El
diestro cigarrero estoquearía la corrida de Garcigrande que se había convertido
en el principal obstáculo para la contratación de Pablo Aguado.
ÁLVARO R.
DEL MORAL
@ardelmoral
Diario CORREO
DE ANDALUCÍA
Morante estará en la puerta de cuadrillas de la
plaza de la Maestranza el próximo 12 de abril, Domingo de Resurrección. Así lo
confirmó a los micrófonos de Canal Toros el pasado domingo en el transcurso de
la jornada festiva que el propio matador organiza en la Puebla del Río en torno
al multitudinario encierro y la novillada de promoción que abarrotan la
localidad marismeña para honrar a San Sebastián, patrón de la localidad.
El vídeo circula por las redes sociales y no
ofrece demasiadas dudas. “Todo parece indicar que sí; el apoderado me comenta
que sí y encantado, ¿no?; el año pasado no fui por otros motivos pero este año
creo que... ¡Sevilla siempre me lo recuerda! ¡Tienes que estar el Domingo de
Resurrección! Bueno pues si Dios quiere allí estaré”, declaró el diestro de La
Puebla que, preguntado por la lidia de los traídos y llevados toros de
Garcigrande, corroboró que no se había barajado otra vacada para la emblemática
fecha. “Desde el principio era la corrida de Garcigrande y bueno, no sé, si me
llaman para torear allí estoy”. A partir de estas declaraciones, si la
confección de los carteles no diera un bandazo de última hora, hay que dar por
hecha la contratación de Morante; suponer la de Roca y especular con la
identidad del tercer espada...
Hay que recordar que Morante de la Puebla no se
había anunciado en Resurrección en los dos últimos años. En 2018 retrasó su
reencuentro con la plaza de la Maestranza hasta la feria de San Miguel después
de aquella brevísima retirada estratégica de agosto de 2017 que sirvió para
barrer la trastienda. El diestro cigarrero dejó pasar el ciclo abrileño
comenzando la temporada en la Feria del Caballo de Jerez. Las cosas volvieron a
torcerse en 2019. Morante fue retrasando su contratación mientras ponía
objeciones a la televisión. El tiempo apremiaba y el cartel se acabó
resolviendo con los nombres de El Juli, Manzanares y Roca Rey. En esa tesitura,
el diestro cigarrero acabó acordando tres tardes en el ciclo continuado y una
cuarta en San Miguel. El genio de La Puebla sí había estado anunciado en 2016 y
2017 después de aquel bienio negro de 2014 y 2015 que alejó a las primeras figuras
de la plaza de la Maestranza por distintos desencuentros con la empresa Pagés,
espoleados por aquellas famosas declaraciones de Eduardo Canorea en otoño de
2013 que acabaron precipitando su retirada total del negocio familiar año y
medio después.
A vueltas con el cartel
Una cosa parece clara: el encaje de Morante en
Resurrección pero, especialmente, la elección de la ganadería de Garcigrande,
vuelven a sembrar serias dudas sobre la definitiva contratación de Pablo Aguado
que, tal y como ha trascendido, habría puesto serias objeciones para estoquear
los toros de la vacada salmantina. Algunas versiones y filtraciones apuntan que
la elección o la imposición de ese hierro habría partido de Roca Rey. Pero a
nadie se le escapa que los ‘garcigrandes’ también son reses de la predilección
de El Juli. Ambos, con Morante y Aguado, podrían haber apalabrado con la
empresa Pagés hasta cuatro bolos en la temporada 2020. Y los cuatro nombres
–Morante, El Juli, Roca y Aguado- gravitaban en torno a la confección del cartel
del Domingo de Resurrección que parece haberse convertido en la piedra de toque
del encaje del resto del ciclo abrileño, del que no ha trascendido
prácticamente nada.
La duda, que se despejará en muy poco tiempo,
sigue abierta: Si damos por hecha la presencia de Morante y Roca Rey en la
tarde del Domingo de Resurrección... ¿Quién será la tercera pata del banco? No
está de más recordar que en los corrillos de aficionados se había dado como
seguro el nombre de Pablo Aguado para completar el cartel natural de la lujosa
fecha. A partir de ahí, los vericuetos de la política taurina hacían presagiar
que no sería un empeño fácil.
Algunos antecedentes
La distancia personal entre Roca y Pablo Aguado no
admite disimulos y tiene un punto nítido de arranque: fue el pasado 10 de mayo
cuando. Ambos espadas compartieron cartel junto a Morante de la Puebla en la
lidia de una corrida de Jandilla. Sólo una semana antes se había producido la
que, en ese momento, parecía la cumbre inalcanzable de la Feria. Roca Rey
estuvo cerca, muy cerca, de cortar el rabo a un toro de Núñez del Cuvillo
después de un faenón intenso, trepidante, inapelable...
Pero el destino quiso que el rastro de esa
grandiosa actuación quedara eclipsado por la revelación ‘aguadista’. El matador
sevillano, que había sido contratado a una única tarde, reventó las costuras de
la feria convirtiéndose en triunfador indiscutible del ciclo y en acaparador de
todos los trofeos puestos en lid, desde los que entregan la Real Maestranza y
el Corte Inglés hasta, justo hace una semana, falla el jurado instituido por la
Caja Rural del Sur. El faenón de Roca había quedado suspendido en el limbo. Y
el asunto escoció; mucho...
En esa tesitura hay que ubicar –aunque no se
entienda- el posterior distanciamiento profesional. Pablo Aguado y Andrés Roca
Rey no volvieron a verse en una puerta de cuadrillas. El empresario Carlos
Zúñiga sí consiguió juntar sus nombres en un mismo cartel para la feria de
Colmenar Viejo, a finales de agosto, pero la evolución de la grave lesión que
se produjo Roca en San Isidro acabaría precipitando el final de su campaña
después de vestirse de luces por última vez en San Fermín. En pocos días, o
quizá sólo algunas horas, sabremos si ese duelo aplazado podrá verificarse en
la lujosa tarde del Domingo de Resurrección. O no.
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