La
espada jugó en contra de la torería y el valor del mexicano San Román,
premiadas a cambio de pelo con gran ovación y apoteósica vuelta al ruedo.
Pundonor de Andrés Bedoya quien corneado mata y su cuadrilla pasea la única
oreja. Gitanillo quien lidió tres, quedó en deuda. Encastada y seria novillada.
JORGE
ARTURO DÍAZ REYES
@jadir45
Fotos:
Camilo Díaz
Con sol esplendoroso, mucha gente y emociones
fuertes La Monumental abrió su feria 65. Los siete novillos-toros (cuatreños o
a punto de serlo todos) de Armerías, pusieron la esencia; su raza, seriedad y
personalidad. Lastima que las fuerzas no fueron tantas para que la cosa les
salieran completas. Así y todo exigieron a fondo pidiendo documentación a la
terna. El sexto fue una tromba de codicia y prontitud. Todos se arrastraron
aplaudidos, todos astifinos, todos vendiéndose caro. Dos colorados, dos
castaños y tres negros, el tercero devuelto tras lesionarse y costalearse
repetidamente de tanto humillar y clavar los pitones en la arena. Un abrebocas
ganadero que deja un punto alto.
El mexicano Diego San Román, cautivó la plaza y de
no haber calado a sus dos toros con el estoque, quien sabe si le hubiese hecho
algo más. Los elementos de su discurso fueron: verdad, fraseo y variedad. Un capote
florido en su verónicas y quites. Por tapatías y brionesa el primero y por
altaneras el otro, interrumpido por caída del 5º bis. Con la muleta echó,
temple (no infalible), dibujo, rima, planta sembrada, postura y composturas
estatuarias y verticales ante un lote que le ponía en el borde. El quinto bis,
veleto y puntudo le cogió dos veces y casi, varias más. Su respuesta fue irse
arriba, ponerse y quedarse en el área de candela y obligar, y tragar, y
exponer, y dominar las incertidumbres y violencias del más ofensivo de la tarde
que a veces cazaba la tela y por milagro no la piel. Se tiró frontal en los dos
volapiés, pero el acero salió por los bajos ambas veces, quitándole las orejas,
mas no la pasión del pueblo, ni el ovacionado saludo y menos la vuelta de
órdago en el otro turno, durante la cual cayeron prendas a montón, entre ellas,
los sombreros de connotados aficionados. Este vuelve porque vuelve.
Diego San Román |
El manizaleño Andrés Bedoya mostró su decisión
desde el paseíllo. “Galopo” el tercero, cuatreño, castaño, cornicorto pero
astifino lució poco los capotes, fue mal picado por Hildebrando Nieto.
Incierto, no tragaba más allá del cuarto muletazo. A fuerza de insistir y
apostar sin rendirse Andrés logró articular un par de tandas de aplauso y un
tres en uno de natural, farol y pecho. La faena estaba hecha. Pero en su
excesiva porfía a toro quedado y avisado vino la cogida. Con la pierna derecha
bañada en sangre se tira, hunde toda la espada arriba y mientras el animal
agoniza, él es llevado a la enfermería. Su hombre de confianza Iván Darío
Giraldo pasea la oreja por media vuelta, para ir a la enfermería con el resto
de la cuadrilla.
Andrés Bedoya |
Gitanillo de América II, lidió y mató media
corrida. El grito de “toro” menudeó en sus bregas cuando la falta de quietud,
embroque y templanza exacerbaban las disensiones. No obstante, matizó con toreo
de efecto y ebullición; brindis llamativos, rodillas, quites, adornos,
desplantes y desgloses. Mató al primero con estocada delantera y se dio una
vuelta no pedida. Al cuarto le puso un fierrazo también adelante y fue
silenciado. Igual con el bravo sexto, al cual pinchó antes de la espada honda y
sin aplausos.
Gitanilllo de América II |
La novillada, pese a no ser poderosa examinó
rigurosamente a los novilleros. Uno Salió herido y premiado, otro no pasó la
prueba y el tercero, el mexicano, sin estar tan bien como en la primera de
Cali, formó un lio. La plaza festiva pero sin frivolidad. Excepto en el sainete
que interrumpió la corrida largamente montando por la populista devolución del
quinto y la exótica salida a destiempo de dos raros especímenes cebú, que
tenían de todo menos de cabestros de plaza seria y los cuales formaron un
herradero indecoroso. Qué pena su señoría, que el autor intelectual del
desatino haya sido usted, el más llamado a defender la reverencia del
rito.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 5 de enero 2019. Plaza Monumental de
Manizales. 1ª de feria. Sol. Tres cuartos de plaza.
Siete novillos de Armerías (en Parladé), devuelto el 5° por lesión en la lidia.
Encastados, astifinos, pero escasos de fuerza, cuatreños casi todos, muy bravo
el 6º. Todos aplaudidos en el arrastre.
Gitanilllo
de América II, vuelta espontánea,
silencio y silencio.
Diego
San Román, saludo y vuelta.
Andrés
Bedoya, cornada y oreja.
Incidencias: Andrés
Bedoya corneado en la cara posterior del muslo derecho pasa a cirugía y su
cuadrilla recibe la oreja. *** Gitanillo
de América II lidió el 6º en su reemplazo.
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