Morenito
de Aranda le corta las orejas a un bravo juampedro de Montealto, López Simón
sorprende con su toreo de poso y fondo –una cornada, dos orejas. Herido grave
Teruel.
BARQUERITO
Fotos: EFE
FUE POR TODO UNA función singular. No por los
disfraces de época: los toreros y sus cuadrillas, los mulilleros y areneros,
los chulos de toriles y banderillas, los monosabios. Alguaciles del régimen de
Felipe IV. Figurantes de ropaje dieciochesco en un tendido alto de sombra.
Visible mayoría de público forano. Una corrida de porte variado pero monumental
de Agustín Montes, que se blandeó en los caballos sin emplearse pero rompió en
banderillas sin apenas excepción. Galopes prontos, briosos, el aire bravo con
sello Domecq-El Ventorrillo de Paco Medina, sus sangres de procedencia. Una
bravura desordenada y desatada, las dos cosas a la vez en el caso de los toros
de mejor nota, que fueron los jugados de tercero y quinto, y que propiciaron
triunfos casi redondos, brillantes y distinguidos de Alberto López Simón y
Morenito de Aranda.
Méritos particulares que hicieron tan singular la
función. Dos percances serios. El segundo prendió de lleno a Ángel Teruel
cuando remataba faena por la mano izquierda, y el toro, codicioso pero incierto
y bruscote, había avisado antes. Morenito acabó con el toro de pinchazo y
media. Teruel, valiente y seguro en el recibo de capa, toreó con criterio, a la
voz –con estilo antiguo-, dominio caro en una tanda con la diestra. Ya se
estaba rajando el toro entonces.
López Simón |
López Simón salió prendido al cobrar al segundo
intento una estocada trasera y atravesada que iba a darle un triunfo –la
primera de un botín de dos orejas- pero triunfo pagado con sangre. Entonces, en
ese toro de la cornada, y cuando el toro galopó con ganas, el torero de Barajas
hizo cosas espléndidas: una apertura de cambiados genuflexos soberbia, tres
tandas en redondo por abajo, muy templadas y ligadas, lindos remates de pecho a
suerte cargada, ajuste sin ventajas, toreo con la zurda menos suelto. Pero se
pasó de faena cuando más entregado estaba el toro y más caliente la gente. Un
pinchazo sin fe, la estocada y la cornada.
Con ella se aguantó en la arena, sin siquiera
meterse al callejón pese a ir herido y cojear. Hizo que se soltara el sexto de
la tarde, segundo de su lote, mole inmensa de mucha nobleza, y volvió a torear
con aplomo, acopladísimo, firme de verdad, suelto, por la vía clásica de
enganchar por delante en tandas breves de tres y el remate, muy intensas. Y una
estocada, que blandió orgulloso mientras tomaba el camino de la enfermería
cruzando a pie despacio el diámetro de la plaza.
Singular fue que Morenito de Aranda, con el ánimo
encendido y madurez bien visible, se estuviera tan entero y tranquilo a pesar
de haber visto correr la sangre. Fue noble el monumental toro que rompió el
fuego, Morenito lo pasó seguro pero sin darse del todo y lo mató por arriba de
gran estocada. El destino le tenía reservado el quinto de la corrida, que iba a
ser su toro. El toro de la tarde. Frutero, 533 kilos, el más ligero, el más
bravo, pues lo fue de banderillas en adelante con un fuego particular,
desbordante.
La faena, de muy feliz final, fue dos mitades. En
la primera, Morenito abusó de las pausas y hasta pecó por exceso de oficio. En
la segunda, se dejó ir a lo grande. Una memorable tanda de cuatro en redondo, a
cámara lenta, y, antes de la igualada, una gavilla de siete muletazos de
capricho –el pase de costadillo cosido con la trinchera, el del desdén, un
natural y un cambio de mano- y se vino abajo la plaza. Una estocada soberbia.
Dos orejas. El toro que se había dejado Teruel, y que tendría que haber matado
López Simón, el único negro del sexteto, algo deforme por grande y ancho, se
empleó con ganas en la muleta, y hasta llegó a embalarse. Se embalaron los dos.
Ya estaba firmado y hecho lo más difícil, o lo más importante.
POSTDATA
PARA LOS ÍNTIMOS.- Le habría encantado al rey José Bonaparte, tan
amante de los toros y de los ilustrados afrancesados. Por ejemplo Goya. Mucha
sangre.
FICHA DEL FESTEJO
Seis toros de Montealto (Agustín Montes), que se jugaron con divisa negra en
señal de duelo familiar. De gran presentación y distintas hechuras. Corrida
noble en general con mucha movilidad y voluntad. Extraordinario el son del
quinto, para el que se pidió la vuelta. Los seis toros sirvieron espectáculos
muy vibrantes.
Morenito
de Aranda, que mató cuatro toros
(1º, 2º, 5º y 6º), saludos tras aviso, silencio en el que hirió a Teruel, dos orejas y saludos, con salida
final a hombros. Ángel Teruel,
herido grave por el segundo a final de faena. Cornada de 20 cms. en el muslo
izquierdo (tercio proximal, cara anterior). López Simón, que mató tercero y cuarto, oreja en cada toro. Herido
por el tercero al cobrar una estocada. Cornada de dos trayectorias de 10 y 25
cms. en tercio inferior, cara posterior del muslo derecho.
Brillante en brega y banderillas Luis Carlos Aranda.
Sábado, 2 de Mayo de 2015. Madrid. 2ª de la
Feria de la CAM. Goyesca. Un tercio de plaza. Primaveral. Dos horas y media de
función. Se trastocó el orden de lidia de los tres últimos toros.
Morenito de Aranda |
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