martes, 5 de mayo de 2015

El capote de José Tomás en Aguascalientes, símbolo del regreso de la muerte


ISABEL REVIEJO

El torero español José Tomás regresó el sábado a la plaza de Aguascalientes, donde casi pierde la vida cinco años atrás, luciendo un capote de paseo con la imagen de la Virgen de Guadalupe y cargado de simbología azteca que, según el artista que lo creó, lo acerca a la imagen de un dios.

A base de pintura y sin ningún bordado, el artista mexicano Bernardo Rodríguez realizó el diseño del capote, una pieza de fondo blanco dedicada al matador, quien "prácticamente estuvo muerto" después de que una sufriera una cornada de 15 centímetros en esa misma plaza, en abril de 2010. "Para los aztecas, aquel ser humano que regresaba de la muerte era considerado un dios", asegura en una entrevista telefónica con Efe el pintor, quien dice haber trasladado este concepto al siglo XXI, al mundo taurino y, en concreto, al diestro.

El capote recoge motivos realizados en colores violetas, verdes, naranjas, amarillos y azules, con los que se refleja "la energía espiritual del ser humano". Los picos dibujados en la esclavina del capote remiten a los símbolos del poder de los dioses aztecas, así como el quetzal, ave sagrada cuyas plumas eran utilizadas para sus penachos.

Otro ejemplo de los motivos plasmados en la pieza son las flores (xóchitl) que plagan la tela y están vinculadas con la "culminación del trabajo y la autorrealización íntima del ser". Los símbolos vinculados con el agua representan la vida y la energía creadora del ser humano, la "capacidad de regenerarnos íntegramente", subraya el pintor. La tarea de creación del capote, explica el pintor, llevó mes y medio, sin contar con el tiempo que Rodríguez dedicó a investigar "qué es lo que más representaba como persona al matador".

El diseño, pensado en "términos espirituales", queda rematado por la Virgen de Guadalupe en la parte central, ya que, de acuerdo con el pintor, es lo más representativo de México y su cultura.

Fue el pasado octubre cuando Rodríguez puso en manos de Tomás el capote, realizado por iniciativa propia con el ánimo de entregar un regalo al "monstruo del toreo". Y aunque el torero le dijo entonces que haría "todo lo posible" por lucirlo en tierras mexicanas, el artista no sabía que iba a ser su elección en Aguascalientes, hasta que se enteró de ello escuchando la retransmisión radiofónica del evento.

"Subes y bajas al cielo en un segundo", afirma el pintor al explicar esa emoción "indescriptible" que sintió con la "sorpresa" del momento. "Si hubiera usado el capote en cualquier otra fecha, otra plaza, la repercusión no habría sido la misma", pero le emocionó el hecho de que reapareciera con él en "la misma arena que lo vio caer", y en el lugar que "lo vio hacerse torero".

Julián López "El Juli", Enrique Ponce, Diego Silveti o Antonio Barrera son algunos de los otros toreros que han portado alguno de sus capotes. A la hora del encargo, Rodríguez solo pide una cosa, que le indiquen un color y la imagen religiosa de la que los matadores son devotos. "Lo demás, que me lo dejen a mí", comenta el pintor, quien a continuación se sumerge en la vida de los toreros con el fin de que el capote acabe reflejando su personalidad.

El día que le dio el capote a Tomás, el pintor le dijo: "Matador, lo usa usted y a mí me da un infarto". "Y ya me dio un infarto a mí (el pasado abril) antes de que lo usara, a Dios gracias que no fui a la corrida, porque con la emoción igual me vuelve a dar otro", apunta entre risas Rodríguez. / EFE

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