MANOLO
MOLÉS
@ManoloMoles
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Redacción
APLAUSOS
Todo el mundo busca soluciones, alguna de ellas
con fundamento, y otras que parecen haber inventado el “Bálsamo de fierabrás”. ¿Qué
es ese bálsamo? Es una poción mágica capaz de curar todas las dolencias del
cuerpo humano que forma parte de las leyendas del Ciclo Carolingio, cuando el
emir Balán, y su hijo Fierabrás, conquistaron Roma, robaron en dos barriles los
restos del bálsamo con que fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo, que tenía
el poder de curar todas las heridas. O eso parecía. Aquí en la Fiesta lo que
hace falta ahora es cordura y arrimar el hombro pero con seriedad, sin inventos
de fantasía y haciendo cada cual lo que le corresponde, lo que sabe hacer, lo
que puede engrandecer la Fiesta desde su papel de torero, de subalterno, de
empresario, de ganadero, etc.
Me falta la movilidad de los empresarios, que son los que
deben abrir las plazas en las que harán su papel importante toreros, ganaderos,
subalternos y público
Veo que hay movilidad entre los toreros de a pie.
Me falta la movilidad de los empresarios, que son los que deben abrir las
plazas en las que harán su papel importante toreros, ganaderos, subalternos y
público. Por eso hay que volver a la normalidad, no solo a los inventos de
buena fe. La Fiesta tiene sus reglas y sus normas. Y cada participante tiene su
papel. Lo contrario sería un mercado persa, un disparate.
Por quien siento más dolor, tal y como están las
cosas, es por todos los integrantes de la Fiesta, pero por encima de todos: los
ganaderos. Eso sí que es un drama. Para todos: para el que tiene mucho dinero,
el que tiene el dinero justo y el que no lo tiene si no vende la camada del
año. Esa sí que es gorda. Y si tenemos claro que no hay Fiesta si no hay toros,
es evidente que a quien primero hay que apoyar es al ganadero. Ese soñador que
cría un animal durante cinco años esperando su madurez y su lidia. Eso sí que
es duro. Y que te lo compren y que te embista y que las figuras no te den la
espalda.
A los pueblos hay que apoyarlos. Da miedo ver que ahora el
que más torea son cuarenta y poco tardes. Coño: nos estamos achicando nosotros
solos
Hay más papeletas a solventar: la del torero y la
cuadrilla. Un año en blanco, o casi, es un desastre para el matador y para su
gente. Como lo es también para los empresarios que si no aciertas con el
cartel, la fecha y el tiempo te buscas una ruina. Es mucha gente la que lo está
pasando mal. Y hay un duelo, otro, de intereses que habrá que solventar rápido:
“sin novilladas no hay futuro”. Eso está en la Biblia del toreo. Y si no se
coordinan dos intereses posiblemente legítimos los que vamos a matar el futuro
somos nosotros, los taurinos.
Los alcaldes de los pueblos donde, gracias a Dios
y a su afición, se dan ciclos de novilladas, lo que no pueden hacer es perder
un dinero fuerte que pueden reclamar con razón los habitantes de esos pueblos
que no son aficionados. Por tanto, esas fiestas tienen, como mínimo, que suponer
un empate: dinero gastado por espectáculo disfrutado. Saldo cero. Pero no puede
haber pérdidas. O el próximo año no tendrán los novilleros posibilidad de
crecer. Y si no hay novilleros no hay futuro. Y si no hay futuro, se acabó la
película para todos. Por tanto: hablen, razonen, entiéndanse o se acabó lo que
se daba. Y a los pueblos hay que apoyarlos. Da miedo ver que ahora el que más
torea son cuarenta y poco tardes. Coño: nos estamos achicando nosotros solos.
Hacen falta los pueblos, gente de campo, aficionados de toda la vida. Me apunto
a la frase de José Luis Lozano: “O volvemos a empezar y recuperamos los
pueblos, que es donde está la raíz de la Fiesta, o esto se acaba antes de lo
previsto. Siempre hay que empezar por la raíz, por abajo, por los pueblos,
porque luego en las ferias grandes quienes llenan el sol, y también algunos van
a la sombra, son los aficionados de los pueblos. No lo olvidemos”. Y me suena a
que sabe lo que dice.
Mire: como si se quiere tirar de la torre Eiffel.
El animalista (¿?) Peter Janssen, ese que nos ha estado dando la vara saltando
por las plazas para montar su número lógicamente pagado, resulta que ha
ampliado el trabajo y en la localidad holandesa de Ermelo ha salido chamuscado
al incendiar cinco camiones de un matadero. O se ha buscado un negocio muy raro
o este ya no tiene remedio. Por cierto, qué mal funciona el sistema, porque en
España está en busca y captura por los delitos de saltar al ruedo una y otra
vez. Pues nada, ahí va suelto y ardiendo como una falla. Pero este sigue. En
Manizales se pegó una leche al no medir bien el salto al ruedo que todavía le
debe doler el alma. En caso de que la tenga.
Pase lo que pase: hemos visto quiénes son los empresarios más
conservadores y quiénes los más valientes
Francia ha votado y toda la zona taurina sale con
ventajas y alcaldes que o respetan o aman la fiesta de los toros. Las siete
plazas de primera tienen alcaldes con afición y respeto a la Fiesta. Por tanto,
Simón Casas seguirá en Nimes entre tres y cinco años. Juan Bautista en Arles y
Mont de Marsan. Y el resto sin ningún problema porque ahora más que nunca los
ayuntamientos son pro taurinos. Qué suerte y qué bueno. Como suerte es que ya
asomen corridas y pequeñas ferias en el horizonte hispano. Y aunque en tono menor,
como es lógico, ya apuntan casi cuarenta tardes de toros y todo dependerá, no
nos engañemos, de lo que la pandemia diga. Si hay rebrote la jodemos, si esto
aguanta veremos toros. Y si el rebrote, que nos repiten una y otra vez, no
llega en otoño, justo ahí hay ferias buenas y Madrid abrirá su Otoño como si
fuera una primavera taurina. Pero nunca fue más certera la frase: “Tiempo al
tiempo”. De él dependemos.
Y otra cosa que hay que anotar. Pase lo que pase:
hemos visto quiénes son los empresarios más conservadores y quiénes los más
valientes. Un dato.
Remato. Hace unos meses pensábamos que no veríamos
ni una tarde de toros. Ahora hay una esperanza, no grande, pero que mantendría
la ilusión y la vitalidad de la Fiesta. Ahora a ver lo que trae el cielo.
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