RUBÉN DARÍO
VILLAFRAZ
@rubenvillafraz
SAN
CRISTÓBAL (Enviado Especial).- La segunda de las citas mayores de la Feria
de San Sebastián como es la de este sábado, pone en el tapete el cartel de más
interés de lo anunciado en nuestras plazas nacionales por los momentos, a tenor
del monologo con lo que se presenta en la hermana ciudad de Mérida dentro de
tres semanas. El encuentro de Fandi con el “gallo de la tierra” como es Jesús
Enrique Colombo, puede que se convierta en la “chispa” que haga saltar
explosivas emociones en los tendidos, a tenor de lo que se traen en su
repertorio ambos espadas: dinamita pura.
En este sentido, puede sonar atrevida la
comparación, pero son estilos parecidos, con el respeto y la distancia que
implica que el maestro granadino lleve casi dos décadas de ventaja al pupilo de
Táriba como es Colombo. Este cartel no extrañe que roce la mejor entrada en los
tendidos de Pueblo Nuevo que de los últimos años y puede incluso una ventana de
atractivo otras plazas.
Colombo regresa a la San Cristóbal con la vitola
de defender su feudo, el que ha conquistado a base de entrega y casta, y en
especial una metódica carrera desde aquel becerrista que junto a Lagravere y
Roca Rey hicieron acto de presencia en uno de los festivales nocturnos a
beneficio de la Escuela Taurina de San Cristóbal donde ya se les veía la raza
de que venían dicha terna. No se amilanaron a pesar de las palizas que les
pegaron los becerrotes de Don Hugo Domingo Molina.
Otro que no hay que despreciar es el gaditano
David Galván, un torero que tiene un concepto totalmente diferente a los
mencionado Fandila y Colombo, pues el coleta portuense se decanta por el toreo
de pellizco, el del mensaje hondo. Cuidadito, que a veces la libre sale de
quien menos se espera.
Esperemos que los toros de la casa de los Molinas
Colmenares no defrauden a tantas expectativas que hay por ver una tarde de
toros que devuelva la ilusión por el toreo en esta ciudad. Los elementos están
colocados. Queda pendiente la palabra del SEÑOR TORO.
POSTDATA
PARA LOS ÍNTIMOS.- El arbolito de los tovareños, sitio de referencia en
las afueras de la plaza de toros, exactamente en las cercanías de las
taquillas, es punto de encuentro de no solo los tovareños, sino de todo quien
al final de cada una de las corridas quiera hablar de toros. Propios y extraños
le tienen especial querencia, donde muchos antes hacen el antes y después de
cada festejo. Por cierto, en este sitio ve uno pasar un patrimonio indudable
del Táchira, como son sus bellas mujeres. Tienen un caminado especial dirían
muchos.
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