Gerardo Rivera |
Foto: Tadeo Alcina
Puerta grande para Gerardo Rivera e indulto para
el toro Siglo y Medio de la ganadería de Piedras Negras, muy protestados ambos,
marcaron este domingo la undécima corrida de la Temporada Grande en la Plaza
México. José Luis Angelino y Antonio Garcia "El Chihuahua" recibieron
silencio al final de sus faenas. Los toros de Piedras Negras fueron justos de
fuerzas y presentación. De juego desigual, destacando el segundo por su casta y
el sexto por su bravura. Unas 4.000 personas asistieron al festejo en Ciudad de
México.
El juez de plaza del coso de Insurgentes otorgó el
indulto a un toro cárdeno que, aunque bravo y con movilidad, apenas embestía
por el pitón izquierdo. No dejó una pelea al caballo de relevancia y se vino
abajo en tan solo cuatro tandas. Además la faena de Gerardo Rivera, que el
perdón del astado convirtió en puerta grande, fue despegada, sin mando ni
temple y muy por debajo de su rival. Tan solo algunos pases merecieron elogio,
más por la embestida del toro que por la capacidad del torero.
Destacó por la emoción el duelo que sostuvieron en
banderillas el matador y la res. Al igual que en la muleta el vencedor fue el
de Piedras Negras, que encelado hizo correr a Rivera en busca de refugio tras
las tablas. Tuvo la virtud el de luces de buscar la cara del toro, pero no hubo
precisión en sus pares. La petición de indulto apareció en los tendidos desde
el principio de la faena, lo que indica que la objetividad que se exige a
semejante decisión se sustituyó por el deseo de los seguidores del hierro
Piedras Negras que celebraba su 150 aniversario.
Más difícil de entender es el veredicto de la autoridad,
cediendo sin argumentos para dictar una sentencia que debe ser excepcional y
además de hacerlo con muchos aficionados, que mostraron su enfado.
En el resto de la corrida, los toros de Piedras
Negras, ninguno de excesivo trapío y varios enclenques de cuartos traseros,
dejaron una mala imagen. Además del sexto solo demostró casta el segundo, pero
al igual que primero, tercero, cuarto y quinto fue reservón en la embestida. Al
tercero de la tarde se le apuntilló sin haber sido estoqueado.
Los mexicanos José Luis Angelino y Antonio García
"El Chihuahua" dejaron faenas despegadas y planas. La de García con
el segundo de la tarde tuvo la virtud de lograr meter en la muleta la casta
complicada del toro, pero solo fueron pases sueltos que no logró rematar tanto
por la falta de recorrido del toro como por la falta de sitio del torero.
"Chihuahua" realizó además los mejores
momentos en banderillas en una tarde de especialistas. Sus pares tuvieron un
corte muy atlético y algo violento, les ahorró viaje a los toros, y aunque
visualmente fueron espectaculares no llegó a adornar los morrillos con
perfección.
Angelino enfrentó dos toros que daban facilidades
pero no emoción. A ambos los toreó fuera de cacho, siendo su faena con el
primero la más desacertada pues al no cruzarse el animal fue recortando
terrenos. Su interpretación del tercio de banderillas resultó extensa y vulgar.
Lo mejor de Gerardo Rivera fueron unas medias verónicas
con el tercero del festejo, muy templadas y ceñidas. Aunque realizó detalles al
capote son un saldo muy bajo para haber logrado dos orejas y rabo simbólicos,
fruto de un indulto que pone en una situación complicada el futuro inmediato
del palco de la Plaza México y la valorización de la misma plaza. / EFE
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