bajío con un
cuarto bajo como casi toda la corrida pero feo como sus muertos. Y así
embestía. A taponazos. No descorcharán el champán de categoría y clase los
Lozano; el cava cabezón de los pobres puede. O tampoco.
FICHA DEL FESTEJO
Toros de El Cortijillo/ Lozano Hermanos
Monumental de las Ventas. Viernes, 8
de mayo de 2015. Primera de feria. Casi tres cuartos de entrada. Toros de El Cortijillo (un cinqueño 1º
de pavorosa cabeza que se movió a arreones y pistonazos de manso y 6º
ensilladísimo, manso y de arrancadas por encima del palillo) y cuatro de Lozano Hermanos, (2º bueno por el
izquierdo, mansísimo de caballos; un 3º encastado y repetidor que viajaba por
dentro y que finalmente se rajó; bajo como sus hermanos pero cabezón y feo un
4º que topaba; un 5º noblón y sin clase de bonita cara.
Joselito
Adame, de canela y oro. Estocada. Aviso
(silencio). En el cuarto, estocada (silencio).
Pepe
Moral, de gris plomo y oro. Estocada algo
contraria de travesía y cuatro descabellos. Aviso (silencio). En el quinto,
media estocada. Aviso (silencio).
Juan
del Álamo, de blanco y plata. Estocada suelta
(oreja). En el sexto, pinchazo y estocada defectuosa. Aviso (ovación de
despedida).
PARTE
MÉDICO: Juan del Álamo: Contusión en región
costal derecha. Pendiente de estudio radiológico. Pronóstico leve salvo
complicaciones.
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