martes, 26 de mayo de 2015

Morante: «Jamás pude imaginar que estaría inmortalizado en el Museo de Cera junto a los más grandes toreros»

El sevillano dice que «ojalá pueda homenajear en Madrid a mi estatua con una actuación a la altura» 
Morante de la Puebla, junto a su estatua de cera
ABC.ES / Madrid
Foto: EFE

El torero sevillano José Antonio «Morante de la Puebla» se encuentra desde este martes inmortalizado en la galería dedicada a la Tauromaquia del Museo de Cera de  Madrid, donde esta mañana se ha inaugurado una estatua dedicada a su persona.

La figura del genio de la Puebla del Río (Sevilla), obra del experto británico Miguel Wade, aparece enfundada con un traje goyesco blanco y bordado con hilo negro,  perteneciente al guardarropa personal del torero, y que vistió en la localidad malagueña de Antequera en 2010.

El propio Morante ha sido el encargado de descubrir su estatua, colocándole en el brazo izquierdo un capote de brega que él mismo utilizó en una corrida de toros, en  Valladolid, en un acto presentado por el director de comunicación del Museo de Cera, Gonzalo Presa, y en el que ha intervenido también el ex alcalde de Madrid, José María  Álvarez del Manzano.

Para el torero sevillano, formar parte del elenco de personalidades que aparecen en cada una de las salas del Museo de Cera es un «auténtico orgullo», pues «jamás en la  vida pude imaginar que llegaría a estar inmortalizado junto a los más grandes toreros que conforman la parte taurina de este museo».

Plantel de figuras

Juan Belmonte, Rafael y Joselito El Gallo, Manuel Granero, Manolete, Domingo Ortega, Luis Miguel Dominguín, Antonio Bienvenida, Paco Camino, Palomo Linares, Paquirri,  Enrique Ponce, Jesulín de Ubrique, El Juli y, ahora, Morante de la Puebla, representan el plantel de toreros de todas las épocas perpetuados en el Museo de Cera.

«Recuerdo cuando vine de pequeñito con el colegio, que ya me impresionó mucho ver las estampas de Manolete muerto sobre la camilla en una réplica de la plaza de  Linares (Jaén), así como la escena de la fatal cornada de Manuel Granero en Madrid, en 1922», confesó.

«Espero que mañana pueda homenajear a mi estatua con una actuación que esté a la altura de tanto cariño profesado. Ahí estaré, bien cerquita de aquí, para quien quiera  verme», señaló finalmente en relación al festejo en el que tomará parte mañana en la plaza de toros de Las Ventas, el único compromiso que afrontará Morante en la Feria  de San Isidro.

El ex alcalde, José María Álvarez del Manzano, amigo personal de Morante de la Puebla, agradeció la «sensibilidad» del Museo de Cera, de «situar el mundo de los toros en  una parte importante de sus estancias», más aún al dedicar una estatua a un torero «distinto a los demás, un artista de entre los artistas de su gremio».

«Morante es la ilusión, la imaginación, el chispazo que te pone en pie, la cadencia, la pureza, la verdad, un torero que nunca va a la plaza con la faena hecha en la cabeza,  sino que depende de las musas, de su inspiración, y que, como genio que es, merecía tener una esfinge de cera en este museo tan importante para Madrid», consideró  Álvarez del Manzano.

Gonzalo Presa confesó que para el museo es «todo un orgullo poder contar con la presencia de uno de los toreros más importantes de su época, un hombre con un sello de  distinción que le convierten en un ser genuino, digno de recordarse con el paso de los tiempos».

Al finalizar el acto, muy cerca del Museo de Cera, en la madrileña Plaza de Colón, se llevó a cabo una representación teatral para niños de alrededor de 10 minutos, escrita  por el matador de toros retirado Luis Francisco Esplá y titulada «De Morante al Cielo».

Una actividad que forma parte de la singular campaña de fomento y acercamiento de la Fiesta, que el propio torero sevillano lleva años realizando a través del «Morante  Tour», un espacio abierto al público en todas y cada una de las ciudades donde acude a torear.

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